“Perú cuenta con suficiente energía, lo que falta es infraestructura para distribuir el gas”

¿Cómo va el Perú en su cambio de matriz energética?

El cambio de matriz energética arrancó en 2004 con la incorporación del gas natural de Camisea (Cusco), y esto nos ha permitido tener hoy un sistema eléctrico muy poderoso, que es uno de los más competitivos de toda la región. Entonces, vamos por buen camino y funcionando bien.

 

¿Cuál es la importancia de gas natural dentro del cambio de matriz energética?

El gas natural es sin duda el elemento más importante que tenemos hoy en día en nuestra matriz energética, ya que es un combustible limpio y amistoso con el medio ambiente; pero, por encima de ello, es sumamente económico y brinda seguridad energética. Eso significa que, gracias a este, podemos suministrar energía a todo el sistema eléctrico peruano y a los consumidores, sean grandes o pequeños, de manera segura, constante, confiable y económica, y aporta un grado de seguridad a la red eléctrica.

 

Esto porque una red eléctrica necesita estar balanceada y esto se logra gracias a tecnologías conocidas como son las termoeléctricas con gas natural y la hidroelectricidad. Hay que destacar que la matriz eléctrica peruana, no solo en términos de precios es bien competitiva, sino que en seguridad es sumamente estable y confiable; y, además, en términos de emisiones, es muy limpia.

 

Así la producción de electricidad en el país cumple con todas las condiciones para darle a una nación como la nuestra la garantía de contar con energía suficiente, confiable y competitiva. Dicho esto, la pregunta es: ¿qué tenemos que seguir haciendo? Nosotros, como país, tenemos gas natural y el tenerlo nos obliga, por el bien de la ciudadanía, a seguir usándolo en los siguientes años.

 

Se señala que en el país tenemos gas, pero hace falta masificarlo. ¿Qué se puede hacer al respecto?

Hay una seria confusión en la población con respecto a la masificación del gas natural, pues se le confunde con el GLP o  con los balones de gas. Hay que saber que, para ser consumido correctamente, el gas natural requiere ser transportado a través de ductos que tienen que ser construidos dentro de una ciudad. Eso evidentemente es un proceso complejo y caro, que toma tiempo. Entonces, el proceso de masificación requiere de infraestructura previa, de grandes ductos que conecten los centros de producción de gas natural con los centros de consumo. En esa línea, se debe seguir expandiendo el sistema de ductos en otras ciudades distintas de Lima e Ica, que son las dos únicas que tienen hoy conexión directa con el gas natural de Camisea, con el fin de llegar a nuevas zonas del país.

 

¿En qué debe enfocarse el desarrollo de la infraestructura para lograr masificar el gas natural?

Tenemos el ejemplo del Gasoducto del Sur, que tuvo muchos cuestionamientos porque fue promovido y finalmente lo obtuvo Odebrecht, pero en vez de darle vuelta a la página y convocar a nuevos procesos para expandir los sistemas de transporte de gas en el país, seguimos con un solo sistema de distribución que permite llegar a Lima e Ica, pero no más allá. Necesitamos nuevos ductos que lleven el gas natural al departamento del sur y otro que lo lleve al centro y norte del país. Una vez logrado esto, se debe comenzar a desarrollar los pequeños sistemas de distribución dentro de las ciudades y comenzar a incorporar poco a poco los clientes. Pero, también la masificación a su vez necesita de proyectos grandes de consumo que hagan económica la ejecución de la infraestructura, para que luego los usuarios podemos beneficiarnos de esto.

 

¿Qué tan complicado es que se logre la ejecución de infraestructura que ayude a la masificación del gas natural?

El problema es que no tenemos industrias grandes, fuera de Ica y de Lima, que estén en condiciones de asimilar parte del gran costo que supone desarrollar ductos de gas natural y hay que comenzar a hacerlos. Hay que conseguir consumos anclas e industrias grandes que permitan abaratar costos y luego comenzar a conectar las casas.  Es un proceso que toma tiempo y que el Estado ha abandonado los últimos 10 años. Sin duda, debe retomarse el Gasoducto del Sur, bien pensado ejecutado y planeado.

 

Se advierte de que el mundo estaría próximo a una posible crisis energética mundial. ¿Perú también está en riesgo?

