El estrés hídrico: una amenaza latente en el Perú

A mediados de mayo de este año, Uruguay enfrentó su peor sequía en 74 años, lo que provocó la peor crisis de abastecimiento de agua potable en el área metropolitana de Montevideo y en varios centros urbanos de ese país. Esta situación nos lleva a reflexionar sobre si el Perú está preparado para enfrentar una emergencia similar ante la amenaza latente del estrés hídrico.

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En los últimos años, Lima y otras regiones densamente pobladas en el país han enfrentado desafíos cada vez más urgentes en términos de suministro de agua. En ese sentido, el estrés hídrico se ha convertido en una preocupación primordial para los habitantes, ya que la demanda de agua supera con creces la capacidad de los recursos hídricos disponibles.

De acuerdo con el estudio «Crisis de agua: una amenaza silenciosa para el desarrollo económico -2020», desarrollado por Aquafondo, se proyecta una situación altamente probable de reducción significativa de la oferta hídrica en Lima y Callao, producto de los eventos climáticos. Ello implicaría una caída del 30 % en el agua provista por el Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima (Sedapal).

“Nuestro análisis arrojó que esta situación generaría una reducción del 2,2 % de la actividad económica. Esto equivaldría a una pérdida estimada de 35 mil empleos, siendo los sectores de servicios y manufacturas los de mayor riesgo. Además, los sectores intensivos en agua representan casi dos quintas partes del Producto Bruto Interno (PBI)”, señala Mariella Sánchez, directora ejecutiva de Aquafondo.

Además, la especialista en recursos hídricos remarca que estas cifras están alineadas a las estimaciones del Banco Mundial, dadas a conocer en su estudio, «Perú Acciones Estratégicas para la Seguridad Hídrica -2023», así se indica que las brechas de seguridad hídrica en el país podrían traducirse en una pérdida económica de entre 1,3 %  y 3,5 % del PBI.

Riesgo latente

Debido al peligro inminente por el déficit hídrico, como consecuencia del fenómeno de El Niño, en septiembre de este año, el Poder Ejecutivo declaró el estado de emergencia por 60 días calendario en 544 distritos de las regiones de Áncash, Apurímac, Arequipa, Ayacucho, Cusco, Huancavelica, Huánuco, Ica, Junín, La Libertad, Lima, Pasco, Puno y Tacna.

No obstante, Fernando Chiok, especialista en gestión de riesgos y adaptación al cambio climático de la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass), sostiene que es importante diferenciar los términos estrés hídrico y déficit hídrico. En resumen, explica que el primero se presenta con el incremento del uso del agua de las fuentes para cubrir la demanda; mientras que el segundo es cuando el recurso en las fuentes no es suficiente.

“El estrés hídrico básicamente es una condición que se determina en función a cuánta agua usamos de una cuenca y en función a la cantidad que en promedio se considera como renovable todos los años. El principal factor que hace que el estrés hídrico aumente cada año, es principalmente, la cantidad de agua que utilizan las personas para uso doméstico de su vivienda y todas las actividades productivas como la agricultura, minería y la industria”, comenta el experto.

 

Asimismo, el representante de Sunass indica que este año se ha registrado deficiencia de lluvias, generando bajos caudales en muchos ríos del país, por lo cual muchas de las presas tienen menor cantidad de agua almacenada para cubrir las demandas.

“En esta situación, podríamos entrar en una situación de posible déficit hídrico”, añade.

En cuanto a las regiones más afectadas por el estrés hídrico, Chiok precisa que desde Sunass han observado que Tacna, Ica y Lima son las más vulnerables, debido a que la cantidad de agua demandada es muy alta respecto al volumen de recurso hídrico que se producen en las cuencas.

“En Lima, la cuenca del río Rímac probablemente no es suficiente para cubrir toda la demanda de la población; mientras que, en Ica y Tacna, que son zonas bastante áridas y de mucha actividad agrícola, también tienen altas condiciones de estrés hídrico”.

Sectores más afectados

Según la directora ejecutiva de Aquafondo, Mariella Sánchez, el estrés hídrico tiene efectos negativos en la salud, la agricultura, la industria y el medio ambiente, generando numerosos desafíos en el impacto del bienestar de las comunidades, la estabilidad económica y la preservación de nuestros recursos naturales.

En tanto, el especialista de Sunass dijo que los más afectados por esta problemática son los pequeños agricultores que dependen probablemente de las condiciones climáticas para el riego.

