Rediseñando el Employee Experience en épocas de pandemia
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Por: Cynthia Sánchez
El Employee Experience es el conjunto de procesos, programas y acciones por los que transita un/a colaborador/a en la organización, desde su reclutamiento y selección hasta, inclusive, el término de su relación laboral; y generan en cada persona una serie de percepciones y emociones diferentes. Estas iniciativas agregan valor y hacen la diferencia de una organización con otra.
Muchos de los líderes, en especial los que gestionan el capital humano, vienen trabajando en el diseño y la correcta ejecución de dichas experiencias, potenciando la marca empleadora, para así atraer y retener al mejor talento. Sin embargo, a raíz de la pandemia, las áreas de recursos humanos han tenido que rediseñar sus procesos.
Si antes definíamos el Employee Experience (EX) como un concepto que en mayor porcentaje consideraba el espacio físico, comodidades y beneficios que se brindaban dentro de la organización; hoy, con la nueva normalidad, esto pasó a un segundo plano para ahora repensar de qué forma, aún a la distancia, se podrá asegurar y promover el sentido de pertenencia, cercanía y orgullo.
Probablemente encontremos mucha información sobre cómo replantear una EX, pero el punto de partida será comunicar de manera eficiente y constante la visión y cultura de la organización. Todos somos conscientes que el mundo cambia, pero las creencias y propósito de la empresa se mantienen vigentes.
Asimismo, los/as líderes, deben estar comprometidos/as de manera sólida con la organización y sus equipos de trabajo, proyectando honestidad, autenticidad y confianza para generar vínculos que se mantengan más allá de los espacios físicos de los que usualmente se comparten en oficina. Aquí la sinergia y trabajo colaborativo entre las áreas de Gestión de Talento, TI y el equipo de líderes, ayudará a brindar una experiencia completa y sostenible.
Frente a los nuevos escenarios, será importante poner especial atención a la salud, seguridad y bienestar emocional de cada uno de los colaboradores/as, procurando separar las experiencias para los equipos que trabajan de manera remota y para los que salen a campo. Hay que considerar ser flexibles y apoyarlos en sus jornadas, entendiendo sus entornos y los microclimas en los que viven, ya que las realidades no son las mismas, por ello siempre las experiencias tendrán que ser únicas.
Bajo estas circunstancias, el área de Comunicación Interna cumple un papel primordial y debe establecer una estrategia clara para estar conectados, aún a la distancia. Es importante también evaluar qué se va a comunicar para evitar la sobrecarga de información. El reto es crear historias y no hechos, para hacer de la información una pieza a recordar y asimilar, por ejemplo, en forma de videos, imágenes o infografías.
En vista de que el clima laboral se ha trasladado de la oficina a la casa, las familias juegan un papel importante en este proceso, ya que influyen en el ánimo, percepción y la experiencia como tal. De esta manera, será importante trabajar y replantear la EX, ya que supone una ventaja competitiva para fidelizar y atraer el mejor Talento. Hay que recordar que hablar de experiencias es hablar de personas, percepciones y emociones. Por ello, el objetivo es generar la conexión entre la experiencia y el propósito de la marca, para así lograr el tan esperado engagement. No volveremos a un entorno laboral igual al de antes, por lo que crear una conexión emocional significativa y duradera será el reto para trabajar y nuestro factor diferenciador.