El valor de la comunicación en tiempos de COVID-19
Este espacio de tiempo, es justo el que necesitaban las empresas, para tatuar sus nombres en el corazón y generar un vínculo entre la marca y las personas.
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Por: Carmen Jaeger
Hasta hace unos pocos meses, habría sido impensado el escenario en el que nos desenvolvemos hoy en día. Esta “nueva normalidad” nos vino de golpe y nos obligó a adaptarnos inmediatamente.
Hemos tenido que entender y asumir, que este contexto no es temporal, ni pasajero, los hábitos se han modificado rápido y se han incorporando a nuestro renovado estilo de vida, y junto a ello, las personas hemos desarrollado, casi con la misma velocidad, habilidades que también parecían ajenas a nosotros, desde la exploración, uso y dominio de nuevas herramientas tecnológicas, hasta el divertido ejercicio culinario. Lo cierto es que las personas hemos cambiado y hemos revalorado los momentos y las cosas simples de la vida. En cierto modo, se podría decir, que esta parada, sirvió para ponernos justo delante de nuestros más importantes stakeholders; las personas que amamos.
Esta realidad, es todo un desafío para las organizaciones en términos de comunicación, ya que ahora se tienen que relacionar con colaboradores, clientes y públicos diversos, que han modificado sus escalas de valor, en las cuales, muchos de los discursos tradicionales ya no generan impacto.
Uno de los cambios que ha traído consigo el COVID-19, está relacionado con el incremento de las emociones de las personas, y es aquí donde hay una oportunidad muy grande para las empresas, para fidelizar y posicionarse, no sólo en la mente, sino también en el corazón del público.
Es en este sentido, es que la comunicación cobra un gran valor y se convierte en una herramienta altamente estratégica para la organización, ya que permitirá transmitir esos mensajes que “hablen” de la cultura y el propósito empresarial, más allá de los objetivos comerciales.
Hoy las personas, estamos predispuestas a recibir y compartir mensajes que vengan cargados de sentimientos, aquellos que despiertan emociones e inspiran esperanza por el futuro.
Sin embargo, la tarea no es tan sencilla, ya que no se trata sólo de elaborar publicaciones o campañas creativas. Se trata de ser, hoy más que nunca, coherentes y consecuentes entre el discurso y la acción. Se trata también de promover un verdadero cambio cultural que busque desempolvar los cuadros que decoraban las paredes con la palabra “valores”, y activarlos, desde dentro de la compañía, y desde los niveles jerárquicos más altos, para que puedan ser adoptados por toda la organización y proyectados hacia afuera, a través de palabras simples, concretas, amigables, emotivas; pero, sobre todo, reales.
No dejemos pasar esta irrepetible oportunidad que tenemos para establecer contacto con los diversos grupos de interés y con la sociedad en general, ya que este espacio de tiempo, es justo el que necesitaban las empresas, para tatuar sus nombres en el corazón y generar un vínculo entre la marca y las personas.