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Nancy Matos: Emprendimiento, ¿adónde vamos Perú?

Según los datos del Estudio Global de Emprendimiento (GEM, 2018/2019), Perú se encuentra entre los países más emprendedores del mundo; 4 de cada 10 peruanos emprende cada año; también nos dice que el 73,2% de los emprendimientos peruanos son de oportunidad; es decir, aunque hay emprendimientos de necesidad, más son los peruanos que emprenden porque vemos oportunidades en el entorno.

 

A pesar de enfrentar un entorno difícil, los peruanos confiamos en nuestras habilidades y desarrollamos propuestas para que operen en condiciones adversas, pero pocas de ellas se convertirán en empresas sostenibles y además el nivel de innovación que presentan es poco y no contribuyen al desarrollo del país.

 

Solemos pensar que el contexto adverso que nos hace emprender, también nos detiene para consolidarnos, pero no es así.  Los estudios que se vienen haciendo al emprendimiento han clasificado sus determinantes en dos tipos de factores: formales e Informales (Brush et al. 2019), y todo parece indicar que los informales son tanto o más importantes que los formales.

 

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Los factores formales, son lo que podemos atribuir al contexto: educación, políticas públicas, economía, regulaciones, financiación, infraestructura de soporte y mercado; no me voy a detener a hablar de ellos porque los conocemos y son aquellos a los que culpamos de nuestras fallas.

 

Factores informales

 

Son los factores informales, propios de nuestra cultura, los que esculpen y tallan el contexto; por tanto, es en estos factores donde debemos, cada peruano y peruana, concentrar nuestro esfuerzo, cada uno, desde nuestras posibilidades; cada gota cuenta.

 

Pero ¿cuáles son esos factores informales? familia, normas sociales, trabajo, personas confiables y corrupción.

 

Cada emprendedor entrevistado que ha logrado sacar adelante su emprendimiento, invariablemente señala, los valores que le inculcaron en su familia, sin importar si se trata de familias nucleares, extendidas, monoparentales o reconstituidas.

 

Las normas sociales, se mencionan como condicionantes importantes, esas normas representan los factores más críticos que tenemos que mejorar: allí se encuentran aquellas cosas que consideramos importantes en nuestras vidas como el trabajo, 95% de los peruanos consideramos que es muy importante, ser personas confiables; el 95.6% de los peruanos considera que es difícil otorgar confianza a los demás.

 

No podemos construir una nación fuerte sin confianza; no es posible sacar adelante un emprendimiento, engañando a nuestros clientes y proveedores y, de la mano con ello tenemos a la corrupción, el 75,2% de los peruanos manifiestan que hay abundante corrupción en el país y; apenas el 50% de los peruanos consideran la amistad como algo importante. (Datos tomados de la encuesta mundial de valores 2017-2020).

 

Capital social e ideologías

 

Así como la familia y las normas sociales son factores informales cruciales, el capital social y las ideologías, forman también parte de los factores informales.

 

El capital social que necesitan los emprendedores está acuñado a base de redes de contactos que lo soportan y lo conectan; ¿cómo podemos tener capital social sino somos personas confiables, si aceptamos la corrupción y no valoramos la amistad?  Esta es una de las debilidades del emprendimiento en el Perú y está en nuestras manos superarlas.

 

¿Qué podemos decir de las ideologías? Confrontan a las personas y las llevan a enfrentamientos violentos; afectan la economía, desalienta la inversión y las voluntades de las personas.

 

Las ideologías, son representaciones sociales que buscan una transformación social, gradual o violenta; el 94,2% de los peruanos, deseamos un cambio en la sociedad (33,7% por medio de la violencia y 51,1% de manera gradual- datos de la encuesta mundial de valores ya mencionada); es decir, tenemos casi un completo acuerdo en la necesidad de hacer cambios sociales, las diferencias se suscitan en el tiempo para su realización (gradual o violento) y en el grupo más capacitado o confiable para llevarlo a cabo.

 

Confianza

 

En estos días hemos sido testigos de manifestaciones y expresiones de rechazo o aceptación de una propuesta de cambio; lo que decidamos nos afectará a todos y tendrá consecuencias de largo plazo; ya hemos visto que la mayoría de los peruanos pensamos que es bastante difícil otorgarle confianza a los demás y reconocemos que nos afecta un alto índice de corrupción. ¿Cómo podemos romper esa barrera para otorgar nuestra confianza?

 

Parece una situación insalvable y terriblemente riesgosa; los observadores externos ya se han expresado, Moody´s ha cambiado la calificación de riesgo internacional de Perú a negativa, nuestra moneda experimenta una devaluación frente al dólar, los actos de violencia se suscitan día a día; los mayores que sufrieron, el terrorismo, el narcotráfico y la hiperinflación también se han expresado y las alarmas han sonado…, hay que escucharlas.

 

Factores sólidos

 

Los factores sólidos, que quedan, para el éxito del apreciado potencial emprendedor peruano y de sus empresas, son el trabajo y la familia; somos emprendedores, trabajadores también; lo suficiente para lograr un Perú próspero, más igual, inclusivo, más unido y empático con las necesidades sociales.

 

Estoy segura que respecto a la familia no hay desacuerdos, todos los peruanos queremos lo mejor para nuestra familia, y trabajamos duramente, para ofrecerles un buen futuro; en cuanto al presente, el COVID 19, nos ha ofrecido la posibilidad de adquirir consciencia de nuestro día a día, brindándonos oportunidades olvidadas de acercamiento a la familia, y realizar ajustes para mejorar nuestras relaciones y, por ende, nos está sensibilizando frente a los problemas sociales.

 

Esta experiencia permitirá, la restitución de la confianza entre nosotros, realizar alianzas para combatir la corrupción en todos sus niveles y generar espacios democráticos para acercar nuestras ideologías.

 

Ya pues peruanos, el Perú depende sólo de nosotros.