Dólar a la baja: Conozca su impacto y proyecciones

La tendencia a la baja de la cotización del dólar frente al sol se acentuó en los últimos días y ahora la moneda estadounidense se ubicó por debajo de los 3,66 soles, su menor nivel en más de 11 meses.

 

¿Qué factores explican la reciente caída del dólar? La gerente de intermediación de divisas de Renta4 SAB, Gianina Villavicencio, explica que, por el lado internacional, las razones están en los datos económicos de Estados Unidos, que resaltan una inflación cayendo por debajo de lo estimado (4,9% a/a en abril comparado a un esperado de 5%) y una inflación subyacente de 5,5%, de acuerdo con la expectativa.

 

Ello, mientras que se observan indicadores de una desaceleración económica, lo que aumenta la expectativa de una reducción de tasas por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED).  “La caída de las tasas reduce las perspectivas sobre el dólar, lo que permite que las monedas regionales crezcan”, señala Villavicencio.

 

Por el lado local, la gerenta de Renta4 SAB señala que la mayor correlación del tipo de cambio se da con el cobre, pues Perú es, luego de Chile, el mayor exportador de cobre a nivel global y este mineral equivale al 30% del total exportado total peruano.

 

“A nivel local hemos visto una recuperación de los niveles de exportación después de menores riesgos sociales y políticos. La exportación de cobre aumentó 20% a/a en marzo, mientras que por temas políticos, la exportación chilena cayó en 5%.  Southern Perú aumento su produccion en 80% a/a y Antapaccay en 65% a/a. Ambos puntos resaltan una mayor solidez de la moneda local”, expresa.

 

¿A quiénes beneficia?

Gianina Villavicencio indica que la caída del dólar beneficia localmente a las empresas que importan dado que lo hacen a un menor valor, pero, a la vez, perjudica a los exportadores porque estos reciben sus pagos en dólares. Por lo tanto, la caída del dólar terminaría generando un mayor beneficio a las economías importadoras, y afecta negativamente a economías que se centran en la exportación como la nuestra.

 

La caída de la cotización del dólar beneficia, además, a las empresas con un alto endeudamiento en dólares, dado que se reduce el valor de los intereses a pagar. Directamente también afecta a la inflación, por los bienes importados valorizados en dólares como los alimentos y los hidrocarburos.

 

Por su parte, el director de Phase Consultores, Juan Carlos Odar, afirma que la caída del dólar beneficia a los importadores y, en general, a los consumidores de productos importados porque ayuda a tener una reducción del ritmo inflacionario y a que algunos precios puedan bajar. Asimismo, los beneficiados son los que tienen créditos en dólares porque pagarán cuotas más bajas.

 

Proyecciones

¿Qué ocurrirá con la cotización del dólar en los próximos meses y el próximo año? Para los próximos meses, la especialista de Renta4 SAB espera un aumento del tipo de cambio como consecuencia de un debilitamiento de las monedas de América Latina por su desaceleración económica. A su parecer, si bien actualmente hay un sentimiento risk-on (de riesgo) en el mercado que se observa a través del incremento de los índices estadounidenses, esto cambiaría en la segunda mitad del año, después de ver una caída macroeconómica producto del alto nivel de las tasas actuales.

 

“Proyectamos que el tipo de cambio se ubique al final del año entre S/ 3,77 a S/ 3,87. Ello, porque la disminución global, históricamente, le pega más a las economías emergentes y los inversionistas mudan sus inversiones hacia mercados de menor riesgo”, estimó Gianina Villavicencio.

 

En tanto, el director de Phase Consultores, Juan Carlos Odar, manifiesta que en la evolución del tipo de cambio el factor clave es si se eleva o no el límite de endeudamiento de Estados Unidos, lo cual debería disiparse en las próximas semanas.