“Ellos tienen menores posibilidades económicas para afrontar alguna situación de deficiencia de agua, así como las personas de menos recursos que no tienen un acceso seguro al agua potable”, agregó.

Del mismo modo, Iris Domínguez, especialista en políticas públicas en emergencias hídricas, drenaje urbano con enfoque sostenible, gestión sostenible de los recursos hídricos de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), comenta que un escenario de estrés hídrico afecta a toda actividad económica.

“El agua es un ‘recurso transversal’ cuya cantidad y calidad son factores imprescindibles para la producción de bienes y servicios. En una condición de desbalance acentuado entre oferta y demanda, como es el escenario de estrés hídrico, no es posible sostener ni desarrollar la actividad económica”, advierte.

 

Principales causas

El crecimiento demográfico y la urbanización acelerada son algunas  de las principales causas del estrés hídrico, sustentó la directora ejecutiva de Aquafondo, quien añadió que una mayor población incide en el aumento de la demanda de agua.

“Esto impacta de manera significativa en áreas urbanas y costeras densamente pobladas, como Lima, en donde se concentra la mayor actividad productiva y poblacional de nuestro país. Y de cara al futuro, este número está proyectado a crecer. Por ejemplo, se estima que al año 2050 llegaríamos a los 40 millones de habitantes”.

Otra de las causas es el cambio climático, que viene generando una mayor variabilidad en el ciclo hidrológico del agua, generando situaciones de estrés hídrico en distintos lugares y momentos de forma inusitada.

“Los efectos del cambio climático generan eventos extremos como sequías y lluvias torrenciales, entre otros. Y casi la mitad del Perú (46 %) es muy vulnerable a los desastres naturales asociados con el fenómeno de El Niño, según el Banco Mundial”, explica Mariella Sánchez.

También, la contaminación producida por distintos sectores productivos impacta al estrés hídrico.

“La cuenca del Rímac es la que cuenta con el mayor número de fuentes contaminantes, principalmente tuberías conectadas directamente al cauce, residuos sólidos y vertimientos de aguas residuales”, afirma la representante de Aquafondo.

Retos y desafíos

En relación con los retos y desafíos de esta problemática, Alejandro Conza, miembro de Comisión de Sostenibilidad Ambiental de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), precisa que el gremio empresarial tiene en claro los desafíos hídricos que hay que atender desde el sector privado. Para ello, cuenta con un grupo de trabajo específico en temas de agua.

“La Comisión de Sostenibilidad de la CCL se ha propuesto promover con mayor énfasis dos mecanismos que permiten al sector privado involucrarse e impactar en el cierre de brechas hídricas. Estos son el Certificado Azul de la Autoridad Nacional del Agua (ANA) y Obras por Impuestos en proyectos de agua. Ambos mecanismos son público-privados y tienen la capacidad de escalar los esfuerzos privados a nivel nacional”, comenta el representante de la CCL.

Agrega que, recientemente, la Comisión de Sostenibilidad de la CCL inició conversaciones con Global Water Partnerships para la creación de una alianza entre varias cámaras de comercio de Sudamérica, que tengan el objetivo de promover la gestión corporativa del agua, buscando sobre todo la participación de las pequeñas y medianas empresas.

“Sabemos que el Perú enfrenta en simultáneo varios desafíos urgentes en cuanto al suministro de agua. Sufrimos de estrés hídrico en nuestras principales ciudades, muchos de nuestros ríos están contaminados, falta acceso al agua potable en las poblaciones más vulnerables, la gobernanza de los recursos hídricos es débil y tenemos alta vulnerabilidad al cambio climático”, sostiene Conza.

En ese sentido, el especialista en sostenibilidad afirma que el rol del sector privado es clave.

“El involucramiento del sector privado en la agenda pública para el cierre de brechas hídricas ha pasado de ser una alternativa a una necesidad. La estadística y la realidad nos han demostrado que repetir las mismas estrategias para resolver el problema del agua no será suficiente para afrontar la crisis hídrica del país”, anota.

También, el representante de la Comisión de Sostenibilidad Ambiental de la CCL señala que el sector privado está llamado a ser el gran promotor de la sostenibilidad de los recursos hídricos. Para ello, debe desarrollar estrategias específicas que respondan a los principales desafíos hídricos.

“Los tomadores de decisión en la empresa deben tener respuestas claras a preguntas como: ¿mi unidad de producción está una zona de estrés hídrico?, ¿cómo lo mitigo?, ¿estoy monitoreando mis descargas de aguas residuales y me aseguro de que las de otros no me impacten?, ¿mis trabajadores y vecinos tienen acceso a agua segura?, ¿participo en la gobernanza de los recursos hídricos de mi cuenca, o tengo información de su desempeño? ¿estoy preparado para los efectos del fenómeno de El Niño?”, enfatiza Conza.

