BBVA Research: Economía peruana crecerá 2,7% este año y 2,5% el próximo
El ruido político, que deteriora el clima para los negocios, y la mala calidad de políticas públicas, que reduce la productividad y competitividad, serán un lastre que disminuye la probabilidad de aprovechar las oportunidades que se presentan, restando bienestar a los ciudadanos, indció el BBVA Research.
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El crecimiento de la economía peruana durante el 2002 se ubicará en 2,7%, una revisión al alza desde la previsión anterior de 2,3%, según estima BBVA Research. Luego del tercer trimestre en el que avanzó 1,7% en términos interanuales, la actividad mostrará un mejor desempeño en el cuarto, apoyado en la producción cuprífera de Quellaveco.
De acuerdo al Informe Situación Perú, presentado esta mañana, la expansión del PIB en el 2023 será algo menor, de 2,5%, previsión que tiene un sesgo a la baja.
“El entorno externo será más retador, las tasas de interés serán altas y la inversión pública sufrirá un bache luego del cambio de autoridades a nivel regional y municipal. En lo positivo, Quellaveco alcanzará su plena capacidad operativa (que equivale a siete décimas de punto porcentual del PIB) y el turismo receptivo seguirá normalizándose”, indicó el economista jefe para Perú del BBVA Research, Hugo Perea.
Para BBVA Research, estos factores revertirán en 2024: el crecimiento global rebotará, las tasas de interés cederán y la inversión pública se normalizará, mientras que, por otro lado, se disipará el impulso sobre el crecimiento de la producción cuprífera de Quellaveco y de la vuelta del turismo receptivo hacia un nivel más normal. Con estos factores, el PIB avanzará 2,4%.
En general, a lo largo del horizonte de proyección, se prevén tasas bajas de crecimiento económico, a pesar de que existen factores que podrían acelerar la expansión de la economía en el mediano plazo. Las buenas perspectivas para el precio del cobre (más allá de un bache en 2023) y un mayor desarrollo de obras de infraestructura podrían acelerar el crecimiento en 2 o 3 puntos porcentuales.
Pero el ruido político (que deteriora el clima para los negocios) y la mala calidad de políticas públicas (que reduce la productividad y competitividad) serán un lastre que disminuye la probabilidad de aprovechar las oportunidades que se presentan, restando bienestar a los ciudadanos.
Expectativas para tipo de cambio e inflación
De acuerdo a BBVA Research, la moneda local mostrará cierta debilidad en 2023 en un entorno de mayor percepción global del riesgo debido a la ralentización del crecimiento mundial, la recesión en EE.UU., entre otros factores. También influirá la disminución del diferencial de tasas de interés entre soles y dólares, y el menor apetito por activos de economías emergentes.
“Proyectamos que, luego de concluir 2022 entre S/ 3,85 y S/ 3,95 por USD, el tipo de cambio finalizará entre S/ 4,00 y S/ 4,10 por USD en 2023”, afirmó Hugo Perea.
Con respecto a la inflación, el Informe Situación Perú estima que concluirá este año en torno a 8,0%, mientras que el 2023 finalizará alrededor de 3,5%, en un escenario en el que la base de comparación interanual es elevada y las cotizaciones internacionales de insumos alimentarios y del petróleo tienden a bajar en proyección.
Según la entidad, la inflación probablemente mostrará resistencia a bajar en el corto plazo, pero desde marzo de 2023 y con mayor claridad en el segundo semestre de ese año, su retroceso será notorio.
Política monetaria
El Banco Central continuó ajustando la política monetaria en un entorno de inflación persistentemente alta, llevándola a terreno restrictivo. Sin embargo, redujo la magnitud de estos incrementos a 25pb (antes de 50pb). En un entorno de incertidumbre, las próximas decisiones estarán altamente condicionadas a la nueva información que vaya surgiendo (inflación total y subyacente, expectativas inflacionarias).
No se descarta algún ajuste adicional si la inflación que excluye alimentos y energía no cede y las expectativas inflacionarias (de medio plazo) siguen desancladas.
En la segunda mitad de 2023, cuando la inflación esté disminuyendo de manera más clara y la FED haya concluido con su ciclo alcista, se iniciaría una normalización gradual de la tasa de referencia, que se aceleraría en 2024.