La hermandad entre mujeres
La “sororidad” no trata sobre pensar igual ni de estar de acuerdo en todo. Se trata de formar alianzas para cambiar las reglas de juego.
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En el marco del Día de la Mujer, es necesario reflexionar sobre la relación de mujer a mujer. En el ámbito laboral, no es novedad escuchar la frase “pobre, tu jefa será una mujer” o “si una mujer ascendió es solo por ser mujer”, desmereciendo, finalmente, el talento y esfuerzo de cada una. Por otro lado, también hemos escuchado cuando una mujer realiza una denuncia por hostigamiento sexual, el comentario es “seguro ella lo provocó”.
Hasta este punto, nos podremos dar cuenta que las mismas frases nos las han contado de diferentes maneras a lo largo de nuestra vida, orientadas todas a un mismo fin: no confiar la una en la otra. Esto es un sesgo inconsciente adquirido que debemos aprender a reconocer y desmitificarlo para trabajar en un futuro integrador dónde la brecha de género no exista. Por ello, podríamos preguntarnos: “¿Qué podemos hacer de diferente las mujeres?”.
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Es aquí donde entra a tallar la palabra “sororidad”, que engloba la desmitificación de todo lo antes mencionado y que, además, encierra mucho poder por sí misma. Cuando pensamos en su significado podríamos decir que es la unión y apoyo mutuo entre mujeres, creando así redes de contacto que empujen cambios en su entorno y en la sociedad en pro de la equidad de género. Se trata de aprender a confiar la una en la otra, así como confiamos en nuestros pares del género opuesto. Es celebrar los logros de la otra, es creer en la otra, pero, sobre todo, es aprender a caminar juntas.
El camino no ha sido fácil, se sigue luchando y trabajando mucho por eliminar la brecha de género en nuestro país. Para el WEF, todavía quedan 108 años por delante para eliminar la brecha de género. Y es que en la actualidad todavía las mujeres ganan 29% menos que los hombres, trabajan 9,5 horas más que ellos (sumando labores profesionales y del hogar), y la cantidad de feminicidios alcanzó su cifra récord en el 2019, llegando a 168 casos.
Un camino para iniciar un cambio de escenarios y/o realidades para el crecimiento personal y laboral de las mujeres, es tomar en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Recuerda que NO competimos. Juntas, sumamos.
- Hablar mal de otra mujer puede quitarte la oportunidad de tener una aliada.
- Desarrolla una red de networking de mujeres empoderadas que pueda ayudarte luego.
- Si está a tu alcance, ofrece mentoring a las más jóvenes, así pueden aprender juntas.
- Busca una sponsor que pueda ayudarte a avalar tus ideas y/o proyectos.
- Desarrolla la amplificación. Si una idea es repetida por todas, será más fuerte y poderosa.
La sororidad no trata sobre pensar igual ni estar de acuerdo en todo. Se trata de formar alianzas para cambiar las reglas del juego. Finalmente recuerda que la vida es buena cuando estamos felices, pero es mucho mejor cuando otros y otras son felices a causa nuestra.