Los tremendistas y a los que les gusta generar zozobra en la población siempre han dicho esto. En los años 70 se decía esto y al final esa crisis fue bastante temporal y se pudo salir del impacto. En el país no deberíamos tener este temor, porque tenemos los suficientes recursos energéticos para cubrir las necesidades actuales y futuras de la población.

 

Solo por dar un ejemplo, si hoy consumimos 7.000 megavatios, solamente en recursos energéticos tenemos 70.000 megavatios, casi 10 veces lo que el Perú consume actualmente. En adición a ello, el país es bendecido porque tiene mucho gas natural y lo que no estamos haciendo es buscar más. Solo estamos explotando los yacimientos que se conocen como Camisea, pero tenemos mucho más gas natural en la zona. Si pudiéramos conseguir el siguiente Camisea o dos adicionales podríamos atender los requerimientos de la población en exceso. Entonces, no tenemos una urgencia energética en el país, lo que tenemos es una urgencia de infraestructura. Tenemos una falta de promoción del ingreso de estas tecnologías que ya las tenemos y de seguir alimentándolas.

 

¿Qué estaría pasando?

Lo que ocurre es que hay un lobby muy fuerte para paralizar la ejecución de proyectos de gas natural, de grandes proyectos hidroeléctricos, con el fin de que ingrese tecnología como la solar y la eólica, que son poco confiables, costosas y con períodos de vida relativamente cortos y con imponderables que uno simplemente no controla. Son tecnologías que pueden ser un complemento, pero no una solución.

 

¿Por qué estas energías renovables no serían una solución?

Es que son tecnologías que no permiten brindar la tranquilidad de que la población va a contar con energía suficiente, abundante y económica durante todo el tiempo. Un ejemplo, es lo que pasa en Alemania, que apostó por estas tecnologías y gastó más de US$600.000 millones en desarrollar sus proyectos renovables. Y lo cierto es que hoy tienen un gigantesco problema energético y la  energía es costosísima.

 

Además, lo peor es que no han reducido sus emisiones. La energía es un vehículo para que la gente, sobre todo los más pobres, puedan desarrollarse y mejorar su calidad de vida, y en un país pobre como el Perú, con alrededor del 30% de la población en condición de pobreza, necesitamos dotar a los más necesitados de la mayor cantidad de recursos energéticos posibles al menor costo posible y de la manera más confiable, para ayudarlos a salir de su pobreza. No hay ningún elemento que fortalezca mas a la población y que la empodere más que contar con energía.

 

Para 2024, se está exigiendo en el país la obligación de importar vehículos que cumplan con la norma de emisiones Euro 6, aunque se advierta que no se cuenta con los combustibles adecuados. ¿Puede ayudar de alguna manera el gas natural, aunque no esté masificado?

Uno de los usos más extendidos del gas natural, es evidentemente el reemplazar a otros combustibles como la gasolina y el diésel. Y, si bien en un primer momento, se vio una ola muy grande de uso de gas natural vehicular, al ser más barato y limpio, no se ha extendido su uso fuera de Lima e Ica.

 

El uso de este gas en el sector vehicular ayudará a su proceso de masificación y hemos fallado en ese punto. No hemos sido capaces de llevar gas natural vehicular más allá. Pero, también se debe tener en cuenta que el parque automotriz que tenemos es muy antiguo y no va a mejorar mucho por cambiar el uso por gasolina Euro 4, 5 o 6. Todo va de la mano y, por tanto, tenemos que tener un parque automotriz mucho más moderno y, para eso, evidentemente, el Estado tiene algo que hacer ahí. Hoy, comprar un carro nuevo en el Perú es carísimo. Se deberían rebajar los impuestos y aranceles y hacer que el acceso a nuevos vehículos sea mucho más fácil y barato para la población. De otro lado, requerir que los nuevos vehículos que lleguen al país cumplan con los estándares de emisiones.

 

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¿Cómo va la matriz energética en el Perú?

 

Como todos sabemos es una matriz relativamente limpia en comparación con lo que tienen muchos países de la región. La matriz eléctrica está compuesta por generación hidroeléctrica, gas natural y energías renovables. Esto hace que, en general, la emisión del sistema energético comparado con otros países sea más limpia.

