Juan Carlos Odar: «PBI del 2023 crecería 2,2%, pero con sesgo a la baja»
El director de Phase Consultores, Juan Carlos Odar, estima que la inflación entre enero y febrero superaría el 9%, y para el cierre del año se situaría por encima del 4%, lejos del rango meta.
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Por Maribel Huayhuas
Usted proyecta que el PBI de enero tendría tasa negativa. ¿En cuánto caería?
Todavía es un número en marcha, pero estimamos una caída de 0,5% del PBI o más. Pero si las protestas siguen escalando, pensaría que el sesgo sería un resultado más negativo, y estaríamos hablando de un impacto mucho más importante. Este impacto adverso se sustenta en la afectación a la minería, los servicios y el transporte, sectores que en su conjunto explican alrededor de dos tercios del total estimado.
Ante esta situación, ¿lograría crecer la economía del país en el primer trimestre?
Es difícil calcularlo, en el sentido de que no sabemos cuándo y cómo van a terminar los conflictos. Antes de que empezaran las protestas, teníamos una estimación del PBI de entre 1,5% a 1,7%. No obstante, mientras más se prolonguen las protestas, más castigados serán esos números.
Hoy es improbable crecer a 1,7%, pero el 1,5% podría considerarse como un “escenario optimista” y techo para los próximos meses. No podría decir que en este primer trimestre habría condiciones para un crecimiento mucho más robusto. Ello, incluso, antes de empezar los efectos de las protestas.
En el caso de extenderse las protestas hasta la segunda semana de febrero, ¿qué tanto puede verse afectado el PBI del primer trimestre?
Grosso modo, por cada día de protesta se le resta al PBI entre 0,12% y 0,15%. Esto representa pérdidas económicas de alrededor de S/ 100 millones diarios. Por ello, de extenderse las protestas hasta la segunda semana de febrero, habría un impacto negativo en el PBI estimado en S/ 1.400 millones.
Considerando que la zona sur aporta en total casi el 23% del PBI nacional, pero que en la minería su participación llega al 54%, este sería el sector más afectado. Con ello, se ven afectados también los servicios, el transporte y la agricultura, tanto la tradicional (como en Puno) como la moderna exportadora (Ica).
Moody’s Analytics estimó que el PBI del 2023 crecería solo 1,9%. ¿Coincide con esta proyección?
Para este año, en términos de crecimiento, teníamos un punto de partida menor al de 2022 (2,6%), con una proyección de 2,2%. Pero, por las circunstancias actuales, ese porcentaje sería el techo improbable para este 2023. Por tanto, la proyección sería claramente menor. En ese sentido, el 1,9% de Moody’s sería bastante razonable. Por el momento, estimamos una variación positiva de 2,2%, pero con un sesgo a la baja.
El BCRP ha estimado que la inflación del 2023 cerraría en 3%. ¿Es probable ubicarnos dentro del rango meta?
Es poco probable, dadas las condiciones actuales. Es posible que entre enero y febrero de este año obtengamos tasas (inflacionarias) mayores al máximo del año pasado. En junio del 2022 llegamos hasta el 8,8%, y es muy probable que, en el primer bimestre, superemos el 9%. A partir de ahí, sí podría haber una caída relativamente rápida de la inflación, pero no tan marcada.
Es posible que estemos cerrando el primer semestre con una inflación de alrededor del 7%, bastante menor a la actual, pero aún todavía lejos del 3%. En adelante, la bajada (inflacionaria) también sería menos acentuada, y es probable que estemos cerrando el año con una inflación por encima del 4%, bastante menor de lo que ahora tenemos, pero todavía lejos del rango meta (1% al 3%).
¿Cuál será el impacto de esta coyuntura sobre el empleo?
Se ha visto una recuperación en el número de trabajadores, pero ello se está dando con un mayor nivel de informalidad, donde se aprecia un deterioro de la calidad del empleo. Es decir, en este contexto de convulsión se tendrá un subempleo más alto.
El subempleo va por el lado de que la gente está trabajando más, pero no necesariamente está ganando lo suficiente, debido a que estamos en un contexto de inflación alta, con menos capacidad de compra. Ante esta circunstancia, las personas están optando, por ejemplo, por un segundo empleo, a fin de obtener mayores ingresos.
Si bien hay una recuperación en la cantidad de personas trabajando, en promedio el nivel de ingresos no ha mejorado. Eso es lo difícil, si tomamos en cuenta que nuestro país tiene un nivel de informalidad alta. Por ejemplo, algunos políticos salen con la idea de elevar la remuneración mínima, pero eso no sirve en el contexto actual, porque el subempleo se manifiesta mayormente en los trabajadores independientes. Así, la remuneración puede subir el doble o el triple de lo actual, y eso no implica que mejore la situación del trabajador independiente o del informal.
En este primer trimestre, ¿cuánto podría crecer el subempleo?
En número de personas puede registrar un incremento del 2% a 3% de la fuerza laboral, lo que implica alrededor de 500.000 personas a lo largo del año. Para el primer trimestre serían unos 130.000 trabajadores.