Carlos Oliva: “No podemos sacrificar el futuro del país por un efecto positivo de corto plazo”

Pese a la coyuntura del país, las expectativas empresariales habrían rebotado. ¿A qué atribuye esto?

Exacto, ha rebotado en los últimos meses, justamente porque los efectos del fenómeno de El Niño no han sido tan catastróficos como se pensaba hace tres o cuatro meses. Eso, de por sí, ha sido un elemento que ha permitido decir que, por lo menos, no vamos a tener una catástrofe. Entonces, puedo pensar en algún tipo de inversión, y eso ha mejorado un poquito las expectativas. Pero habría que preguntarnos si nos estamos acostumbrando a volver a las cuerdas separadas. Es decir, pase lo que pase con la política, yo igual me voy a enfocar en lo mío. Esta es la hipótesis de lo que podría estar sucediendo.

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La confianza empresarial es importante para el crecimiento de la economía. ¿Qué acciones se deberían tomar para impulsarla?

Creo que el liderazgo es muy importante. Un liderazgo que nos presente una hoja de ruta. Es que, para tomar decisiones, no hay nada peor que no saber qué va a pasar el próximo mes. Entonces, en la medida en que las autoridades sean explícitas, la confianza mejorará. Esperemos que las principales fuerzas, como el Congreso, el Poder Ejecutivo y los gremios, puedan llegar a algún tipo de plan o de acuerdo y puedan decir: esta es la dirección sobre la cual tenemos que ir. Esto va a ser muy importante para empezar a restablecer la confianza y lo otro es la eficiencia.

Como se dice, el Gobierno tiene que empezar a meter goles. Muchos de los grandes proyectos de los que se habla desde hace años, desde los puertos hasta los proyectos de irrigación, tienen que empezar a materializarse.

 

Mencionó en su presentación que la economía del país podría crecer alrededor del 4 % por la aprobación del séptimo retiro de las AFP. ¿No es paradójico que esta medida, que va contra el fin previsional de estos fondos, ayude a impulsar el crecimiento económico?

Es una paradoja y ahí está la diferencia entre pensar en el corto y en el largo plazo. Es que, en el corto plazo, uno puede tomar medidas que favorezcan a determinados grupos; pero, en el largo plazo, sabemos que estas son pésimas, Por ejemplo, ahorita el país podría endeudarse y podría tener un déficit fiscal de 8 %. Pero, ese dinero se gasta y la economía va a crecer. La pregunta es: ¿qué va a pasar dentro de dos o tres años, cuando se tenga que pagar esa deuda? Vamos a estar quebrados. Entonces, no se pueden tomar decisiones que favorezcan el corto plazo, sabiendo que estamos perjudicando el largo plazo. Es como el caso de las personas que gastan sus ahorros y se van de viaje y van a estar felices seis meses, pero luego no van a tener qué comer. Por ello, nuestras autoridades tienen que tener muy presente que no podemos sacrificar el futuro de nuestro país por un efecto positivo de muy corto plazo.

 

Entonces, ¿se espera que la economía crezca a menor ritmo los próximos años con respecto al 2024?

El impacto del retiro de las AFP solo se vería en 2024, ya no en 2025, donde creceríamos menos de 3 % porque partiríamos de una base más alta. Ese dinero (de las AFP) ya se gastó y desapareció. Crecer este año 4 % significa hacerlo en 2 % en 2025.

 

En la hoja de ruta que deben llevar adelante las autoridades para impulsar la economía del país, mencionó que también deben participar los gremios empresariales. ¿Cuál sería el papel gremial?

Lamentablemente, el Consejo Nacional de Competitividad y Formalización (CNCF) no se reúne hace cinco años y no está ejerciendo su función y es ahí donde se ve la hoja de ruta. Los gremios, al ser parte del directorio, deben presionar para convocar al Consejo y que ahí se debata una serie de temas que son importantes para el país. Una vez reactivado, se debe discutir ahí cuál es la hoja de ruta del país. Los gremios deben buscar ser más asertivos con respecto al plan de competitividad.

 

Si no se desarrolla esta hoja de ruta, advirtió que seguiremos siendo un país que ha caído en la trampa de los ingresos medios.

