Alonso Segura: «El modelo económico se puede ajustar sin un cambio constitucional»
El exministro de Economía, Alonso Segura, señala que se deben seguir consolidando los programas sociales y aplicar la inclusión productiva para generar mejor redistribución de los recursos.
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Por Raquel Tineo Ramos
¿Cuáles son sus impresiones sobre las propuestas de los candidatos en materia económica?
Hay medidas que pueden ser irresponsables y, comparadas con otras, casi terminan siendo pecados veniales. Se puede entender que, como estrategia política, algún candidato puede proponer medidas como la entrega del canon minero a la población, pero es una lógica errada.
Lo único que se va a lograr es que esos recursos no regresen y nunca se podrá cerrar la brecha de infraestructura. Se va a desfinanciar el presupuesto y habrá un problema fiscal que generará disparidad y grandes problemas sociales.
Por otro lado, propuestas como nacionalizar todas las actividades económicas o el cierre de importaciones son peligrosas. El Perú y América Latina ya probaron ese modelo y fue un desastre. Los principales perjudicados fueron los hogares y los trabajadores.
No podías producir, tenías limitada la oferta y lo poco que conseguías era de mala calidad y caro. Eso tampoco genera empleo, porque no se crea capacidad productiva, ya que nuestro país no es industrializado.
Ni que decir de estatizaciones, que también destruyen la capacidad productiva del país. Mientras que revisar los contratos con las transnacionales, que generan el 70% del Impuesto a la Renta (IR), es absurdo.
Se va a perder capital, Las empresas se van a ir a los países vecinos y Bolivia no es un buen ejemplo. Ellos subsisten de consumir sus rentas gasíferas que ya cayeron y están en un déficit insostenible, su deuda está explotando.
¿Entonces qué hacer para mejorar la ejecución y gasto?
El tema no es solo económico. Parte del problema es la organización política del país. No hay autoridades regionales y locales que tengan competencias en manejar fondos públicos. Hay decisiones que tomar e implican una reforma constitucional (en el buen sentido).
Y, para mejorar la ejecución y gasto, se tiene que trabajar en mejorar las capacidades. Si es que se necesita una reforma fiscal se tiene que hacer, pero planteando una reforma en serio de la estructura política y territorial del Perú.
En lo económico, se tiene que apoyar a los gobiernos regionales y locales a que formulen mejor sus proyectos. Hay casi 2.000 municipios y es imposible manejarlos. Para eso se deben hacer planes multianuales de inversiones, a través de diferentes filtros.
La idea es garantizar que esos recursos tengan una rentabilidad social. Se tiene que seguir apostando por el cierre de brechas y aplicar un poco de centralismo para controlarlo. Sin embargo, ningún candidato está proponiendo esto, nadie quiere atacar el problema en serio.
Por eso dejan que se dilapiden y se repartan los recursos, exacerbando los problemas que tenemos como país. Lo que están haciendo es, de manera muy cortoplacista, casi comprar voluntades.
Por eso se ha criticado siempre el modelo económico. ¿En qué línea deberían ir los cambios?
Obviamente hay ajustes que se deben hacer. Pero, eso no quiere decir que se necesite un cambio constitucional. Primero, se necesita continuar la consolidación de las políticas sociales. Para ello, hay que ver qué programas nuevos potenciar.
Lo segundo es la inclusión productiva, es decir, tratar de generar una mejor redistribución, no simplemente chorreo, sino mecanismos de políticas públicas para que el Estado llegue a todo el país. Para lo cual se necesita gente coherente al mando de las políticas públicas y económicas del país.
Además, es importante un cambio de chip de las personas que están al mando, pues se cree que el crecimiento por sí solo va a solucionarlo todo, pero una mejor redistribución te genera un crecimiento balanceado porque te cierra brechas de oportunidades.
Ese debe ser el objetivo. Lamentablemente, los últimos cinco años han sido de retroceso dramático. Eso no es culpa de la Constitución, si no de las autoridades que elegimos.
Salud y educación son otros temas prioritarios. ¿Es factible aumentar los presupuestos?
Quizás la respuesta sea sí, pero no se puede sacrificar la estabilidad fiscal para gastar lo que no se tiene. Entonces, la capacidad de incrementar presupuestos, en general, va a estar acotada por la disponibilidad de recursos.
Dentro de eso se tiene que ver cómo repriorizar presupuestos. Eso significa que, en la medida que los ingresos no suban (y estamos en caída de ingresos por la caída de la inversión privada), se tienen que tomar decisiones sobre qué despriorizar.
Sin embargo, decir que se incremente al 10% el PBI de salud o educación es imposible y es una mentira del tamaño de la catedral. Ningún país lo hace. Muchos de los ingresos en el país son rentas de canon, por ejemplo.
De esta forma desaparecería el resto de sectores: seguridad ciudadana, ejército, justicia, cultura, etc. Con ese tipo de propuestas solo están mintiéndole a la población.