Sebastián Nieto: «La crisis nos recuerda lo vital de la formalización»
El jefe para América Latina y el Caribe del Centro de Desarrollo de la OCDE, Sebastián Nieto, analiza el comportamiento de la región frente a la pandemia de la COVID-19.
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Por Erika López Sevilla
Perú ha vivido uno de los cierres de la economía más severos a nivel mundial por la COVID-19, ¿cómo se podrá recuperar?
La situación es muy difícil para América Latina en general, porque estamos viviendo una crisis sin precedentes y seremos los que menos crezcamos en el mundo emergente y en vías de desarrollo. Las recientes estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) le asignan una caída de 8% a la región para este año.
Entonces, Perú no es la excepción porque el impacto ha sido muy importante para su economía. Ahora estamos en un escenario en el que tenemos que aprovechar esta crisis como una oportunidad para tener consenso hacia un nuevo pacto social, donde la sociedad civil y el sector privado discutan los pilares fundamentales que generen empleo formal.
Esta crisis nos ha recordado la importancia y lo vital de la formalización. América Latina tiene una informalidad de cerca del 60% y Perú de un 70%. Las medidas que tomaron en el Perú, como es el caso del bono familiar universal; en Colombia, el ingreso solidario; en Brasil, la extensión de la bolsa familiar; y en Chile y Argentina, las extensiones de las políticas de emergencia para los más vulnerables; son totalmente bienvenidas.
Ahora (el reto) es ver qué tan sostenibles son esas políticas bien focalizadas. Además, es importante reforzar los sistemas de protección social y los pactos sociales que se necesitan en varios países de América Latina.
Si tomamos toda la región, donde la recaudación es cercana al 23% del PBI, en el caso de la OCDE estamos hablando inclusive de una cifra del 34%, para el caso del Perú (este índice) es de cerca del 16,5% del PBI, lo que es menor de lo que tenemos en la región, que de por sí ya es bajo.
¿Cree necesario fortalecer la institucionalidad enfocada a cerrar brechas sociales en Latinoamérica?
Claro. Con esos elementos de estrategia productiva, de mejor inclusión social con sistemas de protección más focalizados y robustos, y con un pacto fiscal para generar una institucionalidad que dé credibilidad a los ciudadanos, a las empresas y en general a todos los actores de la economía peruana.
Sin eso, va a ser muy difícil avanzar y el punto de partida que tenemos es que en la gran mayoría de países de América Latina –tal y como lo mencionamos en nuestro Foro de Perspectivas Económicas de América Latina LEO 2019, (por sus siglas en inglés)–, hablamos de las diferentes trampas del desarrollo, una está todavía presente y es la trampa institucional, la cual nos dice que tenemos una ciudadanía que está aspirando a mejores servicios públicos.
¿Cómo lograr esa confianza?
Para pasar de ese círculo vicioso a uno virtuoso tenemos que buscar varias acciones. En este momento (hay que implementar) mejoras en el gasto, políticas de mayor transparencia anticorrupción y mejor focalización del gasto público.
También por el lado de las empresas, reglas claras, seguridad jurídica y aprovechar las nuevas tecnologías que permitan generar mayor capacidad de las administradoras tributarias y políticas de activación a nivel nacional e internacional.
¿Cómo ve el panorama para la región y el Perú en este 2021?
Sin acciones robustas como las que necesitamos a nivel nacional e internacional va ser muy difícil, lo que vemos es que entramos a niveles de baja productividad, ya vistos antes de la crisis de la COVID-19. Sin embargo, habrá un efecto base que permitirá a América Latina crecer de forma positiva el 2021, pero no lograremos cerrar la brecha de caída de crecimiento de este año.
Una de las buenas noticias que tiene el Perú, comparando con muchos países de América Latina, es que su endeudamiento público es relativamente bajo. Así, entramos con un mayor espacio fiscal que otras economías de la región, pero sí se necesita mejorar la cooperación internacional.
Fitchs Ratings bajó la perspectiva de “estable” a “negativa” para el Perú. ¿Qué consecuencias tendrá en el país?
En muchos países emergentes la perspectiva de las calificadoras ha empeorado. Eso lo vimos en la región y nos lleva a repensar en el tipo de acciones que debemos tener para generar sostenibilidad fiscal.
Ese es un punto fundamental que vemos en América Latina y, en el caso del Perú, esta noticia nos muestra la importancia de tener en cuenta el carácter procíclico que algunas veces tienen estas agencias de calificación, con lo cual también se puede tener un impacto sobre el costo de la deuda.
Si bien Perú tiene una sostenibilidad fiscal garantizada, el gran reto es el costo social que lleva la crisis y es ahí donde radica la importancia de las reformas.