Es muy importante esta hoja de ruta, de lo contrario, vamos a estar creciendo un año en 3 % y al siguiente solo en 1 %, cayendo en la mediocridad. Entonces, sí necesitamos tener esa hoja de ruta, pero esta es un primer paso. También requerimos trabajar sobre varios temas, como la calidad de servicio civil, de la educación peruana, pero eso debería ser parte del trabajo de la hoja de ruta, que tiene que ser sostenido por varios años. No basta con que, simplemente, un año tomamos un acuerdo y cuando después viene otro Gobierno, nos cambien las reglas del juego.

 

 

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Campaña navideña: Empresarios aún son optimistas, pero con cautela

Pese al bajo crecimiento económico del país proyectado para este año debido a las protestas sociales, el impacto del fenómeno de El Niño, además del poco auspicioso entorno internacional, las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), de diferentes rubros de negocios, confían en que sus ventas podrían mejorar durante la campaña navideña que ya está en marcha.

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Al respecto, el presidente del Gremio de la Pequeña Empresa (COPE) de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), Rodolfo Ojeda, sostiene que, con creatividad, innovación y resiliencia, los empresarios peruanos vienen trabajando en la referida campaña, la que esperan sea exitosa e impulse sus ventas en el 2024.

«Según el histórico del año pasado, las pymes facturaron S/ 13 000 millones durante la campaña navideña. Para 2023 esperamos llegar a esa misma cantidad, o tal vez sobrepasarla un poco. Aunque la situación no es la más provechosa porque se podría venir un fenómeno de El Niño más intenso; pero, mientras no se den esas condiciones adversas, los empresarios tenemos las ganas de salir adelante», afirmó el representante de la CCL.

Asimismo, el presidente del COPE del gremio empresarial subrayó que la campaña navideña representa el 40 % de los ingresos anuales de las mipymes y algunos sectores, como comercio y servicios, son particularmente dinámicos en comercialización durante esta época.

«Dentro de los negocios que más destacan en el comercio, figuran la venta de juguetes, indumentaria, televisores, laptops, equipos celulares y todo lo que tenga que ver con obsequios dentro del círculo familiar. Asimismo, en servicios, las ventas relacionadas con comidas, bebidas y textil se van a incrementar fuertemente», comentó Ojeda.

El especialista de la CCL destaca que las mipymes esperan recuperar su margen de ganancia, comprometiendo hasta un 40 % de su ingreso anual para esta campaña, el cual disminuyó a inicios de 2023 debido a la crisis política y las protestas sociales. “Los peruanos tienen como costumbre gastar los beneficios sociales en Navidad por un tema muy familiar. Además, es su tradición comprar obsequios y conseguir dinero de donde sea”, anotó.

De otro lado, la Compensación por Tiempo de Servicio (CTS) y las gratificaciones de los trabajadores se consideran un impulso para el consumo durante noviembre y diciembre. Sobre la Compensación por Tiempo de Servicio (CTS) y gratificaciones que recibirán los trabajadores del sector privado en los dos últimos meses del año, las pymes esperan que estas aporten al consumo e impulsen sus ventas en esta campaña navideña.

Estrategias comerciales

En términos de estrategias comerciales, Rodolfo Ojeda explicó que se espera un fuerte enfoque en canales digitales y redes sociales, como TikTok, Instagram y Facebook, para promocionar productos y servicios. «Una segunda estrategia que tendrán que utilizar es hacer uso de su base de datos para fidelizar a los clientes y poderlos llamar y hacer una venta de sus productos o servicios en forma personalizada. Básicamente, estas formas de comercio estarán acompañadas por la innovación y creatividad propias de los pequeños empresarios», expresó el presidente de COPE.

Negocio de vestimenta

En cuanto a la venta de ropa, el presidente del Gremio de Indumentaria de la CCL, Luis Antonio Aspillaga, precisó que el desempeño del sector, a pesar del enfriamiento de la economía, ha sido sostenido. Sin embargo, advirtió que existe un riesgo en el negocio por las lluvias que podrían generarse en el norte del país por el fenómeno de El Niño.

“Para este año se espera una venta igual al 2022, tomando en cuenta que la campaña navideña del año pasado fue muy mala por la turbulencia política. Cabe mencionar, que el principal problema (del sector de indumentaria) durante el primer trimestre de 2023 fue la baja demanda por el enfriamiento económico y las altas tasas de interés que no ayudan en nada al rubro, el cual requiere manejar cantidades importantes de capital de trabajo”, anotó el representante del gremio empresarial.

