Beneficencia de Lima: Queremos duplicar ingresos para programas sociales

El presidente del directorio de la Beneficencia de Lima, Guillermo Ackermann, explica el Plan Bicentenario y la estrategia de negocios de una de las instituciones más antiguas del país.

 

¿En qué estado se encontraba la Beneficencia de Lima al empezar su gestión?

Nuestro patrimonio inmobiliario estaba prácticamente en una situación de abandono. Sin embargo, es importante señalar que esta es una de las instituciones más antiguas del país. Fuimos fundados en 1834 y tenemos 185 años de servicio. El encargo al principio fue asumir a los pobres de la ciudad, niños, huérfanos, ancianos y enfermos, toda persona que representaba un riesgo alto de vulnerabilidad. Pero poco a poco adquirimos mucho patrimonio, y si bien fue fundada como una institución pública, nunca tuvo un recurso asignado del Estado, por lo que debía autosostenerse.

 

En esos años, muchas familias de Lima donaron parte de su patrimonio para que, a través de las rentas, alquileres o loterías, generemos ingresos. Eso funcionó muy bien durante 130 años hasta que fue prácticamente expropiada hace 50 años. Desde entonces, era una entidad pública, lo que representó un deterioro muy importante para el patrimonio y la calidad del servicio; no obstante, actualmente estamos ejecutando un plan de recuperación.

 

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¿En qué consiste este plan?

El Plan Bicentenario está programado para los próximos 15 años, hasta cumplir los 200 años de fundación. Este plan tiene cuatro pilares. El primero es el social que consta de la recuperación y puesta en valor de nuestros programas sociales como el Puericultorio Pérez Araníbar, los Hogares Canevaro y San Vicente de Paul, los comedores populares, los centros gerontológicos, el Hogar de la Madre, entre otros.

 

El segundo pilar es el cultural. Queremos convertirnos en un referente. Por eso, la sede central de la Beneficencia de Lima se ha convertido en un Centro Cultural. Así, tenemos otros espacios como el Museo Cementerio Presbítero Maestro, el Museo Afroperuano, la sede de la Lotería de Lima y Callao, en los que se está generando una vida cultural.  Lo social y lo cultural van de la mano, son una realidad indesligable.

 

El tercer pilar es la recuperación patrimonial, arquitectónica e inmobiliaria. Esto dentro del marco del Plan Maestro aprobado por el Programa Municipal para la Recuperación del Centro Histórico de Lima (Prolima). Y el cuarto pilar es la recuperación institucional. Tenemos que recobrar nuestra reputación y adoptar un modelo de gestión corporativa que permita ejecutar con integridad y total transparencia el Plan Maestro, con el objetivo de volver a ser una de las instituciones más importantes de la ciudad.

 

¿Qué se ha avanzado en la recuperación del Centro Histórico?

Primero, hicimos un inventario debido a que no existía uno actualizado de la cantidad de inmuebles que poseemos. La segunda etapa es realizar un diagnóstico de cada uno de ellos. Por ello, hemos firmado un convenio de renovación urbana con el Ministerio de Vivienda. Esto no se trata solo de una recuperación arquitectónica, urbanística o estética, sino de contemplar que en estas propiedades viven personas en estado precario, de usurpación. Es nuestra preocupación desarrollar una recuperación integral. Una vez hecho este diagnóstico, tenemos casi una veintena de proyectos y queremos atraer capital privado que pueda invertir en la ciudad. La idea es que por lo menos estos 20 proyectos puedan estar encaminados hasta que terminé nuestra gestión en tres años.

 

Es importante mencionar que desde septiembre de 2018 hemos recuperado nuestra naturaleza privada; es decir, ya no dependemos de los mecanismos del Estado y gracias a ello podemos autogestionarnos.

 

¿Cuál es el plan cultural de la Beneficencia?

El 24 de septiembre del año pasado abrimos las puertas del Centro Cultural. Quizás fue la recuperación arquitectónica más importante de la década en el Centro Histórico de Lima, y lo logramos exponiendo una muestra que informaba sobre la historia de la Beneficencia de Lima. Ahora, tenemos la primera muestra póstuma de José Tola en la que se puede apreciar algunos de sus obras más importantes y su colección privada.

 

Asimismo, en el plan de actividades culturales estamos relanzando el Puericultorio Pérez Araníbar y hemos firmado convenios con Sinfonía por el Perú para que ayuden en la formación de los niños. De igual manera, otras instituciones también se han sumado a estos cambios.

 

Por otro lado, tenemos un plan de negocios para el cementerio Presbítero Matías Maestro. El 2021 se realizará el congreso mundial de cementerios históricos y este será la sede. Tenemos también el tema de loterías. Acabamos de firmar un convenio con Intralot que es la empresa que maneja la Tinka y vamos a desarrollar nuevos productos para recuperar este espacio.

 

Nuestro plan de negocios busca atraer inversionistas privados para que al término de nuestra gestión se recaude más del 100% de ingresos de lo que anteriormente se recibía (S/ 30 millones anuales). Y para este año ya tenemos el 22% del incremento presupuestal.

 

Esto generará más flujo de turistas para Lima

Lo que viene en los próximos años es una explosión de llegada de turistas internacionales y locales. Por fin, Lima tiene un Plan Maestro y eso permitirá generar más negocios vinculados a la actividad turística.

 

Somos un agente de generación de flujo de turistas. Por ello, otro de nuestros planes es acondicionar hoteles en el Centro de Lima. Tenemos identificadas hasta cinco propiedades que pueden convertirse en hoteles boutique. Uno de ellos se podría generar durante mi gestión.