Pedro Grados: “El cambio del modelo económico es lo que más preocupa a inversionistas”

Antes de la segunda vuelta los mercados ya estaban inquietos. ¿Cómo ve ahora el panorama para el Perú?

La macroeconomía está sólida y tiene, por lo tanto, cómo resistir a cualquier choque, sea interno o externo, que es lo que está ocurriendo producto de la incertidumbre política.

 

Esto no significa que no hay un deterioro relativo, sino que por lo menos en el corto plazo –en los próximos seis meses– no se vislumbraría una crisis.

 

El nivel de dolarización de los créditos ha bajado significativamente en los últimos años en Perú, entonces, la depreciación ya no golpea a los agentes económicos tanto como hubiera ocurrido hace cinco o diez años.

 

Esta depreciación es producto de la incertidumbre política y la salida de capitales, de alguna manera, es atenuada por la política del Banco Central de Reserva.

 

▶ Gabriel Alzate: “Debemos transformarnos para generar valor diferencial”

▶ Nicolás Leoni: “El nuevo rol del líder requiere inteligencia emocional”

▶ Julio Guadalupe: “Se debe permitir que el importador pruebe el precio realmente pagado”

 

 

Asimismo, tenemos un sistema financiero capitalizado para evitar un cierto deterioro de la cartera y se ha generado una estructura de apoyo desde el Estado, a través de Cofide; y del sector privado, mediante las cajas municipales y la emisión de bonos subornidados.

 

Hay, indudablemente, una caída de la bolsa producto del deterioro de las expectativas y de los papeles peruanos en Nueva York y también un cierto incremento del riesgo país, tanto en la tasa de interés de financiamiento del país como en los comentarios de las clasificadoras.

 

Pero este año, gane uno o el otro, el crecimiento estará entre 9% y 11%, por efecto rebote. El próximo año es otra historia. En caso de un triunfo de Keiko Fujimori, dependería del clima social –la variable principal–, y no serían solo protestas en la calle, sino probablemente al nivel de tratar de afectar las actividadades económicas, de parte de la izquierda radical.

 

Y en caso de un triunfo de Pedro Castillo, dependerá de lo que haga. Si tiene un enfoque moderado, como el que generó, de alguna manera, Michelle Bachelet en Chile, incluso se pueden tener tasas de crecimiento. Esto sin reforma constitucional.

 

Pero si insiste en ello, que es bastante difícil de llevar adelante desde la perspectiva legal, y en un cambio radical del modelo, ahí las consecuencias pueden ser muy graves a partir del próximo año.

 

¿La fortaleza macroeconómica será suficiente?

Depende de cómo se maneje el nuevo gobierno. El próximo año ya no habrá efecto rebote. La semana pasada escuché por primera vez que el candidato Castillo habló de la importancia de defender la propiedad privada.

 

Ese mensaje disminuye en algo el riesgo. Entonces, asumiendo el escenario más probable de que Castillo gane, si va hacia una opción moderada, creo que vamos a tener un crecimiento, pero si es que va hacia un escenario radical, habría un deterioro en la inversión y una probable recesión en el 2023.

 

¿Qué cree que les preocupa a los inversionistas?

Lo principal es cuál va a ser la política económica a llevar adelante. Un cambio en la Constitución sería la principal variable, sobre todo el modelo económico es lo que más va a preocupar. Muchos van a detener la inversión.

 

Los proyectos que ya están en marcha a nivel de minería e infraestructura van a continuar, como la ampliación del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez y la Línea 2 del Metro, que terminan en dos años.

 

Toromocho y Quellaveco –proyectos mineros con montos importantes– también van a terminar, pero otros como Chavimochic III y Majes Siguas, de consideración para el incremento en inversiones nuevas o pequeñas, podrían tener un golpe fuerte, con una postura radical de Castillo, incluso puede haber una mayor fuga de capitales. La visión del mundo es importante tomarla en cuenta porque si no creen en la iniciativa privada todo se puede deteriorar.

 

¿Qué tendría que hacer Pedro Castillo para ganar la confianza de los inversionistas?