Finalmente, el representante de la CCL sostuvo que el sector privado tiene la ventaja de ir más rápido y en diferentes direcciones, ya que es capaz de buscar alternativas innovadoras que logren impacto.

“Cuando una empresa privada involucra en su core business la sostenibilidad, debe tener claro que el aspecto más visible de ello será su estrategia en agua”, puntualiza.

 

 

Datos y cifras

– Según el Banco Mundial, en las últimas tres décadas, la extracción de agua se ha duplicado en el Perú. El sector agrícola (específicamente la agricultura de regadío) utiliza la mayor parte del agua y representa el 89 % de las extracciones (superior al promedio regional, del 70 %). Le siguen los retiros para uso doméstico, con 9%, y para la industria, minería y otros sectores, que suman 2,3%.

– Una de cada tres escuelas no tiene instalaciones sanitarias adecuadas, y solo una de cada cinco tiene acceso a agua de calidad (Banco Mundial).

– Uno de cada cuatro peruanos vive de la agricultura, y depende de la lluvia y el riego para subsistir y generar ingresos (Banco Mundial).

– El agua se emplea para generar más de la mitad de la electricidad que se consume en el Perú (Banco Mundial).

– En el Perú, 9 de 10 personas acceden al servicio de agua potable. Sin embargo, 3.5 millones de peruanos aún no cuentan con dicho servicio, lo que representa al 9 % de la población, señala Mauro Gutiérrez, presidente ejecutivo de la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass). Del total de personas sin conexión de agua potable, cerca de 2 millones se ubican en Lima, Loreto, Puno y Piura, y 904.7 mil son niños menores de 12 años.

– En el caso de Lima hay más de 635 mil personas (6 % de la población) que no tiene agua potable- Del mismo modo, un 8 % de las personas que viven en Lima no cuenta con el servicio de alcantarillado y saneamiento en sus casas. Además, hay distritos que no tienen servicio de agua potable 24 horas, sino solo 6, 4 y hasta 2 horas al día, explica Alberto Cairampoma Arroyo, profesor de la facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú y autor del libro Los servicios públicos de agua potable y saneamiento en el Perú.

– Según Sunass, lograr que más peruanos accedan al agua potable y alcantarillado requiere de, aproximadamente, 95 mil millones de soles de inversión, a nivel nacional.

 

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“No hay una preocupación real sobre el impacto de El Niño”




«No hay una preocupación real sobre el impacto de El Niño»

Ante la presencia de ‘El Niño Costero’ y el ‘Niño Global’ que ponen en riesgo a la población y la actividad económica del país, empresarios, autoridades y expertos analizaron los últimos detalles sobre la evolución de este fenómeno climatológico, así como los potenciales impactos que podría tener sobre la logística, la producción agraria y la pesca en las zonas en que se prevé sufran las mayores consecuencias.

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En el marco del foro ‘Fenómeno de El Niño: Situación e impactos a futuro – ¿Qué hacer?’, evento que organizó la Cámara de Comercio de Lima (CCL), Alberto Ego-Aguirre, presidente de la Comisión de Asuntos Marítimos, Portuarios y Aduaneros del gremio empresarial, advirtió que, ante este fenómeno climático, aún no se percibe una preocupación real de los diferentes niveles de Gobierno, ya que no demuestran haber tomado en serio el tema de la prevención, en su total dimensión.

«La prevención es una de las cosas más importantes que se necesita ante la llegada de estos eventos climatológicos. Al no haber prevención ocurren los desastres. Estamos en octubre y la maquinaría para la descolmatación de los cauces de los ríos aún no ha llegado, pero debió estar aquí muchos meses atrás», resaltó el representante de la CCL.

Asimismo, Ego-Aguirre recordó que el fenómeno de El Niño Costero de 2017 fue uno de los más fuertes ocurridos en el país, dejando daños por US$ 20 000 millones.

«Es imposible detener los efectos de El Niño, pero sí es posible estar preparados para aminorar sus impactos», añadió.

Igualmente, el presidente de la Comisión de Asuntos Marítimos, Portuarios y Aduaneros de la CCL informó que viene apoyando el proyecto de ley del cabotaje presentado por el Poder Ejecutivo, figura que permitiría movilizar personas, alimentos y medicinas entre los puertos peruanos, en naves sin distinción de bandera, ante un desastre natural como el fenómeno de El Niño.

