Democracia para crecer
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La Cámara de Comercio de Lima empezó a trabajar en abril del 2022 propuestas de políticas públicas para aportar al debate nacional con temas fundamentales para el país. Estas se enfocaron en los siguientes aspectos: Fortalecimiento de la democracia, del libre mercado, de la seguridad ciudadana y de la formalidad. La primera propuesta abordó una reforma política reconociendo que la democracia, como todo sistema político, va más allá de la simple administración del poder y permea todos los aspectos de la sociedad, incluyendo la economía.
La estrecha relación entre democracia y economía en el caso peruano es evidente, como se refleja en la perspectiva de calificación crediticia del país. La incertidumbre política y la falta de estabilidad institucional han afectado significativamente esta calificación. Por lo tanto, la posibilidad de fortalecerla con una reforma política, tal como menciona Jaime Reusche, de Moody’s, brinda una oportunidad para restablecer la confianza de los inversionistas y mejorar la perspectiva económica.
En una democracia fortalecida existe el principio de autoridad que, junto con una mayor seguridad ciudadana, crea un entorno propicio para la formalización de la economía y el adecuado funcionamiento del libre mercado. Estos factores, a su vez, promueven el desarrollo nacional, especialmente para los sectores más vulnerables.
La falta de idoneidad de nuestros representantes obstaculiza la ejecución de obras públicas necesarias para cerrar la brecha de infraestructura que no solo necesitamos para salir de la crisis económica, sino que además urge para atender las necesidades de salud, educación y seguridad de la población.
Cambiar esta realidad no solo fortalecerá la institucionalidad sino también promoverá políticas económicas sostenibles y la paz social necesaria para el desarrollo del país.
Una de nuestras propuestas priorizadas busca la idoneidad de los candidatos. En tal sentido proponemos restringir el derecho a postular a cargos de elección popular a los sentenciados por delitos graves, incluso si ya cumplieron la pena. Nuestra democracia no puede seguir admitiendo a personajes que deciden utilizar la política para fines subalternos y no busquen el desarrollo del país. Nuestra oferta electoral debe mejorar para que los ciudadanos puedan ejercer su derecho al voto sin encontrarse en el dilema de elegir entre el candidato malo y el menos malo.
Aunque factores externos como el Fenómeno de El Niño, las heladas, el friaje o los sismos pueden influir en el desempeño económico del Perú, la fortaleza de las instituciones democráticas y la capacidad del gobierno para gestionar eficazmente esos desafíos son igualmente importantes en la recuperación económica. Y para eso necesitamos autoridades idóneas.
En un mundo que nos ha demostrado que todo puede cambiar en cuestión de horas (basta recordar las cuarentenas por la pandemia del COVID-19), la consolidación de la democracia es esencial para garantizar una institucionalidad que promueva un crecimiento económico sostenible y equitativo. Para lograr este objetivo, debemos recuperar la confianza en el país y llevar a cabo las inversiones esperadas. La materialización de ellas se convierte en un factor determinante para todos. Finalmente, todos debemos involucrarnos en impulsar la reforma política que tanto necesita el país. No podemos perder un minuto más sin hacerlo.
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