 

En el Perú con la entrada del gas de Camisea, desde año 2004, se ha reemplazado fundamentalmente el diésel, es por eso que la matriz que tenemos es 55% de hidroeléctrica, 40% gas natural y 5% de energías renovables, que es solar y viento. Dentro de las energías renovables tenemos las convencionales y las no convencionales. Las convencionales son las hidroeléctricas que utilizan como recurso el agua y no generan emisiones, salvo que sean de almacenamiento muy grande. Pero, las energías renovables no convencionales son la de viento y sol y que son libre de emisión.

 

¿Cuánto de energía renovable sería óptimo tener en el país?

 

El Perú es rico en recursos renovables. Si sumamos lo que tenemos en centrales solares, eólicas y todo lo que podemos construir en hidroeléctricas, biotermia y biomasa, pasamos los 100.000 megavatios. Nuestro mercado actual es aproximadamente de 7.000, entonces tenemos mucho potencial para construir, pero eso se hace en función del crecimiento de la demanda.

 

Lo importante ahora es que el Perú, en el marco de la COP21 y COP26, ha adaptado compromisos de reducir emisiones en un 40% al 2030. Eso significa incrementar la mayor participación de las energías renovables hasta por lo menos llegar a un 15%.

 

¿Qué políticas tiene el Perú para llegar a tener ese 40%?

Ese 40% no solamente incluye al sector energético, sino todos los sectores donde se generan emisiones, pero en el campo de la energía lo que se prevé es incrementar a 15% el uso de energías renovables. Esta energía (renovable) hace algunos años era cara. Por eso, en el Perú se hizo una ley para promover y se logró llegar al 5% que se tiene ahora.

 

Pero esto ha cambiado en los últimos años, el costo de esta energía se ha reducido considerablemente y ha bajado más de cinco veces sus costos de desarrollo y eso hace que sean competitivas.

 

¿En cuánto más o menos ha bajado el precio?

 

Te voy a dar algunos números de referencia que marcan la tendencia. Por ejemplo, la primera central solar que se instaló en el Perú costó más o menos US$ 220 el megavatio hora y una de las últimas centrales solares ha costado US$ 45 y eso ha sido hace un par de años. Ahora está por debajo de los US$ 40 seguramente.

 

Volviendo al tema. ¿No hay un plan específico para incentivar las energías renovables?

 

En este momento no se requiere. El Perú va a seguir creciendo en términos de consumo de energía y se van a necesitar nuevas centrales y es así como funciona el sistema. Hoy hay un mayor número de generadores que compiten en el mercado eléctrico  que tienen proyectos de desarrollo de energías renovables.

 

¿Qué es el hidrógeno verde?

 

El hidrógeno verde puede ser considerado, por ejemplo, como un combustible que va reemplazar a los combustibles fósiles. Una de sus utilizaciones fundamentales es en el transporte de larga distancia o de acarreo de los minerales, además, de los trenes o barcos que son los principales mercados para su uso. El hidrógeno verde es una separación del hidrógeno del agua. El agua tiene dos moléculas de hidrógeno y oxígeno y lo que se hace es inyectar energía eléctrica al agua y separar el hidrógeno del oxígeno y, una vez separado, eso se utiliza cada uno en sus propias aplicaciones. Por ejemplo, el oxígeno hoy se utiliza bastante por el tema de la COVID-19, pero el hidrógeno se utiliza como combustible.

 

¿Cuáles son los beneficios del  hidrógeno verde?

 

Uno de los beneficios es que reemplazas los combustibles fósiles por combustibles limpios y que, además, será a menor costo que es lo importante. Los costos de las energías renovables seguirán bajando por lo cual el hidrógeno verde podría estar entre US$ 1 y US$ 2 el kilogramo. Con ese precio este combustible será más competitivo y limpio que el diésel.

 

¿Ya estamos produciendo hidrógeno verde?

 

Hay industrias que consumen hidrógeno en el Perú. Hay algunas para producir amoniaco o nitrato de amonio. En otros casos se utiliza el hidrógeno para producir combustibles en las refinerías. Pero, todo ese hidrógeno no necesariamente es verde. Con todo el trabajo que se está haciendo recién en los próximos años podríamos empezar a producir hidrógeno verde.

