Peter Anders: Recuperar la confinanza
Proclamados los resultados oficiales de las elecciones generales, el profesor Pedro Castillo asumirá este 28 de julio la Presidencia de la República, en un momento muy difícil para nuestro país pues se encuentra agobiado por una profunda crisis sanitaria, política, social y de inseguridad que a diario cuesta la vida y el bienestar de millones de peruanos.
Confiemos que sus primeras medidas se orienten a recuperar la confianza, la estabilidad y la unidad nacional, dejando atrás la agresividad y los mensajes de odio y división que caracterizaron la campaña electoral.
Es imprescindible que la ciudadanía recupere la credibilidad en sus autoridades, en primer lugar, para enfrentar la pandemia del coronavirus, evitando que más personas mueran o vean gravemente afectada su salud por esta enfermedad.
Peter Anders: Incertidumbre y desconfianza
Peter Anders: Descentralizar el desarrollo
Una medida inmediata debe ser reimpulsar el proceso de vacunación, asegurando el suficiente número de vacunas, cuya efectividad y calidad esté debidamente comprobada, corrigiendo a la vez las deficiencias que han hecho que el Perú sea uno de los países de la región con el menor porcentaje de población inmunizada, según el Our World in Data desarrollado por la Universidad de Oxford.
En paralelo se debe reforzar todo el sistema nacional de salud, para ofrecer una debida atención a las personas enfermas y combatir todo acto de corrupción, como el recientemente descubierto tráfico de camas de cuidados intensivos, medicinas y oxígeno en los hospitales públicos y de la seguridad social.
Por el lado de la economía, aguardamos medidas que apunten a recuperar la confianza para la inversión privada nacional y extranjera, pues de ellas depende en gran parte la recuperación del dinamismo de la economía peruana y con ello la reducción de la pobreza y el desempleo.
Cuando hablamos de inversionistas no nos referimos solo a las grandes corporaciones o transnacionales, sino principalmente al micro, pequeño y mediano empresario que se juega todo lo que tiene por emprender un negocio, a veces hasta en la puerta de su casa, para ganarse el sustento para su familia y generar puestos de trabajo directos e indirectos.
Se debe entender que nadie en su sano juicio pondría en riesgo el poco o mucho capital ganado con tanto esfuerzo si no tiene la certeza de que no será víctima de la inflación, de que se respetarán sus contratos, de que no le impondrán una política de control de precios o que, en el peor de los casos, su propiedad le sea confiscada.
Precisamente es en el tema económico donde más dudas y desconfianza ha generado la propuesta del profesor Castillo y de quienes lo acompañan, considerando los alcances del programa de gobierno que su partido Perú Libre presentó al Jurado Nacional de Elecciones al momento de su inscripción.
Es por ello que resulta lógico preguntarse si se respetarán los acuerdos, contratos y compromisos asumidos con anterioridad por el Estado; si se crearán nuevas empresas públicas en “sectores estratégicos”; o si se respetará la propiedad privada, incluyendo los ahorros y fondos de pensiones.
¿Qué ocurrirá, por ejemplo, con el comercio exterior? ¿Se honrarán los tratados de libre comercio suscritos por nuestro país para acceder a diversos y amplios mercados para nuestras exportaciones? ¿Se concretará el anuncio de la prohibición de importaciones?
Son respuestas que nuestra economía, ya debilitada por la pandemia mundial y un pésimo manejo desde el Ejecutivo, requiere conocer cuanto antes.
La salida de por lo menos US$ 14 millones de capitales debería ser una alerta para el gobierno del profesor Castillo. No es poco y es una clara muestra de lo que ocurre cuando reinan la desconfianza e incertidumbre.
Desconfianza e incertidumbre que se agudizan cuando -como si no hubieran otras urgencias- se insiste en convocar una Asamblea Constituyente utilizando subterfugios que contravienen el orden legal vigente.
Igualmente, las dudas se profundizan cuando no hay certeza de que no se hará uso del poder con fines revanchistas y de persecución judicial contra políticos, empresarios, periodistas y medios de comunicación; o si instituciones claves para la democracia como el Tribunal Constitucional y la Defensoría del Pueblo, entre otras, no serán desactivadas.
Al momento de recibir sus credenciales, el presidente electo Pedro Castillo ha asegurado que “no somos chavistas, no somos comunistas, no somos extremistas y menos terroristas”.
También ha dicho que su gobierno priorizará la lucha contra la pandemia y la reactivación de la economía.
Esperamos que así sea, pues al cumplir el bicentenario de su nacimiento como país, el Perú no está para experimentos, improvisaciones o mayores atentados contra su débil institucionalidad.
Mantengámonos vigilantes, atentos a ejercer nuestros derechos como ciudadanos y a exigir a quienes nos gobiernan que no pongan en riesgo nuestro futuro.