«La Marina de Guerra del Perú contribuye con lo que puede, pero cuando se destruyen las carreteras en distintas partes del norte o sur del país, dependiendo de cuán fuerte sea un Niño Costero, la única forma de atender a los afectados es por el mar, ya que el Estado no tiene los suficientes aviones o helicópteros para movilizar la ayuda», comentó.

Impactos

Por su parte, Héctor Soldi, exviceministro de Pesquería y Acuicultura, señaló que se pronostica que el evento climático de El Niño previsto para el 2023-2024 será muy similar al que se presentó en el periodo de 1925-1926, el cual fue uno de los más intensos en nuestro país y provocó impactos negativos en la infraestructura y la actividad económica.

“La pesca es el sector económico que más ha sufrido este año por el fenómeno de El Niño, precisamente porque las aguas marinas han mantenido temperaturas muy altas afectando la producción de anchoveta. En tanto, en la actividad agrícola y la exportación de productos como arándanos, palta y mango, han tenido un crecimiento relevante en los últimos 10 años; sin embargo, esta bonanza agrícola sería muy vulnerable ante este evento climático”, remarcó el especialista.

Además, Soldi indicó que la infraestructura de nuestro país, como carreteras, puentes y canales de agua, podría verse afectada ante el desarrollo del fenómeno de El Niño. En relación con el sector salud, debido a las intensas lluvias también podrían incrementarse los casos de dengue, colapsando hospitales y postas médicas.

Pronósticos

En tanto, Gino Passalacqua, oceanógrafo experto en ciencia del clima y meteorología, sostuvo que el pronóstico de un Niño Costero es de moderado a fuerte, según el Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (ENFEN), lo cual provocaría precipitaciones en la sierra norte del país de diciembre a febrero y sequías en el sur del país que podrían empezar en enero.

Ante estos efectos, el experto indicó que el Estado debe tener políticas públicas permanentes para reducir los riesgos e impactos económicos de estos fenómenos recurrentes y desarrollar capacidades de gestión a nivel nacional, regional y local para la adaptación y rápida remediación de los impactos de estos eventos extremos.

Ante los potenciales escenarios asociados a El Niño durante el periodo noviembre 2023-marzo de 2024, José Manuel Gálvez, meteorólogo investigador e Instructor en la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), sostuvo que este fenómeno actualmente ha tenido una presencia temprana con lluvias en marzo, habiendo tenido un plazo de un año para prepararnos.

“Tenemos dos meses para apuntalar la prevención en regiones que van a tener mayor impacto por las lluvias”, advirtió.

“El Niño tiende a favorecer lluvias torrenciales, inundaciones y epidemias en la costa norte, pero también sequías extremas en la sierra y la selva, con impactos severos a la agricultura, reservas de agua, entre otros. Este verano será lluvioso en el norte, sin embargo, no debemos olvidar que podría producirse una sequía en el resto del país”, concluyó.

 

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MEF: Se invertirán S/ 1.500 millones para resguardar infraestructura ante lluvias

El ministro de Economía y Finanzas, Alex Contreras, señaló que se ejecutarán obras de mantenimiento preventivo y correctivo a infraestructura vial, de saneamiento, educativa y en hospitales y centros de salud, por una inversión de S/ 1.500 millones.

 

Así lo anunció al lanzar el plan «Con Punche Perú: Atención a la emergencia», el cual incluye una rápida ejecución de acciones de prevención, protección y resiliencia de la infraestructura, a nivel nacional, ante la presencia de un Fenómeno del Niño Costero.

 

«Se crearán dos ventanas de inversión. La primera será ente mayo y junio y la segunda entre agosto y diciembre. Tenemos que actuar con celeridad y es el compromiso de todos los sectores”, manifestó.

 

Asimismo, afirmó que el Ciclón Yaku generó pérdidas de S/ 1.300 millones en daño a infraestructura, equivalente al 0,1% del PBI.  La cifra es mayor a la reportada hace unos días, cuando se estimaba que las pérdidas en infraestructura ascedían a S/ 1.200 millones.

 

Pese a esto, el titular del MEF, Alex Contreras señala que el efecto fue muy pequeño para la economía nacional.




