Inseguridad y criminalidad: impacto económico en las empresas
Los gastos adicionales ocasionados por la delincuencia común y el crimen organizado generan la caída de la rentabilidad de las empresas, además les resta productividad y competitividad. Ante esta problemática social, especialistas indican que se necesita un esfuerzo conjunto de las autoridades para combatir la inseguridad, y así lograr que el país vuelva ser atractivo para las inversiones.
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Por Igor Ybáñez Gamboa
La delincuencia sigue en ascenso en el país. Así, según la Central Receptora de Alarmas de Verisure, en el último año, el 56 % de incidentes (saltos de alarma) ya se han dado en empresas, de este porcentaje el 42 % son por robos o intentos de hurto y el 21 % por disturbios fuera de sus locales.
Frente a esta ola de asaltos, Daniel Dondero, gerente de Servicio al Cliente y Central Receptora de Alarmas de Verisure Perú, comenta que cada vez son más los negocios que optan por tener un sistema de vigilancia, que les brinde la tranquilidad para seguir operando.
“En nuestro caso, los negocios representan un 40 % de nuestra cartera actual, que asciende a casi 27 000 clientes”, añade.
Asimismo, el ejecutivo explica que la inversión en servicios de seguridad varía de acuerdo con diversos factores como el rubro de negocio, el tipo de local, entre otros.
“Nuestro portafolio de clientes está compuesto, mayoritariamente, por pymes y mypes, dentro las cuales tenemos, principalmente, restaurantes, bares, peluquerías, farmacias y almacenes”, detalla.
En esa línea, Dondero señala que desde el 2023 se registra un incremento significativo en la inversión en seguridad que realizan las empresas de los rubros de tecnología, farmacias y restaurantes con el fin de resguardar su patrimonio.
En cuanto al impacto de la inseguridad en la economía del país, el representante de Verisure menciona que se generaron pérdidas de hasta S/ 35 millones durante el 2023, con base en lo señalado por el sector empresarial. Además, refiere que según la Red de Estudios para el Desarrollo (Redes), se estima que la criminalidad le cuesta al Perú el 2,8 % de su PBI.
“Por esa razón, hoy muchos negocios optan por la adquisición de un sistema de seguridad, que les permita prevenir el ser víctimas de un robo y tener cuantiosas pérdidas”, indica Dondero.
Servicios de seguridad más demandados
El representante de Verisure sostiene que los empresarios suelen optar por sistemas ZeroVision, cuya demanda en el último año ha registrado un crecimiento del 20 %. Por otro lado, indica que las cámaras Arlo han tenido un crecimiento del 110 % en los últimos 12 meses.
“A diferencia de otros sistemas de videovigilancia del mercado que solo incluyen una cámara para registro audiovisual. El sistema de alarma monitoreada se activa ante un salto de alarma y permite que expertos en seguridad de la Central Receptora de Alarmas accedan a las cámaras del negocio para conocer la situación y activar el protocolo para dar aviso a las autoridades y la activación del efecto ZeroVision”, detalla.
Analizando las inversiones del sector empresarial en servicios de alarmas, cámaras de videovigilancia, entre otras, Dondero señala que debido al complejo contexto del país respecto a la seguridad, se ha registrado un aumento de la inversión no solo en los locales puerta a calle sino también en los centros comerciales, donde se han visto durante este 2024, que algunas tiendas han sido víctimas de la delincuencia.
Impacto en la confianza de inversionistas
Por su parte, Noam López, investigador del Instituto de Analítica Social e Inteligencia Estratégica Pulso de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y experto en temas de seguridad, refiere que un entorno inseguro reduce la confianza de los inversionistas, tanto locales como extranjeros, lo cual impacta significativa a la reactivación económica del país.
“A raíz de las necesidades de mayores medidas de seguridad por parte de las empresas se van elevando los costos operativos de los negocios, especialmente de las micro y pequeñas empresas como bodegas, restaurantes o talleres, ya que les cuesta mucho sobrevivir en su primer año de vida. Entonces, esto a la larga termina afectando al PBI”, señala el experto de la PUCP.
“Esta situación genera un clima de desconfianza que puede desincentivar la inversión, tanto nacional como de capital extranjero. Las empresas, al percibir un ambiente inseguro, pueden optar por no invertir o incluso retirarse del mercado, lo que a su vez afecta a la creación de nuevos empleos y el crecimiento económico”, precisa el especialista.