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No obstante, a pesar de la coyuntura incierta, Aspillaga dijo que, durante la presente campaña navideña y la temporada de verano, los consumidores demandarán mayormente indumentaria como polos, bermudas, ropas de baño y camisas de manga corta. Además, apuntó a que estos son los regalos que más suelen hacer los consumidores en vestimenta por la Navidad.

Con respecto al gasto promedio para estas fiestas de fin de año, el presidente del Gremio de Indumentaria de la CCL indicó que varía mucho entre mercados y centros comerciales.

“En los mercados tradicionales un consumidor gasta entre S/ 30 y S/ 50 por prenda de vestir; mientras que en los centros comerciales gasta entre S/ 200 y S/ 250”, estimó.

 

 

Empresarios más cautos

Por su parte, el presidente de la Asociación de Importadores Medianos del Perú (AIMPE) y dirigente del conglomerado comercial Mesa Redonda, Roberto Díaz, comentó que esta campaña navideña no ha colmado las expectativas de los importadores de juguetes y adornos navideños, ya que tienen temor de que los eventos climáticos puedan afectar sus ventas. Además, señaló que han experimentado problemas con el ingreso de sus productos en Aduanas.

En ese sentido, el dirigente estimó que la mitad de los importadores de juguetes registrados en la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa) del Ministerio de Salud han reducido en 50 % sus compras desde el exterior para abastecer a las galerías comerciales del centro de Lima.

“Para la campaña navideña de este año, los importadores esperábamos una reactivación, incluso quisimos aprovechar que el dólar estaba bajo a inicios de año para aumentar nuestras ganancias, pero por factores que escapan de nuestras manos se dificultó que compremos más productos de China. Es por ello que este año venderemos menos”, sostuvo el representante de la AIMPE.

Asimismo, Díaz advirtió que para esta campaña podría haber escasez de productos navideños en las galerías comerciales debido a los inconvenientes que han experimentado los importadores durante este año. Esta situación, dijo, podría impactar en que productos como los juguetes suban sus precios.

En relación con el ticket promedio de compra en juguetes de los clientes del conglomerado comercial de Mesa Redonda, el presidente de AIMPE estimó que oscila entre S/ 20 a S/ 30.

“Este año, la gente comprará lo mínimo por la situación económica, es por ello que los empresarios son cautos al momento de importar. Esperamos que el promedio de compra no baje en noviembre y diciembre”, puntualizó.

 

 

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El estrés hídrico: una amenaza latente en el Perú

A mediados de mayo de este año, Uruguay enfrentó su peor sequía en 74 años, lo que provocó la peor crisis de abastecimiento de agua potable en el área metropolitana de Montevideo y en varios centros urbanos de ese país. Esta situación nos lleva a reflexionar sobre si el Perú está preparado para enfrentar una emergencia similar ante la amenaza latente del estrés hídrico.

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En los últimos años, Lima y otras regiones densamente pobladas en el país han enfrentado desafíos cada vez más urgentes en términos de suministro de agua. En ese sentido, el estrés hídrico se ha convertido en una preocupación primordial para los habitantes, ya que la demanda de agua supera con creces la capacidad de los recursos hídricos disponibles.

De acuerdo con el estudio «Crisis de agua: una amenaza silenciosa para el desarrollo económico -2020», desarrollado por Aquafondo, se proyecta una situación altamente probable de reducción significativa de la oferta hídrica en Lima y Callao, producto de los eventos climáticos. Ello implicaría una caída del 30 % en el agua provista por el Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima (Sedapal).

“Nuestro análisis arrojó que esta situación generaría una reducción del 2,2 % de la actividad económica. Esto equivaldría a una pérdida estimada de 35 mil empleos, siendo los sectores de servicios y manufacturas los de mayor riesgo. Además, los sectores intensivos en agua representan casi dos quintas partes del Producto Bruto Interno (PBI)”, señala Mariella Sánchez, directora ejecutiva de Aquafondo.

Además, la especialista en recursos hídricos remarca que estas cifras están alineadas a las estimaciones del Banco Mundial, dadas a conocer en su estudio, «Perú Acciones Estratégicas para la Seguridad Hídrica -2023», así se indica que las brechas de seguridad hídrica en el país podrían traducirse en una pérdida económica de entre 1,3 %  y 3,5 % del PBI.

