Cuatro riesgos globales que serán una oportunidad para Latinoamérica en el 2023
Algunos factores como el comportamiento de los votantes y las políticas respecto al cambio climático pueden ser oportunidades para los países latinoamericanos, teniendo en cuenta que la región cuenta con recursos para atender la demanda de alimentos.
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El mundo está en constante movimiento, sin embargo, en las últimas semanas se han llevado a cabo grandes eventos que han denotado los riesgos globales. De acuerdo con el informe de Riesgos Globales del 2022, los principales se centran en la crisis climática, la creciente división social, el incremento de los riesgos cibernéticos y las crisis políticas de muchos países.
En este sentido, la compañía de seguros Zurich, afirma que sólo 1 de cada 6 expertos son optimistas frente al panorama del mundo, lo que indica que hay que mirar todo con un lente más amplio.
Un ejemplo de lo anterior, son las conclusiones de la cumbre climática de Egipto, que dejó varias preocupaciones, asimismo la victoria del Partido Republicano en las elecciones legislativas en los Estados Unidos, reafirma que las posibilidades de que Donald Trump vuelva a la Casa Blanca son altas.
Adicionalmente, la retirada de las tropas rusas que ocupaban el área de Jersón volvió a cambiar la dinámica de la guerra en Ucrania, justo en invierno y las operaciones militares se verán afectadas por las bajas temperaturas; y por último, sin triunfalismos, Kiev le arrebató a Moscú el que había sido el principal trofeo de la invasión que comenzó a finales de febrero.
Teniendo en cuenta lo anterior, Marko Papic, socio y estratega en jefe del Grupo Clocktower con sede Santa Mónica, California, quien fue invitado recientemente por el Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR) a un evento que tuvo lugar en Cartagena explica que: “muchos de estos riesgos que parecen obvios en realidad no lo son, mientras que hay otros que están escondidos a los que hay que prestarles mucha más atención, pues son oportunidades para países como Colombia.”
Por esto, se plantea que hay que pensar este tema desde una serie de evaluaciones clave como:
1. El planeta es multipolar y por lo tanto es un error dividirlo en dos segmentos, uno cercano a Washington y otro a Pekín. La presencia de varios centros de poder hace que las potencias tengan mucho menos influencia que antes, mientras aumenta el número de conflictos. Esto influye en la globalización y el desarrollo de las cadenas de valor.
2. El mercado de bienes primarios como petróleo o trigo comienza a verse afectado por circunstancias regionales. Puede haber escasez de ciertos productos básicos en un continente y abundancia en otros, como ha sucedido con el carbón, para destacar un caso reciente.
3. La aseveración de que hacer analogías sobre lo que pasa ahora con la época de la guerra fría es algo “que denota pereza”. Para comenzar, China no es vista como una amenaza equivalente a la que representó la Unión Soviética, como lo muestra la reacción de decenas de naciones al ignorar los llamados que hizo Estados Unidos para proscribir equipos de Huawei, el gigante de las telecomunicaciones. Los dirigentes chinos saben que no pueden antagonizar a buena parte de la comunidad internacional pues necesitan clientes para sus exportaciones.
Ahora bien, aunque son muchos los hechos que tienen al mundo en una situación de incertidumbre, no todo es negativo, pues los mercados se han tranquilizado. Por un lado, la supuesta debacle por la falta de gas en Europa nunca ocurrió, como lo reflejan los precios en descenso del combustible. Por otro lado, las cotizaciones de los productos básicos bajaron con fuerza en los últimos meses y aquella predicción de que viene una desindustrialización en el viejo continente sencillamente no tiene base cierta.
Por el contrario, nuestra atención debería centrarse en otros riesgos más preocupantes como:
- El comportamiento de los votantes, que buscan soluciones fáciles y son más propensos ahora que antes a escuchar los cantos de sirena del populismo.
- Las políticas respecto al cambio climático son otro asunto a pensar, pues deben verse desde la necesidad de desarrollar energías limpias dándole solución al problema es el desfase entre oferta y demanda.
- En materia otros riesgos geopolítica, aparecen como el debilitamiento relativo de Estados Unidos, que aparece como una potencia menos imponente y que ahora acude a acciones agresivas puntuales para mantener su poder.
- Un último escenario inquietante es una especie de balcanización en Rusia, pues aumenta la probabilidad de que Vladimir Putin sea removido del cargo y se cree un vacío en el cual aflorarían múltiples tensiones étnicas y religiosas. Dado el peso de dicha nación como proveedor de productos básicos, junto a su arsenal nuclear, tanta inestabilidad sería inconveniente.
Por fortuna, América Latina en general, y Colombia en particular, en este panorama sin duda pueden salir beneficiados. Esto, teniendo en cuenta que la región cuenta con depósitos inmensos, además de tierra y agua en abundancia para atender la demanda de alimentos.
La pregunta es si los países del área tomarán las decisiones correctas para tomar ventaja de las condiciones que se anuncien, pero esa respuesta todavía no es clara. Para más información www.flar.com