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El 2023 no será un buen año para la economía peruana y global

El escenario económico mundial para el 2023 muestra un entorno adverso apuntando a un frágil crecimiento global de 2,7%, desdoblado en 1,1% para  las economías avanzadas y 3,7% para las emergentes, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).

 

Estas proyecciones se explican por la persistencia de la inflación y la política monetaria contractiva en la mayoría de los bancos centrales del mundo. Por otra parte, se prevé un bajo crecimiento para las economías de China, y de Estados Unidos, de 4,4% y de 1% respectivamente. Todo esto impactaría en los precios internacionales, como los del petróleo y el cobre, que siguen la tendencia de la economía mundial.

 

Para la economía peruana se proyecta un crecimiento de 2,4%, inferior al 2,9% estimado para  el 2022, tomando en cuenta el entorno internacional; y un escenario local, en donde el gobierno de transición deberá desarrollar una reforma política con miras a las próximas elecciones generales y a la vez una agenda de reactivación económica.

 

 

No obstante, lograr un crecimiento de 2,4% está condicionado a una expansión del sector Minería e Hidrocarburos de 5,7%, rubro que aportó el 11,6% del PBI del 2021 y que es afectado constantemente por los conflictos sociales. Además, se complementará por el sector terciario, donde Servicios crecería en 3,1%, y Comercio en 2,7%. Siguiendo el reporte de Latin Focus, Perú seria la cuarta economía con mayor crecimiento luego de Venezuela (4,9%), Paraguay (4,2%) y Bolivia (2,8%).

 

Por el lado del sector primario, el rubro Agropecuario reduciría su tasa de crecimiento a 2,1%, en parte por los fallidos intentos de compras internacionales de fertilizantes que se extienden al presente año con cosechas de bajo rendimiento.

 

Además, la agroexportación, que aporta poco más de la quinta parte del sector, queda condicionada a la demanda externa de países que vienen priorizando el control de la inflación con altas tasas de interés que reducen la capacidad de consumo.

 

Por su parte, el sector Pesca, con una baja participación en el PBI, lograría un crecimiento de 9,2%. En cuanto a la Minería e Hidrocarburos la tasa proyectada de crecimiento de 5,7% se explica por la recuperación en la producción de proyectos que entraron en operación como Quellaveco, y otros que estaban paralizados. En el contexto peruano, es importante recordar que los sectores Agropecuario, y Pesca fueron los únicos que crecieron durante la crisis de 2020.

 

Manufactura y Construcción

 

Respecto al sector secundario, en el 2023, la Manufactura, y Construcción, alcanzarían tasas positivas pero reducidas de 1,8%, y 3,1% respectivamente.

 

Estos fueron dos de los sectores con mayor rebote durante el 2021, y mantener su expansión durante el  2022 y el presente año es importante. Sin embargo, ambos sectores se ven parcialmente afectados por el alza en la tasa de referencia para el control de la inflación que va encareciendo el costo del crédito, y en menor medida, debido al menor desempeño mundial que afecta a parte de la manufactura no primaria, como hilados, tejidos, indumentaria y conservas de alimentos.

 

De otro lado, el sector Electricidad, Gas y Agua, si bien tiene un bajo aporte al PBI, su crecimiento llegaría al 3,1% impulsado por el dinamismo de la minería.

 

Comercio y consumo

 

En cuanto al sector terciario, el Comercio tendría un crecimiento moderado de 2,7%, por debajo del PBI global. En ese contexto, se espera que continúe creciendo el empleo formal del sector en un promedio de 7%, al igual que el crédito de consumo a una tasa de 23%.

 

Empero, el consumo, privado determinante del sector evaluado, no tendrá una performance importante (+2,8%), en una coyuntura en la que la inflación ha reducido el poder adquisitivo de las familias. A favor del sector se tienen las inversiones proyectadas para los tres próximos años por US$ 1.440 millones, las que pueden dinamizar el sector.

 

Finalmente, el sector Servicios, que aportó el 50% del PBI en el 2021, proyecta un crecimiento del 3,1% en el 2023. Cabe señalar que la reciente crisis social en el interior del país afectó actividades como transporte, alojamiento y restaurantes, entre otras, las que estaban en plena recuperación de la crisis del COVID-19. En ese contexto, la recuperación de este sector está condicionada a la estabilidad social que garantice la libertad de sus operaciones en las regiones del país.

 

Demanda del sector privado crece, pero a una tasa reducida

El menor dinamismo de la demanda interna, proyectado para este año en 2,2%, se ubica por debajo del 2,6% estimado para  el 2022. Situaciones como los menores excedentes de ahorro privado deterioraron la capacidad de consumo, además de las restricciones para cumplir los planes de inversión –dado el estancamiento de la confianza empresarial–, sin obviar las dificultades políticas que enfrenta el actual gobierno transitorio y el hecho de lidiar con las amenazas de la conflictividad social, afectarían una mayor reactivación.

 

 

Por el lado del sector privado, el consumo se incrementaría este año en 2,8% acotado por la inflación y la desaceleración de los sectores que generan el mayor número de puestos de trabajo.

 

En tanto la inversión lo haría en 1,7% dando un paso adelante al 0%  (2022) que conllevó la inacción de políticas del saliente gobierno. Pese a que las tasas se proyectan a ser cautelosas es preciso resaltar que en suma la inversión y el consumo representan alrededor del 80% del PBI y serán determinantes de los resultados para el presente año.

 

Por el lado del sector público, se espera un incremento del consumo en 2,2% y de la inversión pública en apenas 0,9% tomando en cuenta que estamos en el periodo de aprendizaje de las nuevas autoridades subnacionales. Estos resultados podrán mejorar si el MEF a través de su plan Con Punche Perú logra la reactivación regional con la asistencia técnica de sus equipos en materia de inversión, presupuesto y compras públicas.

 

En resumen, el 2023 trae consigo retos doblemente desafiantes para un gobierno transitorio cuya accionar debe centrarse en el trabajo conjunto para recuperar la confianza del sector privado,  y en materia presupuestal  debe dejar listo el terreno para la continuidad del gasto en proyectos cruciales del Plan Nacional de Infraestructura cuyo presupuesto para el 2023 incluye 26 proyectos por S/ 5.699 millones. Los mecanismos técnicos para destrabar los proyectos serán decisivos para avanzar en infraestructura.