Riesgo latente

Debido al peligro inminente por el déficit hídrico, como consecuencia del fenómeno de El Niño, en septiembre de este año, el Poder Ejecutivo declaró el estado de emergencia por 60 días calendario en 544 distritos de las regiones de Áncash, Apurímac, Arequipa, Ayacucho, Cusco, Huancavelica, Huánuco, Ica, Junín, La Libertad, Lima, Pasco, Puno y Tacna.

No obstante, Fernando Chiok, especialista en gestión de riesgos y adaptación al cambio climático de la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass), sostiene que es importante diferenciar los términos estrés hídrico y déficit hídrico. En resumen, explica que el primero se presenta con el incremento del uso del agua de las fuentes para cubrir la demanda; mientras que el segundo es cuando el recurso en las fuentes no es suficiente.

“El estrés hídrico básicamente es una condición que se determina en función a cuánta agua usamos de una cuenca y en función a la cantidad que en promedio se considera como renovable todos los años. El principal factor que hace que el estrés hídrico aumente cada año, es principalmente, la cantidad de agua que utilizan las personas para uso doméstico de su vivienda y todas las actividades productivas como la agricultura, minería y la industria”, comenta el experto.

 

Asimismo, el representante de Sunass indica que este año se ha registrado deficiencia de lluvias, generando bajos caudales en muchos ríos del país, por lo cual muchas de las presas tienen menor cantidad de agua almacenada para cubrir las demandas.

“En esta situación, podríamos entrar en una situación de posible déficit hídrico”, añade.

En cuanto a las regiones más afectadas por el estrés hídrico, Chiok precisa que desde Sunass han observado que Tacna, Ica y Lima son las más vulnerables, debido a que la cantidad de agua demandada es muy alta respecto al volumen de recurso hídrico que se producen en las cuencas.

“En Lima, la cuenca del río Rímac probablemente no es suficiente para cubrir toda la demanda de la población; mientras que, en Ica y Tacna, que son zonas bastante áridas y de mucha actividad agrícola, también tienen altas condiciones de estrés hídrico”.

Sectores más afectados

Según la directora ejecutiva de Aquafondo, Mariella Sánchez, el estrés hídrico tiene efectos negativos en la salud, la agricultura, la industria y el medio ambiente, generando numerosos desafíos en el impacto del bienestar de las comunidades, la estabilidad económica y la preservación de nuestros recursos naturales.

En tanto, el especialista de Sunass dijo que los más afectados por esta problemática son los pequeños agricultores que dependen probablemente de las condiciones climáticas para el riego.

“Ellos tienen menores posibilidades económicas para afrontar alguna situación de deficiencia de agua, así como las personas de menos recursos que no tienen un acceso seguro al agua potable”, agregó.

Del mismo modo, Iris Domínguez, especialista en políticas públicas en emergencias hídricas, drenaje urbano con enfoque sostenible, gestión sostenible de los recursos hídricos de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), comenta que un escenario de estrés hídrico afecta a toda actividad económica.

“El agua es un ‘recurso transversal’ cuya cantidad y calidad son factores imprescindibles para la producción de bienes y servicios. En una condición de desbalance acentuado entre oferta y demanda, como es el escenario de estrés hídrico, no es posible sostener ni desarrollar la actividad económica”, advierte.

 

Principales causas

El crecimiento demográfico y la urbanización acelerada son algunas  de las principales causas del estrés hídrico, sustentó la directora ejecutiva de Aquafondo, quien añadió que una mayor población incide en el aumento de la demanda de agua.

“Esto impacta de manera significativa en áreas urbanas y costeras densamente pobladas, como Lima, en donde se concentra la mayor actividad productiva y poblacional de nuestro país. Y de cara al futuro, este número está proyectado a crecer. Por ejemplo, se estima que al año 2050 llegaríamos a los 40 millones de habitantes”.

Otra de las causas es el cambio climático, que viene generando una mayor variabilidad en el ciclo hidrológico del agua, generando situaciones de estrés hídrico en distintos lugares y momentos de forma inusitada.

“Los efectos del cambio climático generan eventos extremos como sequías y lluvias torrenciales, entre otros. Y casi la mitad del Perú (46 %) es muy vulnerable a los desastres naturales asociados con el fenómeno de El Niño, según el Banco Mundial”, explica Mariella Sánchez.

También, la contaminación producida por distintos sectores productivos impacta al estrés hídrico.