 

Hay una carrera mundial por producirlo y hoy día en el mundo solo el 5% de todo el hidrógeno que se consume es verde, pero muy pocos serán productores porque no todo el mundo tiene energías renovables como hay en el Perú.

 




Pymes que migran a la nube pueden ahorrar hasta 70% en energía

Las pequeñas y medianas empresas (pymes) que migran a la nube pueden ahorrar hasta 70% en energía, señaló Telefónica Tech.

 

La actual coyuntura energética ha propiciado que se realicen incrementos en las tarifas de luz este 2021, lo que ha afectado a usuarios residenciales, comerciales e industriales.

 

Desde agosto de este año, Osinergmin fundamentó sus cambios de tarifas de luz por el alza del dólar y el incremento del precio internacional del cobre y aluminio.

 

Esto plantea nuevos desafíos en la transformación digital de las empresas hacia una adaptación que va más allá del teletrabajo, y que apunta al ahorro en sus facturas de energía.

 

Según Telefónica Tech, migrar aplicaciones y servicios desde equipos propios puede suponer un ahorro de entre el 60% y 70% y una reducción considerable de la huella de carbono de un negocio.

 

Muchos sectores se digitalizaron rápidamente para seguir operando, pero para las pymes resulta complicado tener una inversión constante en nuevos equipos y máquinas, subrayó Antuanet Rivas Plata, Head of Sales Operation de Telefónica Tech.

 

Las pymes suelen tener equipos antiguos que permanecen encendidos y de una vida útil prolongada que conservan “para optimizar su inversión”.

 

Optimizar para pagar menos

 

Según Rivas Plata, “la nube es la respuesta, el desarrollo de las redes en los últimos años ha hecho que el esquema de adquisición y amortización de hardware propio pase a la historia”.

 

Esto debido a que “los Data Centers disponen de hardware más eficiente que consume menos recursos y tecnologías de virtualización que aumentan aún más el rendimiento de esos equipos a un menor consumo”.

 

Un informe de Accenture del 2020, basado en la experiencia de migración a la nube de su portafolio de clientes, señalaba que una pyme puede reducir su consumo energético un 65% y sus emisiones de carbono un 84%.

 

“Se trata de una oportunidad para involucrar a las pymes, como columna vertebral del desarrollo económico, en la administración eficiente de energía”, apunta el experto de Telefónica Tech.

 

El rápido aumento de la demanda de uso de la nube ha elevado la eficiencia en la tecnología de redes y soportes.

 

Entre 2010 y 2018, el tráfico de datos cloud se ha multiplicado por seis, pero el consumo energético casi no ha variado. Los servidores de última generación consumen una cuarta parte de energía que los de hace una década y la virtualización permite procesar y almacenar datos con un coste hasta nueve veces menos.

 

Costos de energía

 

Esta semana, Osinergmin señaló que en noviembre las tarifas eléctricas verán su primera reducción el 2021.

 

Pero desde el inicio de la pandemia en marzo 2020, hasta el mes actual, el alza acumulada de tarifas de luz alcanzó el 18,1%, según datos de la consultora Enerkory.

 

Desde el inicio del COVID-19, los sectores industriales ubicados en Lima tuvieron una variación de 19,6% para los fabricantes de plásticos, industria ladrillera, papelera y de fideos.

 

Es por ello que Telefónica Tech, líder en transformación digital, considera que optimizar el consumo eléctrico y pagar menos estará al alcance de cualquier empresa, sin importar su tamaño. En Perú, la compañía ofrece sus servicios a través de Movistar Empresas.




Daniela García Belaúnde: Lo que esperamos de la energía en Perú en próximos 5 años

Los planes de gobierno de los candidatos presidenciales, en lo que a política energética se refiere, se asemejan en que en ambos son escasos, ambiguos, escuetos, imprecisos y denotan muy poco entendimiento de la problemática del subsector de hidrocarburos y electricidad, que les permita exponer “cómo” y “cuando” se ejecutarán dichas propuestas en sectores de alta inversión.

 

En ninguna de ellos hay un verdadero plan energético, aunque debe reconocerse que las escasas propuestas de ambos candidatos son claramente diferenciadas en lo que a promoción de la inversión se refiere.

