Prudencia
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Por Yolanda Torriani
Nuestro país requiere en estos momentos de una reflexión seria y serena de nuestras autoridades para que, considerando lo que supone generar mayor inestabilidad que la que ya venimos sufriendo varios meses atrás y en una coyuntura como la actual, tengan en cuenta los esfuerzos que todos los peruanos estamos haciendo para salir adelante y cuyos primeros resultados positivos no podemos perder.
Desde mediados de agosto, las cifras diarias de casos confirmados y fallecidos por la COVID-19 muestran un descenso sostenido, mientras los servicios de salud lentamente comienzan a tener mayor capacidad de atención.
En materia económica, una encuesta del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) en Lima Metropolitana dio cuenta que el 75,5% de empresas se encuentra en operatividad en un contexto donde ya se ejecutan las fases 1, 2 y 3 de la reanudación económica. Estas cifras no son suficientes; no obstante, son indicios que nos refieren a una lenta pero sostenida recuperación que durará varios años.
Si bien el Producto Bruto Interno (PBI) del Perú caerá 12% por efectos de la pandemia, según el Ministerio de Economía y Finanzas, las proyecciones oficiales para el 2021 muestran un crecimiento de 10%.
Como menciono, estos primeros resultados y estas proyecciones no pueden perderse por un impase político, pues debilitará aún más la ya golpeada gobernabilidad y, por supuesto, nuestra economía.
Todavía es difícil la situación para los 6 millones 700 mil peruanos que han perdido sus empleos, para los miles de empresas pequeñas, medianas y grandes que corren el riesgo de quebrar. Queda mucho camino para dinamizar la economía con una mayor inversión privada y pública.
Ahora que el sector privado destina todos sus esfuerzos a reiniciar actividades en el marco de una nueva normalidad, ahora que las expectativas empresariales –según el Banco Central de Reserva- comienzan a recuperarse, no es el momento de enfrentamientos políticos.
Recordemos también que ya se encuentra en marcha el proceso electoral y, por lo tanto, dentro del marco de la legalidad, el Perú no debe verse inmerso en una vacancia presidencial.
Dentro de siete meses, el gobierno del presidente Martín Vizcarra concluye su mandato y, por ende, los peruanos tendremos la oportunidad y la enorme responsabilidad de elegir al próximo presidente de la República y a los congresistas que integrarán el Poder Legislativo.
Esa transición democrática, que todos los peruanos estamos seguros se dará, es la que corresponde esperar y a la que debemos llegar, conscientes que nuestro país merece reiniciar el camino del crecimiento económico con igualdad de condiciones y buscando siempre el bien común.
Cuidemos la salud de los peruanos y el esfuerzo de las distintas instituciones y organizaciones por atender sus necesidades para enfrentar la pandemia.
Cuidemos y apoyemos el esfuerzo de los emprendedores y empresarios en la reactivación de nuestra economía y la generación de puestos de trabajo. Cuidemos también la inversión privada nacional y extranjera.