 

Otro factor a considerar es lo que suceda con la tasa de interés de la FED. Si la tasa baja pronto, lo que es poco probable, se validaría el bajo nivel del dólar. Si ocurre lo contrario, es decir, una subida inesperada de la tasa de interés, que es lo más probable, entonces se fortalecerá el dólar. “En el balance, creo que el tipo de cambio está cerca del piso y, por tanto, no habría presiones adicionales para que siga cayendo más y lo que ocurriría es que empiece a subir pronto”, asevera Odar.

 

A nivel local, explica Odar, es importante el manejo de la política monetaria del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP). “Su intervención ha reducido la volatilidad cambiaria. Si la presión a la baja del dólar sigue siendo significativa es probable que la entidad intervenga en el mercado”, estima.

 

De esta forma, el economista estima que el dólar subirá, ubicándose en alrededor de S/ 3,80 al cierre de 2023. “Es probable que cerremos entre S/ 3,70 y / 3,80, por encima de los niveles actuales considerando los factores tanto internacionales como locales”, afirma.

 

Perspectivas 2024

Por su parte, Scotiabank proyecta un movimiento lateral del tipo de cambio, aunque en términos promedios mantendría un sesgo hacia la apreciación en el 2024 por tercer año consecutivo.

 

«El tipo de cambio es la variable más difícil de pronosticar y la relativa estabilidad en nuestras proyecciones, de S/ 3,85 para fines del 2023 y también para 2024, es engañosa», señala el banco.

 

Al respecto, el banco recalca que los grados de incertidumbre en lo que resta del 2023 y 2024 aún seguirán siendo elevados, considerando el proceso de transición de la política monetaria de una postura contractiva hacia una posición neutral, el persistente ruido político y los riesgos latentes en el contexto internacional.

 

«Lo que esperamos para el 2024 es que la evolución del sol refleje el balance de fundamentos externos, precios del cobre, la tendencia internacional del dólar, el diferencial entre tasas de interés y la voluntad del BCRP de evitar mucha volatilidad».

 

El supuesto de fondo, refiere Scotiabank, es que el sol se moverá más en función de mercados y fundamentos que de turbulencia política interna. Sin embargo, advierte que eventos políticos de gran envergadura en el país podrían afectar al sol como ya ha ocurrido antes.

 

El informe del banco agrega que los balances macroeconómicos seguirán dando soporte al sol el próximo año. «Vemos al BCRP complaciente con el tipo de cambio fluctuando entre S/ 3,80 y S/ 3,90”.

 

Asimismo, explica que la demanda de dólares está vinculada a movimientos de portafolios de extranjeros principalmente, por lo que la intervención del BCRP ha estado sesgada a instrumentos de coberturas cambiarias antes que a ventas de dólares al contado. Además, indica que, si bien el ruido político continúa, tiene baja intensidad sobre el mercado cambiario, siempre que no se activen termas claves como vacancia o cambio presidencial.

 

«El riesgo principal a nuestra expectativa de relativa estabilidad cambiaria es una nueva ola o rebrote de la inflación a nivel global, que implique retomar el ciclo de alzas de tasas de interés y por tanto un mayor fortalecimiento del dólar”, acota.




Juan Carlos Odar: «PBI del 2023 crecería 2,2%, pero con sesgo a la baja»

Usted proyecta que el PBI de enero tendría tasa negativa. ¿En cuánto caería?

Todavía es un número en marcha, pero estimamos una caída de 0,5% del PBI o más. Pero si las protestas siguen escalando, pensaría que el sesgo sería un resultado más negativo, y estaríamos hablando de un impacto mucho más importante. Este impacto adverso se sustenta en la afectación a la minería, los servicios y el transporte, sectores que en su conjunto explican alrededor de dos tercios del total estimado.

 

Ante esta situación, ¿lograría crecer la economía del país en el primer trimestre?

Es difícil calcularlo, en el sentido de que no sabemos cuándo y cómo van a terminar los conflictos. Antes de que empezaran las protestas, teníamos una estimación del PBI de entre 1,5% a 1,7%. No obstante, mientras más se prolonguen las protestas, más castigados serán esos números.