Además, López indica que el costo de que el país tenga una criminalidad alta o concentrada en ciertos lugares se va a reflejar en el aumento de gasto en servicios de seguridad privada, seguros y sistemas de protección que hoy en día tienen un uso muy intensivo de la tecnología como la informática. “A la larga, estos costos de las empresas recaen en los consumidores que terminan pagando precios más altos por un servicio o producto”, añade.
“Ante este problema social, las empresas también tienden a reducir sus inversiones y expansiones en zonas de alto riesgo, ya que no les va a convenir abrir locales, filiales, sedes de distribución o dentro de su cadena de valor o producción para que sean amenazados por la delincuencia. Además, a los empresarios no les conviene que estas operaciones se encuentren en zonas donde hay una alta concentración de homicidios y extorsión”, refiere López.
Impacto sobre la actividad productiva
En tanto, Wilmer Infante, director de la Facultad de Negocios de la Universidad Privada del Norte (UPN), señala que la inseguridad ciudadana puede restar entre 1 % y 3 % al crecimiento económico anual del país, ya que afecta a importantes industrias como el turismo, debido a que la mala percepción por este flagelo social afecta negativamente en la llegada de los visitantes del exterior, lo cual impacta en la fuente de ingresos en divisas.
“La criminalidad genera miedo y ansiedad en la población, afectando su calidad de vida y su capacidad para desarrollar actividades económicas, por lo cual también se ve un deterioro en el bienestar de los ciudadanos. Esto también impacta significativamente en la producción y competitividad del Perú con otros países de la región”, menciona el experto.
En relación con las mypes, el especialista indica que se ven grandemente afectadas por la criminalidad, ya que son vulnerables a la extorsión y el de cobro de cupos. “Estos delitos muchas veces no se denuncian por miedo a represalias. Esto termina agobiando y agotando los recursos de estos pequeños empresarios que muchas veces no cuentan con los recursos para invertir en seguridad privada. Estos delitos afectan su rentabilidad, limitan su crecimiento y, en algunos casos, los obligan a cerrar sus negocios”, agrega.
La seguridad es vital para el desarrollo
Ante esta problemática de los negocios, el presidente de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), Roberto De La Tore, sostiene que el tema de seguridad es vital para el desarrollo del país. “Todo esfuerzo que podamos hacer resulta inútil si no logramos controlar la delincuencia en el país”, acota.
“Esto afecta directamente a la ciudadanía en general; y en el caso de las empresas también. Entonces, si no se trabaja atendiendo este tema de las extorsiones, del crimen organizado, simplemente no se va a generar más puestos de trabajo, se retienen las inversiones, porque el clima de inseguridad te complica; incluso las inversiones extranjeras. Las empresas van donde haya más estabilidad política, económica, social y también seguridad”, expresa el líder empresarial.
Propuestas de solución
Para abordar la problemática de la inseguridad a fin de que las empresas tengan un mejor clima de negocios, el director de la Facultad de Negocios de la Universidad Privada del Norte (UPN), precisa que es necesario implementar un enfoque integral que incluya el fortalecimiento de las instituciones como la Policía Nacional del Perú, el Ministerio Público y el Poder Judicial para que entre ellas mejoren su capacidad de coordinación y su capacidad operativa.
Además, el experto considera que es fundamental fortalecer la prevención del delito con la implementación de programas sociales y educativos que aborden las causas de la delincuencia, como la pobreza, la falta de oportunidades y la exclusión social.
“Otro tema importante es la reforma del sistema penitenciario con el propósito de mejorar las condiciones en los penales y promover la rehabilitación de los reclusos. Además, es fundamental fortalecer la cooperación internacional con otros países en la lucha contra el crimen organizado transnacional”, enfatiza Infante.
Por su parte, el investigador de Pulso PUCP indica que una de las soluciones para combatir contra la inseguridad es el fortalecimiento la institución policial a través de una mejor formación y mejor generación de capacidades de los efectivos del orden.
“Esto ciertamente involucra mayor inversión en la parte de formación policial, pero también verificaría el tema de la carrera policial, de la alta rotación porque esta última afecta bastante en la especialización dentro de la Policía, y así también se buscaría fortalecimiento de la institución policial con buenos cuadros en la parte directiva. Esto en el caso de vicios de corrupción o delitos administrativos. Esto es un trabajo de largo plazo donde se tendría que tener la voluntad política”, refiere el catedrático.
Finalmente, López indica que hay mucho por hacer en coordinación interinstitucional, ya que las instituciones encargadas del orden puedan compartir información o trabajar con los mismos protocolos que se trabajan en Lima y en cualquier otra ciudad. “También, el uso de tecnología para la generación y análisis de datos es vital, así como la participación activa de la ciudadanía”, puntualiza.
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