Si tan solo Castillo dijera que la única forma de cambiar la Constitución es a través del Congreso y va a administrar el país dentro de las normas actuales, el mercado se va a tranquilizar, porque en el Parlamento no tiene la mayoría para hacer una modificación significativa.

 

Con ello, seguro desesperaría a los grupos radicales de izquierda, pero tranquilizaría al inversionista. Si se mantiene la Constitución, se mantienen las reglas de juego y la economía seguirá creciendo. Así, tras los cinco años la historia será otra, porque con la economía recuperada habrá otros candidatos y tendencias.

 

¿Tenemos espacio fiscal para llevar a cabo sus propuestas?

La deuda sobre PBI del Perú es de 35%, 36%, la más baja de la región. Sí hay un espacio como para incrementar el nivel de endeudamiento hasta 40%, algunos hablan de 45%, y cualquiera de los dos candidatos requería ese incremento, lo cual implica un mayor pago de deuda a futuro, pero significa un cierto boom de crecimiento y mejor expectativa en el corto plazo.

 

El espacio de endeudamiento es a grandes cifras. Con un PBI de US$ 200.000 millones a 4 puntos porcentuales, estaríamos hablando de US$ 8.000 millones que podrían ser invertidos en infraestructura y no en subsidios, y que pueden, además, mejorar la productividad.

 

Entonces, sí hay un espacio fiscal, pero es importante mencionar que este existe producto de 30 años de madurez. La economía peruana se ha manejado, en términos relativos, bastante bien comparada con el resto de América Latina y tiene espacio para endeudarse, pero lo importante es utilizar bien esa bala de plata.

 

¿Hay posibilidad de que se rebaje la perspectiva para el país?

Ahora mismo hay una cierta disminución del interés por invertir en el Perú hasta que las cosas se aclaren. El Gobierno y los privados pueden emitir bonos en el mercado de capitales, pero habría una menor demanda que hace un año.

 

Claramente, todavía hay demanda porque la macroeconomía está ordenada. Internamente la banca local va a ser mucho más cuidadosa para dar financiamiento crediticio a personas y empresas.

 

Sin embargo, las clasificadoras podrían revisar a la baja la perspectiva para el Perú. Ahora nos han puesto en la lista de espera: “mantén tu relación, no la incrementes hasta que no haya claridad”. No hay nada más complicado para un inversionista que no tener claridad de los próximos años.




Carlos Adrianzén: «Un cambio de modelo en la dirección de Perú Libre sería un suicidio»

Tras lo manifestado por los equipos técnicos de cada partido, ¿será posible implementar lo que señalan?

Comparativamente hablando, si se aplica lo que plantea Luis Carranza (Fuerza Popular), sí, pues más o menos en condiciones similares a la época en la que fue ministro, con él la economía creció cerca de 60%; mientras que si se busca un referente sobre cuánto habría crecido la economía con las ideas que defiende Juan Pari (Perú Libre), que básicamente es la tasa de crecimiento de la economía venezolana, esta decrece en 72,1%.

 

Así que esta es una batalla emocional. No de cifras, pues la diferencia es enorme. Una propuesta es destructiva, por más que sea emocionalmente atractiva, y la otra es generadora de un crecimiento nada más que robusto, pero no extraordinario.

 

¿Qué riesgos implican cada una de las propuestas?

El crecimiento económico peruano, si lo medimos en términos de largo plazo ya se acabó. Y si vemos cuánto creció la economía peruana en los últimos diez años, esta ha tenido un crecimiento negativo. Haciendo un histórico, el PBI llegó a crecer cerca del 70%. Sin embargo, el crecimiento destacado en el Perú, que se dio por el rebote de los 90 a la fecha, ya se acabó.

 

En el primer caso, no veo ninguna esperanza que con las ideas de Juan Pari haya recuperación, pero ninguna. Comparando el nivel de vida de un peruano con el de sus “sobrinos”, porque el PBI de Perú es más alto que el de Venezuela, Bolivia o Nicaragua, si dicen que quieren copiar esos modelos entonces eso sería una barbaridad.

