Escenarios del comercio con Estados Unidos
Expertos señalan que Joe Biden disminuiría la presión para los países latinoamericanos en la guerra comercial con China. No obstante, los demócratas podrían tener una agenda de política exterior más Euroasiática.
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Raquel Tineo Ramos
Expertos señalan que Joe Biden disminuiría la presión para los países latinoamericanos en la guerra comercial con China. No obstante, los demócratas podrían tener una agenda de política exterior más Euroasiática.
El cambio de timón que habrá en los Estados Unidos tras la próxima salida de Donald Trump de la Casa Blanca, genera mucha expectativa en el mundo, pues el electo presidente Joe Biden marcaría el fin de la era republicana. Históricamente, América Latina no ha sido una región tan importante para EE.UU., como lo ha sido Europa y Asia. El Perú no es ajeno a esta situación, pues representa una porción muy pequeña del comercio total.
En la actualidad, mantenemos una balanza comercial deficitaria con dicho país, lo que no debe ser considerado un elemento negativo, teniendo en cuenta el tipo de productos que importamos del país del norte, los cuales sirven, en muchos casos, para complementar la cadena productiva peruana.
De acuerdo a los datos del Instituto de Investigación y Desarrollo de Comercio Exterior (Idexcam), la diferencia entre el valor de nuestras exportaciones hacia EE.UU. y las importaciones desde allá, pasó de -US$ 612 millones (2017) a -US$ 2.436 millones (2019); mientras que el intercambio comercial fue de US$ 16.723 millones en el 2018, pero cayó a US$ 14.216 millones en el 2019.
¿Demócratas o Republicanos?
El internacionalista Francisco Belaunde recalca que la llegada de Biden si marcaría un severo alejamiento de la política de Trump, pues el presidente republicano no cree en el libre comercio, es proteccionista y ha demostrado que es capaz de poner aranceles a determinadas producciones de países aun cuando tenga un Tratado de Libre Comercio (TLC), como sucedió con México y Canadá.
“El problema con el gobierno de Trump es la incertidumbre. Ello genera un horizonte de inseguridad jurídica para el comercio y la actividad económica. Esa es una diferencia sustancial con Biden, que, por ser una persona más racional, es difícil que eso vaya a ocurrir, más allá de que, en general, los demócratas son menos favorables a los TLC”, explica.
Belaunde recuerda que, para firmar el TLC con EE.UU., el Perú tuvo que introducir modificaciones en sus normas, a fin de que el Senado –dominado por los demócratas–ratificara el tratado. “Tradicionalmente nos favorecería un gobierno republicano desde el punto de vista comercial, pero la figura de Trump ha trastocado todo y las cosas pueden ir más allá de su presidencia, ya que puede haber más influencia de él al permanecer dentro del partido republicano”, indica.
El director ejecutivo del Idexcam, Carlos Posada, sostiene que al Perú le va bien cuando a EE.UU. le va bien, ya que hay un efecto de arrastre natural; de igual manera, el hecho de que estemos integrados con una diversidad de países, en caso empiece a haber un destrabe a nivel mundial y aumente la demanda en países asiáticos, beneficiaría al Perú y a otros países de América del Sur.
“Si China vuelve a activar la maquinaria productiva a un nivel pre-guerra comercial Trump, eso repercute a favor del Perú, definitivamente. Ese sería un beneficio adicional que generaría un gobierno demócrata en el Perú para terceros mercados”, manifiesta.
Por ello, dice, se tendría que analizar detalladamente qué sectores industriales –en la era Joe Biden– van a verse apalancados, o si simplemente va a tener una política donde no habrá preferencias en sectores determinados por parte del gobierno demócrata.
Posada menciona que, con Donald Trump y los republicanos, sí ha habido una agenda interesante en la parte no política, pues con su administración se anunció el retiro de inversiones del lado asiático para retornar los procesos productivos a Norteamérica, ello genera oportunidades directas e indirectas para Centroamérica y Sudamérica. Así, la agenda bilateral ha estado centrada en el aumento del comercio bilateral de manera directa y no tanto en temas multilaterales de carácter ambiental o laboral.
Agrega que, con Biden, los demócratas tendrán una visión con base en una agenda mucho más Euroasiática, para la restitución de sus relaciones. “Creo que nos podrían rezagar en las prioridades. Sin embargo, será un clima menos confrontacional, pues en los últimos años el Perú se ha embarcado en una coyuntura negociadora plurilateral. Asimismo, con el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) y la Alianza del Pacífico, nuestra agenda es más permeable con un gobierno demócrata”, asegura.
