“Presupuesto de educación requiere transparencia y priorización del gasto”
El presidente del Gremio de Educación de la CCL, Ramiro Salas, analizó la problemática del sector haciendo hincapié en cómo la postergación de inversiones y la brecha de infraestructura educativa afectan su desarrollo.
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Por Maribel Huayhuas
¿Cuál es la situación del sector Educación?
Según información de las Direcciones Regionales de Educación (DRE), el diagnóstico reporta diversos problemas en los tres niveles de educación básica (inicial, primaria y secundaria). Entre ellas tenemos el reducido nivel de cobertura educativa en la población infantil y adolescente, el bajo desempeño de los docentes y la poca pertinencia curricular –la cual debe estar adecuada al contexto social del niño–, así como la no optimización de las estrategias y evaluaciones de aprendizajes.
A ello se suman la carencia de infraestructura educativa, los escasos recursos tecnológicos y la falta de apoyo a los estudiantes en intervenciones complementarias para el desarrollo de aprendizajes (alimentación, salud, seguridad, entre otros).
No obstante, un tema que preocupa a nivel primario y secundario es que se han identificado casos de violencia en los colegios y hogares y el incremento de ludopatías, así como el escaso involucramiento de las familias en el proceso de aprendizaje de los niños, además de deserción escolar. Toda esta problemática limita el desarrollo pleno del estudiante peruano.
¿A cuánto asciende la brecha de infraestructura en el sector Educación?
Según el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), la brecha de infraestructura básica del sector educación se estima en S/ 5 917 millones para el largo plazo, esto es la inversión requerida para alcanzar niveles de infraestructura de países desarrollados de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Para reducir la brecha es conveniente que el MEF brinde asistencia técnica a los gobiernos locales y regionales para que puedan darle continuidad a los proyectos de inversión que están a su cargo.
Así también, es necesario que Proinversión no dilate el proceso de promoción de las asociaciones público-privadas (APP) cumpliendo con las fechas programadas para la adjudicación de estas iniciativas.
Con ello, se debe dar prioridad a aquellas escuelas que están en situación deplorable, luego corresponde a las que están en mal estado y, tercero, enfocarse en el mantenimiento periódico de aquellos locales que se encuentran en condiciones regulares.
Precisamente, en las zonas en las que el fenómeno de El Niño causaría estragos se han identificado 17000 locales escolares con riesgo de inundación. ¿Cuál debería ser el plan de contingencia para no perjudicar el año escolar?
Frente a esta situación, la comunicación y la acción conjunta con los gobiernos regionales es indispensable. En ese sentido, comparto lo dicho por la ministra de Educación de sostener reuniones con las autoridades de los gobiernos regionales, con el fin de trabajar de manera articulada enfocándose en la ubicación de nuevos terrenos para la población estudiantil.
Así también, tomar en cuenta el Plan Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, cuyo objetivo es reducir la vulnerabilidad de la población, el mismo que comprende distintas fases de acción (prevención, respuesta y recuperación) para enfrentar el fenómeno de El Niño.
¿Hay avances sobre el logro de aprendizajes de los estudiantes?
Según el informe de la Oficina de Medición de la Calidad de los Aprendizajes (UMC) del Ministerio de Educación (Minedu), no se han logrado avances significativos en este tema, tanto en materia de lectura como en matemáticas.
Por ejemplo, los alumnos de segundo grado de primaria no alcanzaron los niveles satisfactorios de lectura entre los años 2016 y 2022, lo que resulta contrario al crecimiento sostenido que obtuvieron entre los años 2011 y 2016. Lo mismo ocurrió en matemáticas, cuyos niveles de logro han retrocedido.
A nivel secundaria, en el tema de lectura, en 2022, los alumnos de segundo grado consiguieron mejorar en relación con el año 2019; pero, en matemáticas, sus resultados decrecieron considerablemente.
En suma, los resultados de aprendizaje de 2022 fueron más bajos que los obtenidos en 2019. Así también, existen profundas brechas entre estudiantes de instituciones educativas privadas y públicas y entre colegios urbanos y rurales. Por ejemplo, las escuelas privadas muestran resultados heterogéneos de acuerdo con su clasificación basada en el costo de sus pensiones, a menor costo tienen menores rendimientos con respecto a las de mayor costo.
Esperemos que en los resultados de la evaluación de 2023 se obtengan logros de aprendizaje más satisfactorios. Esto se conocerá en el primer trimestre de 2024.
¿Qué acciones se deben ejecutar para revertir dichos resultados?
Lo primero es continuar con la capacitación de docentes y directivos de las instituciones educativas enfocándose en estratos con mayores necesidades e implementar programas de apoyo pedagógico. De igual manera, se deben diseñar actividades de aprendizaje a partir de una cultura evaluadora y de retroalimentación bajo un enfoque por competencias.
Asimismo, es pertinente elaborar evaluaciones a nivel de las competencias que se exigen a nivel mundial y que estas se aproximen a la realidad actual.
El Ejecutivo informó que este año el sector Educación tendrá un presupuesto de S/ 46 506 millones. ¿Ello representa un monto aceptable para el sector?
En comparación con años anteriores, se ha dado un aumento significativo en el presupuesto educativo, con un enfoque en la educación superior; lo cual representa un avance importante en términos de inversión en este sector. Este incremento presupuestario busca priorizar áreas fundamentales como la educación de primera infancia y la educación universitaria, reflejando un compromiso con el mejoramiento de la calidad educativa en estos niveles.
Sin embargo, la postergación de inversión en el sector educativo en años anteriores ha incrementado sus carencias. De ahí la importancia de apuntar a una gestión eficiente del presupuesto con transparencia y priorización del gasto para no generar malversación de fondos o actos de corrupción, un tema delicado que puede hacer retroceder cualquier esfuerzo.
De igual manera, para poder atender los principales problemas del sector, el presupuesto debería ascender al 6 % del PBI, monto que podría incrementarse de manera progresiva y responsable para poder consolidar las reformas educativas que están en marcha.
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