 

Luis Miguel Castilla: “Un cambio de Constitución no ayudaría a reactivar la economía”

▶ Rosa Bueno: “Indecopi ha sobrerregulado ciertos temas en e-commerce”

▶ Jorge Guillén: “A nivel macroeconómico no se debería estropear lo avanzado”

 

Mucho de lo que plantea Perú Libre pasaría por un cambio constitucional…

Las constituciones son muy importantes en materia económica, no solo su eje económico, sino toda la Constitución. Estas se asocian con mayor estabilidad, mayor inversión, mayor crecimiento y mayor reducción de pobreza. No son inocuas.

 

Además, las constituciones se van deteriorando, es decir, con los retrocesos del expresidente Ollanta Humala y compañía, los efectos positivos de la Constitución de 1993 se han reducido significativamente. Si se cambia la Constitución actual y la quieren convertir en la de 1979, se anticipa una fuerte caída en el nivel de vida de las personas.

 

No una pequeña ni marginal, sino una tremenda caída. Los peruanos estamos apostando, aún considerando el pésimo gobierno de Francisco Sagasti en materia económica. Si hacemos una comparación, el Perú tiene un PBI per cápita cercano a US$ 6.000; Bolivia, aproximadamente US$ 2.000; y Venezuela, US$ 2.000, que antes tenía cuatro veces más que el Perú.

 

Cuba está por encima de US$ 4.000 y Nicaragua está ligeramente arriba de US$ 1.000. Entonces, con el efecto de un cambio constitucional, basándonos en estos países, se puede aconsejar un enorme deterioro económico.

 

¿Lo que se propone Fuerza Popular sería suficiente para la reactivación?

Algunos manipuladores por ahí dicen que no hay que votar por los menos malos, pero están en la calle. Siempre lo mejor es lo menos malo. Y en este caso (Keiko Fujimori), lo menos malo es mucho mejor que lo otro. Algunos dicen que el modelo ha fracasado, pero el modelo ha sido abandonado hace más de una década.

 

En los últimos 10 años, el PBI per cápita de un peruano se ha reducido en más de 20% porque se ha deteriorado la libertad económica y política. Estos son predictores de crecimiento. ¿Por qué Chile crece menos? Porque ha abandonado su modelo económico.

 

La región es hoy en día, comparativamente hablando, una región de naciones perdedoras. Al Perú, por ejemplo, copiar el modelo boliviano le podría llevar en el corto plazo a reducir a la mitad el nivel de vida. ¿Se imagina la hambruna que generaría esto?

 

¿Cómo se afectarían las empresas peruanas?

El Perú tiene dos tipos de empresas. Las empresas mercantilistas se adaptarán como en Venezuela, pues los principales grupos económicos se han quedado y tienen rentabilidades obscenas. Quien paga las rentas es el pueblo. Los grandes inversionistas no pierden el tiempo en un país comunista.

 

En una economía de mercado, donde el Banco Central de Reserva es responsable e independiente, el nivel de vida de la gente depende de su nivel de ingresos, el nivel de ingresos depende de la tasa de la inversión privada, y si esta se hunde va a generar hambre.

 

¿Qué se esperaría en los mercados frente a estas elecciones?

Si gana Keiko Fujimori habrá un alivio. Si gana Pedro Castillo habrá muchísima desconfianza fundada. Noruega, Finlandia y Suiza tienen índices de libertad económica más altos que EE.UU., y mucho más altos que Latinoamérica. Algunos dicen que esto es un problema de ingresos, pero es un problema de instituciones.

 

Todos los países ricos tienen altos índices de libertad, todos los países pobres tienen bajos índices de libertad. Todos los países ricos que tienen altos índices de libertad económica y política son mucho menos corruptos que nosotros.

 

Por ello, un cambio de modelo en la dirección correcta sería una bendición para el peruano de a pie y un cambio de modelo en la dirección de Perú Libre sería un suicidio, habría más corrupción, más atraso y más pobreza

 




Alonso Segura: «El modelo económico se puede ajustar sin un cambio constitucional»

¿Cuáles son sus impresiones sobre las propuestas de los candidatos en materia económica?

