Rosa Bueno: Somos más

Como era de esperarse el Perú no creció lo suficiente en el 2022 y esta tendencia se mantiene para este año. Recientemente el Instituto Nacional de Estadística (INEI) informó que la economía peruana cerró en 2022 con un crecimiento anual de 2,68 por ciento. Esta cifra es menor a la proyectada por el Ministerio de Economía y Finanzas, que esperaba un crecimiento entre 2,7 y 3 por ciento, cercano a las proyecciones del Banco Central de Reserva (BCR), de 2,9 por ciento. Para este año, las expectativas de crecimiento, de las citadas instituciones, se vienen ajustando a la baja.

 

La economía peruana no retoma el impulso de crecimiento. La pandemia y la crisis internacional desnudaron nuestras debilidades. Pese al crecimiento de las últimas décadas los ciudadanos no contamos con servicios de salud ni educación de calidad. La pobreza ha vuelto a ganar terreno y alcanza nuevamente al 30 por ciento de la población. Ello, unido a la permanente crisis política y falta de gobernabilidad, han generado las condiciones necesarias para que el descontento ciudadano se traduzca en las protestas recientes que paralizaron la economía. Estas protestas, según el Instituto de Estudios Económicos IEDEP de la Cámara de Comercio de Lima, entre el 9 de enero y 6 de febrero pasado han generado pérdidas en las regiones convulsionadas, de 6,168 millones de soles en ventas no realizadas.

 

Actualmente las protestas están menguando, esto no significa, ni por asomo, que los problemas políticos y los reclamos ciudadanos se estén solucionando. Esta situación exige que las autoridades del ejecutivo y el congreso escuchen con atención los reclamos e interpreten de manera adecuada las encuestas que se vienen realizando. Según la última encuesta de IPSOS, si bien un porcentaje mayoritario de peruanos quiere un adelanto de elecciones y se identifican en mayor o menor medida con los otros reclamos ciudadanos, el 90 por ciento de los encuestados no participó en las manifestaciones y la gran mayoría no comulga con el vandalismo. En efecto, el 77, 85 y 88 por ciento de las personas consultadas no justifican el bloqueo de carreteras, la toma de aeropuertos o la quema de sedes públicas.

 

La encuesta señala que, a nivel nacional, los peruanos creen que los temas por priorizar durante este año son la lucha contra la delincuencia (53 por ciento), la corrupción (49 por ciento), mejora del sistema de salud (42 por ciento), educativo (38 por ciento) y generación de empleo (35 por ciento). Si bien los problemas políticos y los que afectan la democracia son importantes para la gran mayoría de los peruanos, y eso enciende la calle, estas últimas cifras revelan el interés de los peruanos por temas estructurales que buscan el desarrollo.

 

En este contexto, es importante destacar el anuncio del Gobierno, sobre el “shock de destrabe” de proyectos de infraestructura, en el marco del plan de reactivación “Con Punche Perú”, ello generará empleo temporal. Se realizarán inversiones en turismo y agricultura, sectores seriamente afectados con las protestas. El sector privado tiene la responsabilidad de acompañar este esfuerzo, reactivando a su vez, la inversión privada, para generar empleo de calidad y dinamizar las actividades productivas de las Pymes.

 

Las encuestas recientes señalan que los peruanos no estamos satisfechos con la actuación de los políticos y entendemos los justos reclamos de las poblaciones excluidas, sin embargo, somos más los que apostamos por la paz y el progreso y no creemos que la forma de solucionar nuestros problemas es a través de protestas y manifestaciones políticas, que más que ayudar, ahondan nuestras diferencias.  Somos más los que queremos trabajar para generar el crecimiento necesario para hacer retroceder nuevamente a la pobreza en nuestro país.