Programas sociales son fundamentales en tiempos de pandemia

La crisis sanitaria generada por la pandemia de la COVID-19 y sus consecuencias, que aún nos afectan, exige a los gobiernos de Latinoamérica destinar mayores recursos en programas sociales. Más aún en un contexto en el que la pobreza en la región se incrementaría, según la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), a 215 millones de personas, pasando de 30,3% en 2019 a un promedio de 34,7% en 2020.

 

Los programas sociales son recursos del Estado dirigidos a la lucha contra la pobreza, apoyo a poblaciones vulnerables o el desarrollo de una mejor infraestructura social para mejorar las condiciones de vida de la población. Por ello, un reto para el próximo Gobierno es mejorar, paralelamente, la eficiencia y eficacia de dichos programas, cuyos recursos asignados para el presente año fueron incrementados en alrededor de 34,1%, según señala el Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial – CCL (IEDEP).

 

Los efectos colaterales de las medidas de contención de la pandemia han incrementado drásticamente la población en situación de pobreza y vulnerabilidad. La tasa de desempleo en Lima Metropolitana pasó de 6,6% a 13,0% entre el 2019 y 2020; mientras que la población no activa pasó de 32,6% a 45,1%.

 

Empresas a la espera de la real reactivación

Rol de los gremios en la reactivación económica

 

Los datos disponibles a nivel nacional evidencian la misma realidad, para el trimestre julio-agosto-setiembre del 2020 respecto a similar periodo del año anterior, el desempleo se elevó de 3,5% a 9,6% y la población inactiva de 27,6% a 36,7%.

 

La llegada de las vacunas fortalece las proyecciones de crecimiento de 9% para el 2021, así como la esperada recuperación de sectores productivos intensivos en mano de obra y de componentes del gasto como el consumo y la inversión privada y pública. Sin embargo, es requisito que las vacunas se apliquen a un alto porcentaje de la población y en todo el territorio nacional, no teniendo aún una fecha segura.

 

Reactivación económica

 

Ante esta realidad, hay que reconocer que aún nos encontramos en una etapa de reactivación económica, es decir, camino a alcanzar los niveles de producción y empleo pre pandemia.

 

La necesaria reactivación económica dependerá de la ejecución de los presupuestos de Arranca Perú (S/ 3.268 millones), Reconstrucción con Cambios (S/ 5.963 millones), los Proyectos Especiales de Inversión Pública (S/ 993 millones) y los acuerdos Gobierno a Gobierno (S/ 1.199 millones).

 

Cuando dichas inversiones se realicen y se desarrollen los mecanismos de transmisión de empleo e ingresos a los hogares, el Gobierno debe desplegar sus programas sociales para apoyar a ese 30% de la población que se encontraría en situación de pobreza. Los programas sociales son la respuesta y una necesidad por la severidad de la crisis sanitaria, la gradual recuperación económica y el lejano crecimiento económico.

 

Los programas del Midis

 

El Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) cuenta con cinco principales programas sociales adscritos. Se trata del Programa Nacional de Apoyo Directo a los más Pobres (Juntos), el Programa Nacional de Asistencia Solidaria – Pensión 65, Programa Nacional – Cuna Más; Programa Nacional de Alimentación Escolar – Qali Warma; Fondo de Cooperación para el Desarrollo Social (Foncodes), y dos programas transversales de menor escala: Programa Nacional Pensión no contributiva a personas con discapacidad severa en situación de pobreza – Contigo; y el Programa Nacional Plataformas de Acción para la Inclusión Social – País.

 

Foncodes tuvo un presupuesto promedio de S/ 234 millones en el trienio 2018-2020. Para el 2021 se le asignó un presupuesto de S/ 299 millones, dirigido principalmente a mejorar los sistemas productivos de los hogares rurales para que de este modo accedan a mercados particulares.

 

 

Juntos, por su parte, tuvo un presupuesto promedio de S/ 935 millones entre el 2018 y 2020. Inició operaciones en el año 2005 como un programa de transferencias monetarias condicionadas para contribuir a la reducción de la pobreza y romper la transmisión intergeneracional de la pobreza extrema a través del desarrollo del capital humano. Para cumplir dichos objetivos se le ha asignado para 2021 un presupuesto de S/ 1.069 millones favoreciendo 1,1 millón de personas.

 

Qali Warma es el programa social con mayor presupuesto, con un promedio de S/ 1.432 millones entre 2018 y 2020 y de S/ 1.870 millones para el presente año. Dicho programa garantiza alimentos variados y nutritivos a niños y niñas de inicial y primaria de las escuelas públicas durante el año escolar.

 

El 2020 fue un año atípico, la crisis sanitaria modificó las características del Programa, entregándose directamente a los padres de familia los productos, distribuyéndose así alrededor de 130.000 toneladas de alimentos en todo el territorio nacional. Para el 2021 se seguiría la misma estrategia con un presupuesto de S/ 1.870 millones beneficiando a 4,1 millones de estudiantes.

 

Pensión 65, con un presupuesto promedio de S/ 867 millones en los últimos tres años, tiene para este año S/ 888 millones, recursos que se destinarán a 557.000 adultos mayores a 65 años que se encuentran en condición de pobreza extrema.

 

Cuna Más, con un presupuesto de S/ 473 millones para el 2021, es un programa focalizado dirigido a niños menores de tres años de zonas de pobreza y pobreza extrema.

 

En este caso, no se recibe contribución monetaria, sino un servicio de cuidado diurno de lunes a viernes, donde los beneficiarios reciben tres raciones de alimentos al día y cuentan con los cuidados que requieren de acuerdo con su edad y, además, el Servicio de Acompañamiento a Familias (SAF), mediante visitas a domicilio semanales a 193.000 familias.

 

Los programas Contigo (S/ 142 millones) y País (S/ 89 millones), vigentes a partir del año 2017, han recibido presupuestos muy superiores a los correspondientes a años anteriores. El primero de ellos entrega una pensión no contributiva de S/ 300 de forma bimestral a las personas con discapacidad severa en situación de pobreza, beneficiando a 74.126 personas.

 

El segundo permite mejorar las condiciones de vida de la población pobre y extremadamente pobre rural ubicados en centros poblados, beneficiando a más de 1 millón de habitantes. La forma más eficaz de enfrentar la pobreza es alcanzando una alta y sostenida tasa de crecimiento económico, dado que genera empleo e incrementa el ingreso de los hogares.

 

Sin embargo, en esta coyuntura la importancia de los programas sociales es fundamental ante el incremento de la población en situación de pobreza. Por ello, el principal reto de las autoridades es que la ayuda que proveen llegue a quienes realmente lo necesitan evitando las filtraciones, es decir, que se beneficie a quienes no lo necesitan