“La cuenca del Rímac es la que cuenta con el mayor número de fuentes contaminantes, principalmente tuberías conectadas directamente al cauce, residuos sólidos y vertimientos de aguas residuales”, afirma la representante de Aquafondo.

Retos y desafíos

En relación con los retos y desafíos de esta problemática, Alejandro Conza, miembro de Comisión de Sostenibilidad Ambiental de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), precisa que el gremio empresarial tiene en claro los desafíos hídricos que hay que atender desde el sector privado. Para ello, cuenta con un grupo de trabajo específico en temas de agua.

“La Comisión de Sostenibilidad de la CCL se ha propuesto promover con mayor énfasis dos mecanismos que permiten al sector privado involucrarse e impactar en el cierre de brechas hídricas. Estos son el Certificado Azul de la Autoridad Nacional del Agua (ANA) y Obras por Impuestos en proyectos de agua. Ambos mecanismos son público-privados y tienen la capacidad de escalar los esfuerzos privados a nivel nacional”, comenta el representante de la CCL.

Agrega que, recientemente, la Comisión de Sostenibilidad de la CCL inició conversaciones con Global Water Partnerships para la creación de una alianza entre varias cámaras de comercio de Sudamérica, que tengan el objetivo de promover la gestión corporativa del agua, buscando sobre todo la participación de las pequeñas y medianas empresas.

“Sabemos que el Perú enfrenta en simultáneo varios desafíos urgentes en cuanto al suministro de agua. Sufrimos de estrés hídrico en nuestras principales ciudades, muchos de nuestros ríos están contaminados, falta acceso al agua potable en las poblaciones más vulnerables, la gobernanza de los recursos hídricos es débil y tenemos alta vulnerabilidad al cambio climático”, sostiene Conza.

En ese sentido, el especialista en sostenibilidad afirma que el rol del sector privado es clave.

“El involucramiento del sector privado en la agenda pública para el cierre de brechas hídricas ha pasado de ser una alternativa a una necesidad. La estadística y la realidad nos han demostrado que repetir las mismas estrategias para resolver el problema del agua no será suficiente para afrontar la crisis hídrica del país”, anota.

También, el representante de la Comisión de Sostenibilidad Ambiental de la CCL señala que el sector privado está llamado a ser el gran promotor de la sostenibilidad de los recursos hídricos. Para ello, debe desarrollar estrategias específicas que respondan a los principales desafíos hídricos.

“Los tomadores de decisión en la empresa deben tener respuestas claras a preguntas como: ¿mi unidad de producción está una zona de estrés hídrico?, ¿cómo lo mitigo?, ¿estoy monitoreando mis descargas de aguas residuales y me aseguro de que las de otros no me impacten?, ¿mis trabajadores y vecinos tienen acceso a agua segura?, ¿participo en la gobernanza de los recursos hídricos de mi cuenca, o tengo información de su desempeño? ¿estoy preparado para los efectos del fenómeno de El Niño?”, enfatiza Conza.

Finalmente, el representante de la CCL sostuvo que el sector privado tiene la ventaja de ir más rápido y en diferentes direcciones, ya que es capaz de buscar alternativas innovadoras que logren impacto.

“Cuando una empresa privada involucra en su core business la sostenibilidad, debe tener claro que el aspecto más visible de ello será su estrategia en agua”, puntualiza.

 

 

Datos y cifras

– Según el Banco Mundial, en las últimas tres décadas, la extracción de agua se ha duplicado en el Perú. El sector agrícola (específicamente la agricultura de regadío) utiliza la mayor parte del agua y representa el 89 % de las extracciones (superior al promedio regional, del 70 %). Le siguen los retiros para uso doméstico, con 9%, y para la industria, minería y otros sectores, que suman 2,3%.

– Una de cada tres escuelas no tiene instalaciones sanitarias adecuadas, y solo una de cada cinco tiene acceso a agua de calidad (Banco Mundial).

– Uno de cada cuatro peruanos vive de la agricultura, y depende de la lluvia y el riego para subsistir y generar ingresos (Banco Mundial).

– El agua se emplea para generar más de la mitad de la electricidad que se consume en el Perú (Banco Mundial).

– En el Perú, 9 de 10 personas acceden al servicio de agua potable. Sin embargo, 3.5 millones de peruanos aún no cuentan con dicho servicio, lo que representa al 9 % de la población, señala Mauro Gutiérrez, presidente ejecutivo de la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass). Del total de personas sin conexión de agua potable, cerca de 2 millones se ubican en Lima, Loreto, Puno y Piura, y 904.7 mil son niños menores de 12 años.

