Casi 4 millones de trabajadores en el Perú tienen una “segunda chamba”
El fenómeno de la ocupación secundaria en el país es una respuesta a la necesidad de complementar ingresos, ya sea por motivos de insuficiencia económica o como estrategia de ahorro e inversión.
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La necesidad de una ocupación secundaria surge por la insuficiencia de ingresos para cubrir el presupuesto familiar o el pago de deudas. Sin embargo, estas no son las únicas motivaciones. Muchas personas buscan generar ingresos adicionales para ahorrar, invertir, financiar estudios o futuros emprendimientos. La ocupación secundaria también puede otorgar cierta estabilidad financiera, especialmente si el ingreso principal familiar es inestable o temporal.
En el Perú, se estima que unas 3 954 969 personas tienen una ocupación secundaria (“segunda chamba”). De este total, el 82,7 % tiene una ocupación secundaria fija y el 17,3 %, una eventual (“cachuelo”), según un estudio del Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (IEDEP) de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), basado en cifras de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) y del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
Tanto los trabajadores formales como informales recurren a esta práctica. En el caso de los trabajadores formales, el 13,5 % tiene una ocupación secundaria fija y el 2,9 % realiza “cachuelos”. Por otro lado, el 20,2 % de los trabajadores informales tiene una ocupación secundaria fija y el 4,2 % tiene una eventual.
Las actividades económicas “Agropecuaria” y “Otros servicios” concentran el mayor número de trabajadores con ocupación secundaria. En el sector Agropecuario, el 33,6 % de los trabajadores tienen una ocupación secundaria fija y el 25,4 %, una ocupación secundaria eventual. En Otros servicios, que incluye servicios empresariales, personales, agencias de viajes, operadores turísticos, educación, salud y otros, se encuentran el 30 % y el 31,2 % de los trabajadores con ocupación secundaria fija y eventual, respectivamente.
Ingresos
En términos de ingresos, los trabajadores con un segundo empleo alcanzan un promedio similar o incluso superior al de aquellos con uno solo. Así, mientras que los trabajadores con un solo empleo tienen un ingreso promedio de S/ 1 532, los que tienen una “segunda chamba” perciben en promedio S/ 1 644 (S/ 1 093 de su trabajo principal y S/ 551 de su ocupación secundaria fija) y S/ 1 367 (S/ 1 051 por su ocupación principal y S/ 317 por su “cachuelo”).
Por departamentos
Lima es el departamento que acoge el mayor número de personas con un segundo empleo , con 678 000 trabajadores, lo que representa el 17,1 % respecto del total nacional. Le siguen Piura con 340 000 personas (8,6 % de participación), Cajamarca con 314 000 (7,9 %), Puno con 257 000 (6,5 %), Áncash con 243 000 (6,1 %) y Cusco con 223 000 (5,6 %). Estos seis departamentos concentran el 52 % de los trabajadores con segunda ocupación.
En contraste, los departamentos con menor número de trabajadores con segunda ocupación son Madre de Dios (0,5 %), Tumbes (0,7 %), Moquegua (0,7 %), Tacna (1,1 %) y Pasco (1,5 %), con menos de 60 000 personas cada uno.
Por sexo
Es cuanto al género, los hombres predominan en las ocupaciones secundarias, tanto fijas como eventuales, ya que representan el 56,7 % y el 53,4 %, respectivamente. No obstante, en sectores como “Alojamiento y restaurantes” (85,5 %), “Comercio” (71,6 %) y “Otros servicios” (59,9 %), la participación de las mujeres es significativamente mayor.
Un análisis por departamentos muestra que en Lima y La Libertad el número de mujeres con una ocupación secundaria supera al de hombres, mientras que en el resto del país la participación de los hombres es mayor.
El fenómeno de la ocupación secundaria en el Perú es una respuesta a la necesidad de complementar ingresos, ya sea por motivos de insuficiencia económica o como estrategia de ahorro e inversión. Este fenómeno es transversal, pues afecta a trabajadores tanto formales como informales, y refleja una realidad económica en la que múltiples fuentes de ingresos se vuelven esenciales para asegurar la estabilidad financiera de los hogares. Las diferencias regionales y de género en la distribución de estas ocupaciones subrayan la diversidad de condiciones laborales en el país.
Para abordar la necesidad de una ocupación secundaria, las autoridades deben centrarse en mejorar las condiciones laborales, promover la formalización del empleo y ofrecer capacitación continua. Además, es crucial fomentar el emprendimiento, desarrollar políticas regionales inclusivas y fortalecer la seguridad social. Sin duda, estas acciones contribuirían a reducir la dependencia de múltiples empleos, con el fin de mejorar la calidad de vida de los trabajadores peruanos.
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El fenómeno de la ocupación secundaria en el país es una respuesta a la necesidad de complementar ingresos, ya sea por motivos de insuficiencia económica o como estrategia de ahorro e inversión.