Sector agro perdería hasta S/ 50,8 millones diarios por intensas lluvias e inundaciones

La Cámara de Comercio de Lima (CCL) estimó que el sector agro registraría una pérdida diaria de hasta S/ 50,8 millones debido a las intensas lluvias e inundaciones registradas en regiones declaradas en emergencia como Tumbes, Piura, Cajamarca, Lambayeque, La Libertad, Áncash y Lima.

 

“Estos eventos climatológicos vienen perjudicando a la producción agraria que, a la fecha, han afectado a más de 8.000 hectáreas que pertenecen a cultivos de mango, maíz, banano, limón, legumbres y guisantes; así también a más de 5.000 agricultores, donde la mayoría forma parte de la agricultura familiar y que depende del ingreso diario”, resaltó el presidente del Gremio para la Protección de Cultivos (Protec) de la CCL, Rubén Carrasco.

 

Precisó que el mayor número de agricultores afectados está en Lambayeque y Tumbes, siendo esta última región la que necesita con urgencia infraestructura de riego adecuada como represas, canales principales y drenaje, obras de ingeniería necesarias para seguir impulsando la actividad agrícola y enfrentar eventos climatológicos como el ciclón Yaku.

 

En relación al cultivo de arroz, sostuvo que este cereal podría resistir a las intensas lluvias dado que es una planta acuática que no es tan sensible como otros cultivos y requiere volúmenes considerables de agua para su crecimiento. Este cereal se cultiva mayormente en las regiones de La Libertad, Lambayeque, Cajamarca, Tumbes y Piura.

 

Alza de precios

Respecto a los precios, Rubén Carrasco sostuvo que el limón, mayormente proveniente de Sullana y Tambogrande (Piura), viene registrando un alza de 19%. Otros productos como frutas (banano y mangos) y algunas hortalizas también registran un incremento que oscila entre 10% a 15%. “Ello, debido al bloqueo de vías y carreteras, que perjudican a los pequeños agricultores que deben asumir mayores costos en transporte”, comentó.

 

Ante estas circunstancias, precisó que la recuperación del sector agrario y de los propios agricultores dependerá en gran medida del apoyo del Gobierno y la planificación adecuada con gobiernos regionales y locales, ya sea con la reconstrucción de infraestructura de carreteras y canales de riego, además del apoyo financiero, considerando además un eventual fenómeno de “El Niño Costero”.

 

En ese sentido, Rubén Carrasco estimó que la recuperación de los agricultores frente a los desastres naturales generadas por el ciclón Yaku podría darse entre seis meses a un año. “Lo que urge es celeridad en la rehabilitación de canales principales y carreteras en la zona norte del país, considerando que impulsan la actividad agroexportadora y el consumo interno”, anotó.




Agricultores afectados por sequías acceden a reprogramaciones y nuevos préstamos

Según el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego del Perú (Midagri), durante los últimos meses del 2022 hubo una escasez importante de agua debido a la ausencia de lluvias, experimentando una de las peores sequías de los últimos cincuenta años en las zonas altoandinas del país como Junín, Huancavelica, Ayacucho, Cusco y Puno, afectando principalmente a la industria agropecuaria.

 

Ante esta situación, Los Andes, con el objetivo de velar por el bienestar de sus clientes y reafirmando su compromiso de acompañar a las comunidades impulsando el desarrollo y crecimiento de todos los peruanos, pone a disposición el financiamiento de créditos con cuotas de pago que se acomodan al flujo de ingresos de nuestros clientes, además de acceso a reprogramaciones con facilidades de pago.

 

“Entendemos la problemática de muchos agricultores, quienes se han perjudicado ante la falta de lluvias. Para hacerle frente a esta compleja coyuntura, en enero se realizó reprogramaciones con facilidades de pago, beneficiándose a 1.107 clientes agropecuarios de los departamentos de Puno, Cusco, Arequipa y Ayacucho: Para este mes seguiremos dando facilidades para acceder a reprogramaciones y financiamiento con un nuevo crédito”, mencionó la gerente de Planeamiento Comercial de Los Andes, Sandra Jauregui.

 

Los Andes brinda acceso a distintas herramientas de ayuda a nuestros clientes de las zonas afectadas por la sequía, pues, según el Plan Nacional de Cultivos del Ministerio de Agricultura y Riego, el 63,8% de la superficie agrícola depende de las lluvias, por lo que la producción agrícola se verá gravemente reducida.

 

Es de vital importancia señalar que, en diciembre, el Gobierno declaró el estado de emergencia en varios distritos de algunas provincias de los departamentos de Arequipa y Puno, por el peligro inminente ante el déficit hídrico causado por la ausencia de lluvias que afectan a la sierra del país.