 

La propuesta de Fuerza Popular se encuentra alineada al modelo económico actual y se mantiene dentro de los pilares de la política energética que se vienen ejecutando desde el 2014.

 

De manera concreta, Fuerza Popular propone el cambio progresivo de la matriz energética hacia fuentes de energía renovable y cerrar la brecha de acceso a la infraestructura eléctrica mediante la priorización y fomento de la inversión público-privada en el desarrollo de centrales de energía renovable, así como la apertura hacia la electromovilidad.

 

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Por su parte, Perú Libre propone la nacionalización de los recursos naturales y la estatización de la industria eléctrica e hidrocarburos, mediante la revisión de todos los contratos de concesión otorgados, y aquellos resultantes de los procesos de privatización, el impulso de la masificación del gas natural y el relanzamiento del gaseoducto del sur, así como la reducción de las tarifas eléctricas.

 

Escasez de propuestas

 

La escasez de propuestas y el desconocimiento del funcionamiento del sector energético resalta a la vista en ambos casos. La propuesta de Fuerza Popular no menciona en absoluto a la industria de los hidrocarburos, pese al importante potencial de reservas de gas y petróleo con las que cuenta el país y los serios problemas que aquejan actualmente a la industria de hidrocarburos.

 

En tanto que Perú Libre desconoce los acuerdos internacionales en los que el Perú se ha comprometido para reducir sus emisiones de carbono a raíz de la concientización del calentamiento global, siendo la penetración de las energías renovables, el cambio progresivo de la matriz energética, la electromovilidad y el hidrógeno verde pilares fundamentales para alcanzar dicho objetivo.

 

Transición energética

 

En ambos casos, ninguna de las propuestas explica cómo vamos a encarar la transición energética en la que ya estamos inmersos, considerando los recursos naturales con los que cuenta nuestro país.

 

La transición energética hace que ambos subsectores, tanto electricidad e hidrocarburos, se complementen y convivan hoy en día, por tanto, exigen, de cualquier partido que resulte elegido el 06 de junio, que sean considerados de manera integral en un plan energético estructurado de horizontes de corto, mediano y largo plazo.

 

Además, ambos candidatos y sus equipos técnicos deben conocer que somos un país con un gran potencial hidrocarburífero y utilizamos y seguiremos utilizando aún combustibles fósiles para la producción de bienes y servicios necesarios para nuestra vida diaria; que tenemos una matriz hidro – térmica y que el gas natural sostiene la ecuación en la producción y despacho de energía.

 

También, que contamos con una importante infraestructura de energías convencionales operando; que las centrales RER no convencionales son variables e intermitentes y necesitamos de la energía convencional para suplir esa falta de confiabilidad; y que debemos repensar el relanzamiento del gasoducto al sur respecto de la instalación de fuentes de energía en el sur más eficientes, entre otros aspectos que caracterizan nuestra estructura energética nacional.

 

Este conocimiento es fundamental e imprescindible para estructurar un plan energético, que fije, sobre la base de nuestros recursos naturales, metas y prioridades.

 

Liberalización del mercado

 

Asimismo, es importante no perder de vista que hace 25 años se dio la liberalización del mercado eléctrico peruano, proceso que estuvo caracterizado por la privatización de las empresas públicas, la desintegración de las actividades sujetas al monopolio estatal, el fomento de la competencia a nivel de generación y la determinación de precios competitivos, lo cuales hasta ese entonces se sujetaban a la injerencia política y eran subsidiados por el Estado.

 

La liberalización permitió incrementar la inversión y con ello el índice de electrificación, el margen de reserva de la generación y la calidad del servicio público. Hoy en día, es el mercado quien fija el costo real de la energía que pagamos todos los usuarios.

 

Todo ello no hubiera sido posible sin un adecuado régimen de garantías que dio la seguridad jurídica necesaria para promover la inversión privada en las diversas actividades que integran el sector.

 

Con ello no queremos señalar que la actividad empresarial del Estado sea intrínsicamente mala, aunque el pasado no nos permita afirmar ello.

 

En cualquier escenario, se debe primar la transparencia y efectividad de la política pública, sea ésta directamente ejecutada por el Estado o por el sector privado, garantizando el acceso a la energía de manera confiable, segura y a un precio justo.