Hay medidas que pueden ser irresponsables y, comparadas con otras, casi terminan siendo pecados veniales. Se puede entender que, como estrategia política, algún candidato puede proponer medidas como la entrega del canon minero a la población, pero es una lógica errada.

 

Lo único que se va a lograr es que esos recursos no regresen y nunca se podrá cerrar la brecha de infraestructura. Se va a desfinanciar el presupuesto y habrá un problema fiscal que generará disparidad y grandes problemas sociales.

 

Por otro lado, propuestas como nacionalizar todas las actividades económicas o el cierre de importaciones son peligrosas. El Perú y América Latina ya probaron ese modelo y fue un desastre. Los principales perjudicados fueron los hogares y los trabajadores.

 

No podías producir, tenías limitada la oferta y lo poco que conseguías era de mala calidad y caro. Eso tampoco genera empleo, porque no se crea capacidad productiva, ya que nuestro país no es industrializado.

 

Ni que decir de estatizaciones, que también destruyen la capacidad productiva del país. Mientras que revisar los contratos con las transnacionales, que generan el 70% del Impuesto a la Renta (IR), es absurdo.

 

Se va a perder capital, Las empresas se van a ir a los países vecinos y Bolivia no es un buen ejemplo. Ellos subsisten de consumir sus rentas gasíferas que ya cayeron y están en un déficit insostenible, su deuda está explotando.

 

¿Entonces qué hacer para mejorar la ejecución y gasto?

El tema no es solo económico. Parte del problema es la organización política del país. No hay autoridades regionales y locales que tengan competencias en manejar fondos públicos. Hay decisiones que tomar e implican una reforma constitucional (en el buen sentido).

 

Y, para mejorar la ejecución y gasto, se tiene que trabajar en mejorar las capacidades. Si es que se necesita una reforma fiscal se tiene que hacer, pero planteando una reforma en serio de la estructura política y territorial del Perú.

 

En lo económico, se tiene que apoyar a los gobiernos regionales y locales a que formulen mejor sus proyectos. Hay casi 2.000 municipios y es imposible manejarlos. Para eso se deben hacer planes multianuales de inversiones, a través de diferentes filtros.

 

La idea es garantizar que esos recursos tengan una rentabilidad social. Se tiene que seguir apostando por el cierre de brechas y aplicar un poco de centralismo para controlarlo. Sin embargo, ningún candidato está proponiendo esto, nadie quiere atacar el problema en serio.

 

Por eso dejan que se dilapiden y se repartan los recursos, exacerbando los problemas que tenemos como país. Lo que están haciendo es, de manera muy cortoplacista, casi comprar voluntades.

 

Por eso se ha criticado siempre el modelo económico. ¿En qué línea deberían ir los cambios?

Obviamente hay ajustes que se deben hacer. Pero, eso no quiere decir que se necesite un cambio constitucional. Primero, se necesita continuar la consolidación de las políticas sociales. Para ello, hay que ver qué programas nuevos potenciar.

 

Lo segundo es la inclusión productiva, es decir, tratar de generar una mejor redistribución, no simplemente chorreo, sino mecanismos de políticas públicas para que el Estado llegue a todo el país. Para lo cual se necesita gente coherente al mando de las políticas públicas y económicas del país.

 

Además, es importante un cambio de chip de las personas que están al mando, pues se cree que el crecimiento por sí solo va a solucionarlo todo, pero una mejor redistribución te genera un crecimiento balanceado porque te cierra brechas de oportunidades.

 

Ese debe ser el objetivo. Lamentablemente, los últimos cinco años han sido de retroceso dramático. Eso no es culpa de la Constitución, si no de las autoridades que elegimos.

 

Salud y educación son otros temas prioritarios. ¿Es factible aumentar los presupuestos?