Agenda ambiental y laboral
Según Carlos Posada, históricamente los demócratas se han caracterizado por hacer prevalecer los llamados “nuevos temas del siglo XXI”: la protección laboral y el medio ambiente. Y la agenda demócrata del gobierno y del Congreso norteamericano siempre ha tenido mucha incidencia en que nuestro país cumpla con este tipo de estándares.
“Años atrás hemos sido cuestionados por una serie de regulaciones que, irónicamente, han existido en el Perú, inclusive antes de la suscripción del TLC, como, por ejemplo, la Ley de Promoción de la Exportación no Tradicional, y otras regulaciones económico-laborales, donde los sindicatos peruanos han sido escuchados atentamente en EE.UU., aludiendo que ciertos regímenes podrían ser violatorios de estándares laborales internacionales. Ello ha generado, en algún momento, presión en la Oficina del Representante de Comercio de los Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés), el organismo rector de las negociaciones en EE.UU., por supuestos incumplimientos del TLC”, aclara.
La historia ha mostrado, en el ámbito bilateral con el Perú, que el USTR demócrata habría tenido una agenda en comercio exterior y economía basada más en derechos laborales y medioambientales, a diferencia de la republicana que es mucho más enfocada al desarrollo industrial y pro-empresa.
Guerra comercial con China
Francisco Belaunde resalta que la posibilidad de captar inversiones va a ir más allá de quien sea presidente en EE.UU., porque su posición respecto de China es bipartidaria. “Trump ha tenido una política de presionar a los países para que tomen posición entre China y EE.UU. y es capaz de ‘sancionar’ a quienes no se alineen con él. Esa grave presión, que introduce un ambiente de incertidumbre, no creo que se dé con Biden”, añade.
Posada coincide en que esa presión podría disminuir con el gobierno demócrata, pero también refiere que el Perú tiene un perfil totalmente distinto sobre el comercio que tiene con China, pues, principalmente, exportamos minerales y estamos tratando, por el contrario, de impulsar la agroexportación con algunos productos y abrir la oferta exportadora. Por tanto, considera que no habrá un cambio drástico con Biden para efectos del comercio que mantenemos con China.
Para Belaunde ese equilibrio que podamos tener entre ambas economías, respecto a otros socios, es lo que nos conviene. “Necesitamos mayor diversidad para no engancharnos a un solo país. Así como no es bueno estar bajo la amenaza norteamericana, necesitamos un equilibrio por el lado de China, porque también puede ser muy agresiva. Podría ser considerada más agresiva que EE.UU. luego de la era Trump. En ese caso, va a ser mucho más sana una relación con Biden”, dice.
Salvaguardas para los arándanos
EE.UU. ha iniciado una investigación para una posible imposición de salvaguardias a los arándanos peruanos por el incremento de las importaciones de este producto. Y es que a este producto le ha ido muy bien en los últimos años en dicho mercado debido a que el Perú tiene una ventaja contra la estacionalidad con EE.UU. Es decir, tiene la capacidad de abastecer ese mercado en momentos en que ellos no pueden cosechar. Además, la calidad de este producto y su precio hacen que seamos muy competitivos.
Carlos Posada detalla que, si bien este tema ha encendido las alarmas en EE.UU., porque el gobierno de Trump tiene un perfil de protección a la industria nacional, nuestro país no tiene antecedentes de imposiciones de salvaguardias de esta naturaleza, por lo que esto no se impondría dicha medida en contra del Perú.
“Si esto prosperara, se iniciaría un procedimiento en el que el Perú, según la Organización Mundial del Comercio (OMC), deberá sustentar y garantizar que no ha habido una corriente permanente, en los últimos años, que dañe la industria norteamericana de arándanos. Este procedimiento se dará en un gobierno demócrata y no creo que termine en una salvaguardia para el Perú, pues no existen evidencias de un daño o amenaza de daño en los últimos años”, prevé.
De otro lado, señala que hay una importante oportunidad de negocio con los EE.UU., pues se tiene desabastecido el centro de este país de manera directa con productos peruanos. Todo el abastecimiento en el centro de EE.UU. se está dando a través de traders y revendedores. A ello se suma la posibilidad ingresar en sus cadenas de producción y no solo pensar en la exportación del producto final, sino en bienes o insumos primarios e intermedios para la industria norteamericana; puesto hoy en día hay más comercio exterior en cadenas globales de valor.