Alberto Aquino Collantes (1934 – 2023)

El experimentado hombre de prensa Alberto Aquino Collantes falleció el 4 de agosto pasado, a los 89 años de edad.

De pocas palabras, pero enfáticas, oportunas y agudas, don Alberto –como le decían colegas y amigos– estudió Periodismo en la antigua Escuela de Periodismo de la Universidad Católica, ubicada en la novena cuadra del jirón Camaná, en el Centro de Lima, y empezó su carrera periodística en Panamericana Televisión. De eso hace 60 años, el 18 de agosto de 1963.

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Desde ese entonces, trabajó para varios medios escritos, televisivos, radiales y agencias noticiosas. Su última actividad fue en el periodismo institucional, al laborar de manera ininterrumpida en la Cámara de Comercio de Lima (CCL) durante los últimos 31 años.

También trabajó en RPP, para luego pasar por un extenso y prolijo recorrido por los diarios Expreso, La Crónica, Última Hora y El Peruano. Fue uno de los fundadores del periodismo económico en nuestro país, junto al también recordado periodista Juan Zúñiga.

Por ello, Alberto Aquino deja un legado trascendente que se centra en el esfuerzo, la perseverancia, la integridad y el respeto por los demás, y sobre todo en su compromiso con el periodismo.

Casado durante 64 años con la señora Silvia Rodríguez –fallecida en el 2007–, don Alberto es recordado por ser un caballero, de quien los directores de nuestra institución destacan su calidad de persona y su enorme conocimiento de la historia del Perú.

Estaba a punto de culminar un libro con sus memorias, aquellas que buscaba enlazar con el transcurrir de la historia del país y que lo llevaron a recordar a su natal Chiquián (Áncash) y su paso por Huacho, donde se educó y desde donde emigró a Lima.

En la CCL, forjó una amistad duradera con el past president, Samuel Gleiser Katz, en cuya gestión comenzó a reforzar publicaciones como el semanario Empresas & Negocios, la revista La Cámara y a colaborar en la formulación de los discursos institucionales.

Si el periodismo era su pasión, el Derecho era el anhelo que no pudo cumplir de joven; pero no se detuvo hasta conseguirlo. A los 82 años de edad comenzó a estudiar y culminó esta segunda carrera justo antes de la pandemia. En octubre del 2022 obtuvo su título y la colegiatura.

Carlos, Percy, Marco, Victoria, Giovanna y Alberto, sus hijos, recuerdan hoy que, a inicios de julio último, su padre quiso recorrer con ellos los caminos que lo trajeron a Lima desde Huacho.

Para Bernardo Furman, presidente del Comité Editorial de la CCL, don Alberto fue una de las primeras personas que conoció cuando llegó a nuestra institución. Reconoce en él a “un hombre amable, afable, gran conversador de una cultura y un lenguaje amplio, y dueño de una pluma cervantina”. Además, destaca de don Alberto su gran conocimiento sobre la historia de la CCL y el trato fraternal y paternal que tenía con los periodistas de los medios de comunicación, siempre positivo y colaborativo.

Don Alberto era también un hacedor de largos discursos, pues tenía mucho que decir. “Siempre lo sentí cercano, con una anécdota en el bolsillo sobre cualquier tema o persona, largas para los elogios, discretas para la crítica. Observador, detallista, pero discreto. Siempre estaba presente, pero sabía que él no era el protagonista. Las palabras eran suyas; las voces, de otros. ¡Se lo extraña, don Alberto!”, resalta.

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