Quizás la respuesta sea sí, pero no se puede sacrificar la estabilidad fiscal para gastar lo que no se tiene. Entonces, la capacidad de incrementar presupuestos, en general, va a estar acotada por la disponibilidad de recursos.

 

Dentro de eso se tiene que ver cómo repriorizar presupuestos. Eso significa que, en la medida que los ingresos no suban (y estamos en caída de ingresos por la caída de la inversión privada), se tienen que tomar decisiones sobre qué despriorizar.

 

Sin embargo, decir que se incremente al 10% el PBI de salud o educación es imposible y es una mentira del tamaño de la catedral. Ningún país lo hace. Muchos de los ingresos en el país son rentas de canon, por ejemplo.

 

De esta forma desaparecería el resto de sectores: seguridad ciudadana, ejército, justicia, cultura, etc. Con ese tipo de propuestas solo están mintiéndole a la población.

 




Cecilia Blume: «Nuevo Congreso no cambiaría la economía»

Para Cecilia Blume, la falta de una bancada mayoritaria y el corto periodo legislativo obligará a este Congreso a formar consensos.

 

¿Este nuevo Parlamento podrá mantener el modelo económico?

Este Congreso tiene poco tiempo, pocas cosas por hacer y no hay ninguna bancada que tenga mayoría, entonces tienes un voto disperso que los obligará a formar consensos. No veo un cambio de modelo económico como tal porque no tienen los votos y el tiempo necesario. Pero, desde el punto de vista de las izquierdas y, quizá de algún representante del Frente Popular Agrícola Fía del Perú (Frepap), podría darse un cambio societario o social que tenga que ver mucho con la equidad de género y con el desarrollo de la sociedad.

 

Jaime de Althaus: “Un Congreso complicado”

De la Puente: Congreso sería centrista en temas generales

Carlos Meléndez: “Peruanos rechazan el establishment político”

 

Lo primero que tiene que hacer el Congreso es sentarse a revisar los 50 o 60 decretos de urgencia (DU) que aprobó el Gobierno, elegir a los miembros del Tribunal Constitucional e iniciar la reforma política desde cero, pues aún le faltan muchas cosas.

 

¿Entonces no habría impacto en las inversiones?

Puede haber impacto en las inversiones si este nuevo Parlamento, por ejemplo, quiere modificar una norma ambiental o regulatoria para ponerle trabas, haciendo las cosas diferentes. Incluso, puede traer impacto en las inversiones –aunque algunos no lo crean– un Congreso conflictivo, como pasó anteriormente. Esperemos que los nuevos parlamentarios hayan recibido el mensaje de que no queremos más pleitos, queremos avanzar por el país y poner a los ciudadanos primero, y no el tema de la política y del pleito chico del Congreso. Estoy segura de que van a escuchar a los electores y entender que lo que necesitamos es crecer como país.

 

¿Qué iniciativas económicas se podrían promover para que el PBI crezca?

Lo primero que hay que ver es el tema de la seguridad y de cómo afrontar los conflictos. Es necesario sacar una legislación inteligente sobre conflictos y participación ciudadana, en la que se aclare y regule las funciones de las comunidades para no tener a un grupo de revoltosos que paralicen un proyecto de inversión.

El Estado tiene ya que marcar la cancha, acercarse a las comunidades para escucharlas y resolver sus problemas para que el proyecto salga adelante sin dar marcha atrás. No es posible que en el Perú no se prohiba tomar carreteras. Tenemos una ley de hace mil años que no funciona.Creo en la fuerza de la ley y este tipo de temas si lo puede resolver el Congreso buscando el bien del país, de la comunidad y no solo de unos cuántos pequeños intereses subalternos.

 

¿Cree que habrá una mayor concertación?

Por el simple hecho de estar tan fragmentados tiene que haber concertación, sino no llegas a ninguna mayoría. Esperemos que el Congreso entienda lo que quiere el país y estoy consciente de que lo van hacer. Estamos creciendo muy poco. La ministra de Economía acaba de anunciar que vamos a crecer 3,5% el 2020. El 2019 ya está cerrado y hemos crecido con las justas 2%.