Peter Anders: La bala de oro y la bala de plata
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“En la fotografía de fin de año, el Perú no va a ser la economía que más caiga en el mundo ni el país que esté peor en salud”, ha asegurado el ministro de Economía y Finanzas, Waldo Mendoza.
Una visión optimista que compartimos porque si seguimos cuidando el bienestar de nuestra población y la fortaleza de nuestra economía, el Perú volverá a la senda del crecimiento sostenido y, sobre todo, al camino que le ha permitido reducir la pobreza monetaria, aquella referida a hogares cuyo gasto per cápita es insuficiente para adquirir una canasta básica de alimentos, ropa y servicios como educación, salud o transporte. Recordemos que este indicador en el 2009 era de 33,5% y bajó a 20,2% el 2019.
La tarea para el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) es ardua, pero si el titular del portafolio, el Poder Ejecutivo en general y el Congreso enfocan sus esfuerzos a ese objetivo nacional, podemos ver resultados cuanto antes.
Ya se anunció que se impulsará la inversión pública para que crezca en dos dígitos el próximo año en los gobiernos nacional, regionales y locales. El ministro Mendoza llama a este proceso su “bala de oro”.
No obstante, también existe una “bala de plata” necesaria para eliminar las sombrías amenazas del desempleo, la pobreza y el descontento social. Se trata de la inversión privada, la cual después de caer más de 34% en el presente año, podría volver a crecer el próximo en 22%, según proyecciones del propio MEF, el cual además estima que entre el 2022 y 2024 esta inversión crecerá 7,8%.
Las metas son claras, por lo que ahora es fundamental trabajar para cumplirlas y en ese sentido es imprescindible que el gobierno comience destrabar la cartera de proyectos de inversión privada que actualmente existe.
Bajo la administración de Proinversión hay 23 proyectos que pueden ejecutarse en el esquema de Asociaciones Público Privadas (APP) con una inversión total de US$ 5,516 millones. Trece proyectos ya han sido adjudicados por un monto de US$ 2,409 millones.
Además, se tienen diez proyectos por US$ 3,106 millones en etapa de declaratoria de interés.
Por lo pronto, recordemos que este año se tenía previsto el inicio de la construcción de seis proyectos en el sector minero: tres de oro, uno de cobre, uno de plata y uno polimetálico que incluyen la integración de Coroccohuayco, Yanacocha Sulfuros, la optimización de Inmaculada, Coriani y Pachapaqui.
Asimismo, en el sector de Transportes hay 18 proyectos en fase de ejecución con avance financiero menor al 85%. Entre ellos se encuentran la Línea 2 del Metro de Lima y el ramal Av. Faucett- Gambetta, la ampliación del aeropuerto internacional Jorge Chávez y el Terminal Norte Multipropósito del puerto del Callao, entre otros.
A ellos se suman los 9 proyectos que debían iniciar operación este año en el sector eléctrico, que incluían cinco centrales hidroeléctricas, dos centrales eólicas y dos líneas de transmisión.
Es decir que proyectos encaminados hay. Lo que se requiere es la firme decisión de sacarlos adelante y, sobre todo, recuperar la estabilidad jurídica que ellos requieren para terminar de concretarse.
De esta manera no solo se dinamizará la economía nacional, sino que además se dotará al Perú de la infraestructura que requiere para su desarrollo y el bienestar de más peruanos. No perdamos esta oportunidad.