– En el caso de Lima hay más de 635 mil personas (6 % de la población) que no tiene agua potable- Del mismo modo, un 8 % de las personas que viven en Lima no cuenta con el servicio de alcantarillado y saneamiento en sus casas. Además, hay distritos que no tienen servicio de agua potable 24 horas, sino solo 6, 4 y hasta 2 horas al día, explica Alberto Cairampoma Arroyo, profesor de la facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú y autor del libro Los servicios públicos de agua potable y saneamiento en el Perú.

– Según Sunass, lograr que más peruanos accedan al agua potable y alcantarillado requiere de, aproximadamente, 95 mil millones de soles de inversión, a nivel nacional.

 

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«No hay una preocupación real sobre el impacto de El Niño»




«No hay una preocupación real sobre el impacto de El Niño»

Ante la presencia de ‘El Niño Costero’ y el ‘Niño Global’ que ponen en riesgo a la población y la actividad económica del país, empresarios, autoridades y expertos analizaron los últimos detalles sobre la evolución de este fenómeno climatológico, así como los potenciales impactos que podría tener sobre la logística, la producción agraria y la pesca en las zonas en que se prevé sufran las mayores consecuencias.

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En el marco del foro ‘Fenómeno de El Niño: Situación e impactos a futuro – ¿Qué hacer?’, evento que organizó la Cámara de Comercio de Lima (CCL), Alberto Ego-Aguirre, presidente de la Comisión de Asuntos Marítimos, Portuarios y Aduaneros del gremio empresarial, advirtió que, ante este fenómeno climático, aún no se percibe una preocupación real de los diferentes niveles de Gobierno, ya que no demuestran haber tomado en serio el tema de la prevención, en su total dimensión.

«La prevención es una de las cosas más importantes que se necesita ante la llegada de estos eventos climatológicos. Al no haber prevención ocurren los desastres. Estamos en octubre y la maquinaría para la descolmatación de los cauces de los ríos aún no ha llegado, pero debió estar aquí muchos meses atrás», resaltó el representante de la CCL.

Asimismo, Ego-Aguirre recordó que el fenómeno de El Niño Costero de 2017 fue uno de los más fuertes ocurridos en el país, dejando daños por US$ 20 000 millones.

«Es imposible detener los efectos de El Niño, pero sí es posible estar preparados para aminorar sus impactos», añadió.

Igualmente, el presidente de la Comisión de Asuntos Marítimos, Portuarios y Aduaneros de la CCL informó que viene apoyando el proyecto de ley del cabotaje presentado por el Poder Ejecutivo, figura que permitiría movilizar personas, alimentos y medicinas entre los puertos peruanos, en naves sin distinción de bandera, ante un desastre natural como el fenómeno de El Niño.

«La Marina de Guerra del Perú contribuye con lo que puede, pero cuando se destruyen las carreteras en distintas partes del norte o sur del país, dependiendo de cuán fuerte sea un Niño Costero, la única forma de atender a los afectados es por el mar, ya que el Estado no tiene los suficientes aviones o helicópteros para movilizar la ayuda», comentó.

Impactos

Por su parte, Héctor Soldi, exviceministro de Pesquería y Acuicultura, señaló que se pronostica que el evento climático de El Niño previsto para el 2023-2024 será muy similar al que se presentó en el periodo de 1925-1926, el cual fue uno de los más intensos en nuestro país y provocó impactos negativos en la infraestructura y la actividad económica.

“La pesca es el sector económico que más ha sufrido este año por el fenómeno de El Niño, precisamente porque las aguas marinas han mantenido temperaturas muy altas afectando la producción de anchoveta. En tanto, en la actividad agrícola y la exportación de productos como arándanos, palta y mango, han tenido un crecimiento relevante en los últimos 10 años; sin embargo, esta bonanza agrícola sería muy vulnerable ante este evento climático”, remarcó el especialista.

Además, Soldi indicó que la infraestructura de nuestro país, como carreteras, puentes y canales de agua, podría verse afectada ante el desarrollo del fenómeno de El Niño. En relación con el sector salud, debido a las intensas lluvias también podrían incrementarse los casos de dengue, colapsando hospitales y postas médicas.

