Los desafíos de Petroperú

El petróleo y sus derivados son un insumo esencial en diversas actividades productivas como Agricultura, Transporte, Energía Eléctrica, Manufactura y Construcción, lo que lo convierte en una variable crítica para el funcionamiento de la economía. Esta industria involucra una amplia gama de actividades como la exploración, producción, refinación, transporte y distribución de petróleo. Cabe señalar que la mayoría de países son dependientes del petróleo, lo que hace que su gestión se considere fundamental para la seguridad energética.

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El petróleo y su rol en la economía peruana

Su aporte a la producción se mide a través del PBI de hidrocarburos que incluye principalmente petróleo y gas natural, cuya participación promedio en los últimos años fue de 1,3 % del producto nacional. En el año 2022, el sector creció 4 % y en el primer semestre de 2023 tuvo una caída de 1,5 % como consecuencia de la menor explotación de petróleo crudo y de líquidos de gas natural en un ambiente de inestabilidad por los conflictos sociales.

De acuerdo con el Reporte Mensual de la Defensoría del Pueblo, en julio pasado se registraron 225 conflictos sociales, de los cuales 142 son socioambientales, 28 de ellos relacionados con hidrocarburos y 97 con minería. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) la actividad de transporte de crudo por el tramo I del Oleoducto Nor Peruano se encuentra paralizada desde febrero de 2022, debido a los continuos cortes en la tubería provocados por acciones de terceros.

 

Refinería de Talara

La Refinería de Talara se dedica principalmente al procesamiento de petróleo crudo, a través de su refinación de donde se obtienen productos derivados como la gasolina, diésel, gas licuado de petróleo, entre otros.

A través de la Ley N º 30130, en diciembre de 2013 se declaró de necesidad pública e interés nacional la prioritaria ejecución del proyecto “Modernización de la Refinería de Talara” para asegurar la preservación de la calidad del aire y la salud pública adoptando, además, medidas para fortalecer el gobierno corporativo de Petroperú, empresa estatal a cargo de dicha refinería. La modernización en mención también tenía el objetivo de reducir la importación de petróleo refinado para la demanda interna y aprovechar las reservas de petróleo y procesar el crudo local para producir derivados como gasolina, diésel y otros productos, reduciendo los riesgos de desabastecimiento. Así, en mayo de  2014, Petroperú firmó el contrato de “Ingeniería, Procura y Construcción” con la empresa española Técnicas Reunidas, contratista principal del proyecto. Es a partir de abril de 2022, superada la suspensión de obras por la pandemia, que se inicia el proceso de arranque gradual de la Nueva Refinería de Talara.

 

 

 

 

El proyecto de Modernización de la Refinería de Talara tenía un costo inicial de US$ 1 335 millones, con tres componentes: unidades de proceso (US$ 947 500 000, unidades auxiliares (US$ 335 500 000) e inversiones complementarias (US$ 52 000 000). No obstante, ello, a diciembre de 2022, la inversión total, no final, ascendió a US$ 5 887 millones, con una estructura de US$ 1 635,2 millones provenientes de recursos propios y US$ 4 252,2 millones por financiamiento de terceros.

Para poder financiar el proyecto se han realizado distintas emisiones de bonos en el mercado internacional, además de un crédito sindicado de mediano plazo en el que han participado 13 bancos internacionales y que cuenta con la cobertura de la Agencia de Crédito a la Exportación Española (CESCE). Hay que mencionar también que, durante el año 2022, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) otorgó un préstamo a Petroperú por US$ 750 000 000, mientras que en octubre del mismo año se acordó realizar un aporte de capital de US$ 1 014 millones, sumándose, además, una nueva línea de crédito por US$ 500 000 000 del Banco de la Nación.

Con respecto al estado financiero de Petroperú, en el último año 2022 la rentabilidad de la empresa estatal fue afectada con una utilidad neta de – US$ 278 000 000 y con indicadores de rentabilidad negativos como el ROE y ROA, de -12,2 % y -3 %, respectivamente.

Según un informe de S&P Global respecto a Petroperú, emitido en julio de 2023, la empresa aún no se ha restablecido de sus problemas de gobierno corporativo y mala administración que la afectaron durante 2022. Así las cosas, la pesada carga financiera por su alto endeudamiento seguirá haciendo a la empresa estatal dependiente de los recursos del gobierno y de créditos del exterior, pero sin modificar sus calificaciones gracias al respaldo desde el MEF.

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Ya hecha la inversión y el apoyo garantizado del Gobierno, queda esperar que se culmine totalmente el proyecto de modernización de Talara para que opere a total capacidad y poder así comprobar los beneficios que se señalaron en un inicio (una mejora en la balanza comercial de hidrocarburos, seguridad energética, aporte a la recaudación y mejor salud y ambiente).

Sin embargo, hay que levantar las debilidades aún presentes en la administración de la empresa estatal, mejorando su gobierno corporativo con una estructura de gobierno eficiente, designando directivos competentes y con una transparencia y rendición de cuentas en la gestión.

Sin ser expertos en el tema de hidrocarburos, un país con una baja producción petrolera seguirá importando petróleo aún más si logramos reactivar la economía. Otros proyectos con un comprobado impacto económico y social y con una inversión similar o menor son la Línea 3 del Metro de Lima, que asciende alrededor de US$ 6 500 millones; o el Anillo Vial Periférico de Lima, con una inversión de US$ 2 380 millones; o un paquete de cuatro terminales portuarios y 13 proyectos de APP en saneamiento por US$ 3 421 millones quedan a la espera.

 

 

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