Peter Anders: Pedro versus Pedro

El ministro de Economía y Finanzas, Pedro Francke, en una de sus primeras intervenciones públicas, afirmó que el gobierno de Pedro Castillo procurará el crecimiento económico sin destruir lo avanzado en los últimos 30 años.

 

“Hay que tener mucho cuidado en (no) tirar atrás lo que se ha avanzado (en la economía), pensando que de esa manera se realizan mejoras. Particularmente, yo creo que las mejoras tienen que hacerse construyendo sobre lo que se ha avanzado”, dijo Francke durante el acto de transferencia de cargo realizado el lunes.

 

En la CCL estamos de acuerdo con lo dicho por el ministro de Economía. No obstante, la pregunta es si el Presidente Pedro Castillo y el líder del partido del Gobierno, Perú Libre, Vladimir Cerrón, están de acuerdo con él. Por lo dicho por el presidente Castillo durante su Mensaje a la Nación del 28 de julio pasado, y sus decisiones recientes –por ejemplo, nombrar ministros sin experiencia y muy cuestionados en diversas carteras–, creemos que no.

 

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Las medidas anunciadas por el Presidente Castillo son, en su mayoría, radicales. Insiste en la instalación de una Asamblea Constituyente para cambiar la Carta Magna, lo cual lo llevará, sin duda, a una confrontación con el Congreso, dado que la oposición ha manifestado que se mantendrá firme en rechazar dicha posibilidad; y si bien dijo que su Gobierno no realizaría estatizaciones ni expropiaciones, anunció la revisión de contratos de concesiones mineras y petroleras, lo cual, sin duda, también llevará a que las compañías que sientan vulnerados sus derechos lleven al país a la Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), la cual seguramente les dará la razón; todo ello bajo la atenta mirada de una comunidad internacional que dejará de apostar por un país en el que no se respetan las reglas de juego.

 

Por si fuera poco, Castillo anunció, entre otras cosas, una mayor participación del Estado en los sectores minero, petrolero y crediticio. Además, anunció la entrega de S/ 3.000 millones a Municipalidad y Gobiernos regionales para la aceleración de inversiones.

 

Ello como si la falta de dinero en las regiones fuera el problema. Hay dinero en el interior del país justamente debido a los impuestos y al canon que reciben de las actividades privadas. Lo que no existe es capacidad de gestión y gasto adecuado y lo que si abunda es la corrupción. Recordemos que, según la Contraloría General de la República, la corrupción generó pérdidas de S/ 22.000 millones al Estado en el 2020.

 

A esos S/ 3.000 millones, hay que sumarles anuncios de más créditos sectoriales y bonos para la población vulnerable, entre otras medidas. Suena bien y el papel aguanta todo. No obstante, la realidad nos dice que las arcas fiscales están muy deterioradas, que el endeudamiento del Perú es alto (se situaría en casi 40% del PBI al cierre del 2021) y que el déficit fiscal para este año superaría el 4%.

 

Todo esto nos hace suponer que las medidas económicas enunciadas por el Presidente Pedro Castillo no han sido muy bien pensadas en cuando a las consecuencias que pueden acarrear y que menos han sido consultadas y/o aprobadas por el ministro Pedro Francke.

 

¿Podrá el economista reconducir lo anunciado días atrás por el Gobierno? Esperemos que sí, por el bien de todos los peruanos, quienes –desde el 28 de julio pasado–, estamos pagando la factura de la improvisación y las malas decisiones reflejadas en el alza del dólar, que ha devenido en el constante aumento de los precios de la canasta familiar y artículos de primera necesidad; y la pérdida de confianza del empresariado que, lamentablemente, ha traído como consecuencia que las expectativas de crecimiento de la inversión privada caigan de 19,1% a 2,7%, según Macroconsult.