Pronósticos

En tanto, Gino Passalacqua, oceanógrafo experto en ciencia del clima y meteorología, sostuvo que el pronóstico de un Niño Costero es de moderado a fuerte, según el Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (ENFEN), lo cual provocaría precipitaciones en la sierra norte del país de diciembre a febrero y sequías en el sur del país que podrían empezar en enero.

Ante estos efectos, el experto indicó que el Estado debe tener políticas públicas permanentes para reducir los riesgos e impactos económicos de estos fenómenos recurrentes y desarrollar capacidades de gestión a nivel nacional, regional y local para la adaptación y rápida remediación de los impactos de estos eventos extremos.

Ante los potenciales escenarios asociados a El Niño durante el periodo noviembre 2023-marzo de 2024, José Manuel Gálvez, meteorólogo investigador e Instructor en la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), sostuvo que este fenómeno actualmente ha tenido una presencia temprana con lluvias en marzo, habiendo tenido un plazo de un año para prepararnos.

“Tenemos dos meses para apuntalar la prevención en regiones que van a tener mayor impacto por las lluvias”, advirtió.

“El Niño tiende a favorecer lluvias torrenciales, inundaciones y epidemias en la costa norte, pero también sequías extremas en la sierra y la selva, con impactos severos a la agricultura, reservas de agua, entre otros. Este verano será lluvioso en el norte, sin embargo, no debemos olvidar que podría producirse una sequía en el resto del país”, concluyó.

 

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Se destina S/ 320 millones para afrontar El Niño

Ante el peligro inminente por las intensas precipitaciones pluviales (2023-2024) y probable ocurrencia del fenómeno El Niño, el Poder Ejecutivo emitió un decreto de urgencia que establece medidas para la ejecución de acciones de emergencia a cargo del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS) y el Organismo Técnico de la Administración de los Servicios de Saneamiento (Otass).

 

Mediante Decreto de Urgencia n° 028-2023, publicado en el diario oficial El Peruano, se dispuso que el MVCS, a través del Programa Nacional de Saneamiento Urbano, del Programa Nacional de Saneamiento Rural, y del Programa Nuestras Ciudades, así como el OTASS, ejecuten acciones en las zonas declaradas en estado de emergencia.

 

La norma autoriza una transferencia de partidas en el Presupuesto del Sector Público a favor del MVCS por más de S/ 210 millones, para financiar las acciones de emergencia autorizadas en el decreto de urgencia en mención.

 

Entre las acciones están: contratación de personal, servicios de reparación, adquisición de maquinarias, vehículos y equipamiento, así como el servicio de seguro correspondiente, para las acciones de emergencia que se realicen en las zonas declaradas en estado de emergencia.

 

Asimismo, se autorizó una transferencia a favor del OTASS por más de S/ 111 millones, para financiar adquisición de maquinarias, vehículos y equipamiento, así como el servicio de operación y mantenimiento de estos.

 

Dichas transferencias se efectuaron con cargo a los recursos de la Reserva de Contingencia del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).

 

Los recursos transferidos permitirán mitigar el impacto inminente sobre la población y sus medios de vida ante las precipitaciones pluviales y probable ocurrencia del Fenómeno El Niño.

 

Para ello se adoptarán acciones de preparación y respuesta en el marco del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastre (SINAGERD), salvaguardando y protegiendo de mejor forma la vida humana, la seguridad de las familias, la infraestructura pública y privada.




BCR: economía peruana habría registrado caída en mayo del 2023

El Banco Central de Reserva (BCR) estimó que la economía peruana podría haber registrado una caída en mayo último, por una contracción del sector primario (pesca, minería y agro).

 

“Respecto al PBI de mayo, es probable que haya una tasa negativa”, manifestó el gerente central de Estudios Económicos del BCR, Adrián Armas.

 

“Se ha visto que el sector primario, sobre todo pesca, habría tenido una contracción importante, por efecto del fenómeno de El Niño y no se ha dado la extracción de anchoveta que se esperaba”, agregó.

 

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Adrián Armas indicó que los indicadores adelantados y de expectativas sobre la economía en junio muestran un deterioro frente al mes previo, manteniéndose la mayoría aún en el tramo pesimista.

 

“Las perspectivas de crecimiento de la actividad económica mundial apuntan hacia una moderación, aunque subsiste el riesgo global por los efectos de la política monetaria restrictiva en las economías avanzadas, y los conflictos internacionales”, sostuvo.