Peter Anders: Descentralizar el desarrollo
Reproducir:
Las desigualdades, que lamentablemente existen en nuestro país, se hacen más evidentes cuando se analiza el desarrollo de las regiones. Lima registra un mayor avance al igual que otras en el norte peruano, de modo que se han convertido en polos económicos a los cuales migran miles de peruanos de otras zonas con el objetivo de buscar bienestar para ellos y sus familias.
Por ello, quien tenga la enorme responsabilidad de dirigir nuestro país en los siguientes cinco años, deberá considerar que es imprescindible reformular el actual proceso de descentralización, de modo que no implique solo una división territorial basada en los antiguos departamentos; la elección de gobiernos regionales que terminan copiando todos los vicios del burocratismo y corrupción del gobierno central; y transferirles responsabilidades como quien se las quita de encima, sin ningún tipo de planificación ni capacitación.
Una verdadera descentralización del crecimiento económico, del desarrollo alcanzado por la capital y por otras pocas ciudades mayormente costeras, debe considerar la generación de una economía local dinámica y eficiente, de modo que sus habitantes decidan quedarse y emprender en sus lugares de origen, porque encuentran en él las oportunidades de construir un futuro mejor.
Peter Anders: Seguir trabajando
Peter Anders: Transparencia y legitimidad
Peter Anders: El futuro es hoy
Actualmente, varias regiones tienen en cartera proyectos de inversión que no solo mejorarían su nivel de desarrollo, sino que se convertirían también –obviamente, si es que se ejecutan– en un mecanismo para generar empleo e impulsar su economía.
Recordemos que, tanto la inversión privada como la pública, contribuyen con el crecimiento económico sostenido y son fundamentales para cerrar la brecha de infraestructura regional.
El Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (IEDEP) de la Cámara de Comercio de Lima ha identificado 921 megaproyectos de inversión que se ejecutarían en distintas regiones, entre los años 2021 y 2026, por un monto total de US$ 155.137 millones.
Si el nuevo gobierno orienta sus esfuerzos en impulsar estos proyectos que abarcan sectores como minería, hidrocarburos, transporte, entre otros, la historia comenzará a cambiar en casi todo el Perú.
Pero se requiere decisión política para su ejecución, la promoción de las asociaciones público-privadas, una mayor inversión pública y un mejor clima de negocios.
No hay otra forma más eficiente y, en cierto modo, sostenible de generar crecimiento para todo el país. Para lograrlo se requiere mayor predictibilidad y garantizar la estabilidad jurídica y política.
De que es necesario hacer cambios, nadie lo duda; sí, pero para corregir y mejorar todo lo que hemos hecho hasta hoy y para generar desarrollo para todos.
Los empresarios y emprendedores nos encontramos a lo largo y ancho del territorio peruano y podemos y debemos comprometernos a impulsar la economía de nuestras regiones, ser más competitivos y buscar la integración con mayores mercados. Esa es nuestra tarea.
Y la del Estado es promover estas iniciativas, facilitar su ejecución y contribuir con su desarrollo, de modo que luego cuente con recursos a través de los impuestos para hacer lo que es su tarea principal: brindar a los ciudadanos servicios básicos como la educación, la salud y la infraestructura.