 

Estamos frente a industrias de altos niveles de capital, por lo que una actividad económica manejada por el Estado, legalmente habilitado para ello, debe reconocer que es inviable pretender tener acceso y un servicio de calidad si es que no hay inversión (ya sea pública o privada) y tarifas que reflejen el costo real del servicio.

 

Medio ambiente

 

Finalmente, los planes de gobierno y los debates de ambos candidatos denotan la poca empatía que tienen ambas propuestas respecto de políticas de desarrollo sostenible y medio ambiente.

 

Actualmente, los gobiernos han tomado consciencia del impacto que genera la industria energética en el medio ambiente y como es que el avance tecnológico en dicha industria está permitiendo a su vez la implementación de políticas de desarrollo sostenible en otras actividades económicas, como el transporte y la minería, lo que les lleva a reducir sus emisiones de GEI y contribuir con detener el cambio climático.

 

A manera de ejemplo, los certificados de carbono incentivan la ejecución de proyectos de inversión, los cuales, además de contribuir con la conservación del medio ambiente, permiten a las empresas obtener beneficios económicos adicionales.

 

Como señalé al inicio, ambas propuestas son escuetas y ambiguas, aunque claramente diferenciadas. Cualquier propuesta que resulte ganadora, generará un periodo de incertidumbre que retrasará indefectiblemente la ejecución de proyectos, situación que se revertirá hasta que se tenga visibilidad y certeza respecto a las reformas -tributarias y ambientales- que el nuevo gobierno nos traerá, así como el respeto a las garantías de inversión que este manifieste.

 

Solo esperamos que lo poco avanzado en materia energética no retroceda. Corresponde al nuevo gobierno plantear y ejecutar políticas que garanticen que sus habitantes, y las generaciones futuras, puedan tener acceso en todo el territorio peruano a una energía sostenible con el medio ambiente, bajo una adecuada prestación del servicio y a un precio justo.




Alejandro Angulo: Cómo gestionar el consumo energético tras su aumento post cuarentena

Cada 5 de marzo se celebra el Día Mundial de la Eficiencia Energética con la finalidad de reflexionar sobre la forma en que producimos y usamos la energía que ahora, con la llegada de la pandemia, ha tenido un impacto significativo en el consumo mundial.

 

Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Perú, al declarar una cuarentena general el 16 de marzo del año pasado, evidenció una fuerte caída en el consumo energético, alcanzando una reducción del 32% solo durante la primera semana.

 

Pese a ello, crisis anteriores han demostrado que una recuperación económica puede hacer que la demanda de energía se eleve rápidamente, incluso por encima del nivel anterior.

 

Vientos favorables para la recuperación económica peruana

 

El mayor número de personas en casa, incrementó el consumo energético residencial pero no alcanzó los niveles de consumo eléctrico de todos los sectores en conjunto. Sin embargo, las instalaciones de hospitales, centros de datos y el suministro de alimentos, aumentaron su criticidad, creando la necesidad de identificar formas de reducir el consumo de energía y mejorar los procesos de operación, mantenimiento y servicio.

 

En ese sentido, resulta fundamental sentar las bases para las operaciones sostenibles de edificios e industrias y, esta debe comenzar por la gestión sistemática de la energía.

 

Digitalización

 

es posible a través de un suministro de energía seguro y sostenible, así como sistemas de energía resistentes, inteligentes y protegidos en todos los niveles de voltaje. El principal cambio que debe atravesar la distribución de energía eléctrica se basa en la transparencia, los datos y la digitalización.

 

El suministro ininterrumpido de energía a edificios e industrias es de vital importancia y, no solo necesita de dispositivos que eviten cortes de energía o accidentes eléctricos, sino de sistemas que puedan monitorear la calidad de la energía y recopilar esos datos, así como soluciones que se integren con ecosistemas conectados y automatizados.

 

Esta coyuntura nos ha vuelto significativamente más digitales, y el suministro de energía confiable es la columna vertebral de nuestras actividades privadas y profesionales, por lo que lograr su inmersión en este entorno digital es fundamental para evitar que las emisiones globales de CO2 sigan incrementándose.

 

Una gestión sistemática de la energía permitirá reducir el impacto de este retorno abrupto que enfrentaremos tras el levantamiento de las restricciones sanitarias.