 

Hoy es improbable crecer a 1,7%, pero el 1,5% podría considerarse como un “escenario optimista” y techo para los próximos meses. No podría decir que en este primer trimestre habría condiciones para un crecimiento mucho más robusto. Ello, incluso, antes de empezar los efectos de las protestas.

 

En el caso de extenderse las protestas hasta la segunda semana de febrero, ¿qué tanto puede verse afectado el PBI del primer trimestre?

Grosso modo, por cada día de protesta se le resta al PBI entre 0,12% y 0,15%. Esto representa pérdidas económicas de alrededor de S/ 100 millones diarios. Por ello, de extenderse las protestas hasta la segunda semana de febrero, habría un impacto negativo en el PBI estimado en S/ 1.400 millones.

 

Considerando que la zona sur aporta en total casi el 23% del PBI nacional, pero que en la minería su participación llega al 54%, este sería el sector más afectado. Con ello, se ven afectados también los servicios, el transporte y la agricultura, tanto la tradicional (como en Puno) como la moderna exportadora (Ica).

 

Moody’s Analytics estimó que el PBI del 2023 crecería solo 1,9%. ¿Coincide con esta proyección?

Para este año, en términos de crecimiento, teníamos un punto de partida menor al de 2022 (2,6%), con una proyección de 2,2%. Pero, por las circunstancias actuales, ese porcentaje sería el techo improbable para este 2023. Por tanto, la proyección sería claramente menor. En ese sentido, el 1,9% de Moody’s sería bastante razonable. Por el momento, estimamos una variación positiva de 2,2%, pero con un sesgo a la baja.

 

El BCRP ha estimado que la inflación del 2023 cerraría en 3%. ¿Es probable ubicarnos dentro del rango meta?

Es poco probable, dadas las condiciones actuales. Es posible que entre enero y febrero de este año obtengamos tasas (inflacionarias) mayores al máximo del año pasado. En junio del 2022 llegamos hasta el 8,8%, y es muy probable que, en el primer bimestre, superemos el 9%. A partir de ahí, sí podría haber una caída relativamente rápida de la inflación, pero no tan marcada.

 

Es posible que estemos cerrando el primer semestre con una inflación de alrededor del 7%, bastante menor a la actual, pero aún todavía lejos del 3%. En adelante, la bajada (inflacionaria) también sería menos acentuada, y es probable que estemos cerrando el año con una inflación por encima del 4%, bastante menor de lo que ahora tenemos, pero todavía lejos del rango meta (1% al 3%).

 

¿Cuál será el impacto de esta coyuntura sobre el empleo?

Se ha visto una recuperación en el número de trabajadores, pero ello se está dando con un mayor nivel de informalidad, donde se aprecia un deterioro de la calidad del empleo. Es decir, en este contexto de convulsión se tendrá un subempleo más alto.

 

El subempleo va por el lado de que la gente está trabajando más, pero no necesariamente está ganando lo suficiente, debido a que estamos en un contexto de inflación alta, con menos capacidad de compra. Ante esta circunstancia, las personas están optando, por ejemplo, por un segundo empleo, a fin de obtener mayores ingresos.

 

Si bien hay una recuperación en la cantidad de personas trabajando, en promedio el nivel de ingresos no ha mejorado. Eso es lo difícil, si tomamos en cuenta que nuestro país tiene un nivel de informalidad alta. Por ejemplo, algunos políticos salen con la idea de elevar la remuneración mínima, pero eso no sirve en el contexto actual, porque el subempleo se manifiesta mayormente en los trabajadores independientes. Así, la remuneración puede subir el doble o el triple de lo actual, y eso no implica que mejore la situación del trabajador independiente o del informal.

 

En este primer trimestre, ¿cuánto podría crecer el subempleo?

En número de personas puede registrar un incremento del 2% a 3% de la fuerza laboral, lo que implica alrededor de 500.000 personas a lo largo del año. Para el primer trimestre serían unos 130.000 trabajadores.