El sector turismo necesita mayor impulso

En el 2020, el arribo de turistas internacionales cayó 74% a nivel mundial, según el estudio “COVID-19 and Tourism – an update”, elaborado por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés). Además, señalan que la caída fue mucho mayor en países en desarrollo como Perú, donde alcanzó -79%.

 

De otro lado, calculan que por cada dólar de ventas del sector turismo se generan US$ 2,5 en el PBI real; por tanto, estiman que las pérdidas económicas mundiales en 2021 podrían oscilar entre US$ 1,7 billones y US$ 2,4 billones en comparación a los niveles prepandemia.

 

En ese contexto, en este informe el IEDEP cuantifica la importancia, evolución y avances del sector turismo con base en cifras de la Superintendencia Nacional de Migraciones (SNM), el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat) y el Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (INEI).

 

Además de caracterizar el perfil socioeconómico del trabajador del sector con base en la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) del INEI.

 

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A nivel nacional

 

Desde 1995 hasta 2019 la entrada de turistas al país creció en 820% hasta alcanzar los 4,4 millones de personas, generando que el ingreso de divisas por este concepto crezca en 1.018% hasta sumar US$ 4.787 millones (SNM y BCRP, 2020).

 

En tanto, en el periodo 2011-2019 las ventas de la actividad económica turismo y hotelería crecieron anualmente 13,1% en promedio (Sunat, 2021). Por su parte, en el lapso de los años 2008-2019 el PBI de alojamiento y restaurantes creció 5,7% en promedio anual (INEI, 2021).

 

En el 2020, la crisis de la COVID-19 estuvo marcada por el aislamiento poblacional, restricción de aforos y cierre parcial de fronteras. En consecuencia, las ventas de turismo y hotelería se redujeron en 51,3%, mientras que el PBI de alojamiento cayó en 73,8% y el de restaurantes en 47%.

 

En restaurantes se identificaron fuertes caídas en sus componentes: grupo de restaurantes (-48,2%), otras actividades de servicio de comidas (-30,7%), actividades de servicio de bebidas (-55,3%) y suministro de comidas por encargo (-93,3%).

 

En el 2021, algunos indicadores muestran que la caída del sector se está desacelerando debido a la flexibilización de restricciones según el nivel de alerta en las provincias.

 

Así, en los cuatro primeros meses del año se registró que las ventas de turismo y hotelería variaron en -16%, a su vez el PBI de alojamiento en -76,8% y el de restaurantes en -1,3%.

 

En cuanto a restaurantes ya se identifican recuperaciones en ciertos componentes como otras actividades de servicio de comidas (+16,7%) y suministro de comidas por encargo (+92,8%), además de moderación en las caídas de grupo de restaurantes (-6,5%) y servicio de bebidas (-16,1%).

 

 

Perfil del trabajador del sector

 

En la ENAHO 2020 se seleccionaron aquellos trabajadores que formaban parte de las actividades económicas detalladas en el Reglamento Operativo del Fondo de Apoyo Empresarial a las Mype del Sector Turismo (FAE-Turismo) aprobado en agosto de 2020.

 

De esta forma se consideran dentro del sector turismo: establecimiento de hospedaje; agencias de viajes y turismo; guiado turístico; restaurantes; actividades de esparcimiento; organización de congresos, convenciones y eventos; transporte interprovincial terrestre de pasajeros; transporte turístico; producción de artesanía; y comercialización de artesanía.

 

En el 2020 la población ocupada en el sector se redujo en 27,4% hasta conformar 2,3 millones de personas. De acuerdo con su tipo de ocupación, el 62% de la población ocupada del sector son independientes, el 31,5% son dependientes y el 6,5% son trabajadores familiares no remunerados (quienes apoyan en emprendimientos del hogar sin recibir pago monetario alguno).

 

La participación de mujeres en la población ocupada del sector alcanza el 46,2%, los jóvenes de 14 a 45 años son del 66% y la de los informales llega hasta el 83,4%.

 

Los resultados hallados coinciden con lo señalado por la UNCTAD con respecto a que el sector tiene una particular importancia socioeconómica debido a que da empleo a muchas mujeres y personas jóvenes además de proveer sustento a trabajadores informales en países en desarrollo.

 

Las características educativas varían entre los trabajadores informales y formales: en el primer grupo solo el 23% alcanzó educación superior, mientras que en los formales el 54%. Esto se traduce en los ingresos de ambos tipos de trabajadores.

 

En el primer caso, el ingreso laboral promedio mensual asciende a S/875; en cambio los formales reciben S/1.772. En materia de salud, el 43,3% de los trabajadores del sector padecen de alguna enfermedad crónica.

 

 

A nivel regional

 

El único dato disponible sobre la actividad económica turística a nivel regional es el subsector alojamiento y restaurantes (INEI, 2021). Las regiones donde este subsector tuvo mayor aporte en el PBI 2020 fueron Lima (2,7%), Ucayali (2,3%), Cusco (2,2%), Madre de Dios (2,1%) y Loreto (2%).

 

Por el contrario, las regiones donde tuvo menor participación fueron Apurímac (0,5%), Huancavelica (0,5%), Tacna (0,7%), Ayacucho (0,7%) y Moquegua (0,7%). Cabe precisar que, debido a la contracción del subsector, su participación en la economía nacional se habría reducido de 3% en 2019 a 2% en 2020.

 

Sobre el empleo a nivel de regiones es posible construir cifras para el sector turismo con base en la Enaho y siguiendo las actividades detalladas en el FAE-Turismo. Al respecto, se observó que la participación del sector en la población ocupada nacional se redujo de 18,5% a 15,4% durante el 2020.

 

Las regiones donde el turismo genera más empleo respecto a su población ocupada fueron Tumbes (25,2%), Ucayali (20,8%), Lima (20,8%) e Ica (18,7%). Por el contrario, las regiones con una baja participación fueron Huancavelica (5,2%), Apurímac (6,6%), Amazonas (5,9%) y Pasco (8%).

 

 

Conclusiones

 

El sector turismo fue duramente golpeado a nivel mundial debido a las restricciones motivadas por la crisis de la COVID-19. Perú no fue la excepción, en el 2020 las ventas de turismo y hotelería fueron las de mayor caída (-51,3%) en comparación al resto de actividades.

 

Igualmente, el PBI de alojamiento y restaurantes fue el de mayor contracción (-50,5%) en comparación a los demás subsectores.

 

En 2021 ya se avizoran signos de recuperación en algunos rubros asociados a restaurantes. De otro lado, el sector tiene una importante participación del empleo nacional (con matices entre regiones), ocupando a mujeres y jóvenes, aunque en su mayoría informales con bajo nivel educativo.

 

En ese marco, el FAE-Turismo, según sus últimas modificaciones, disponía de un fondo de S/ 200 millones (podía ampliarse hasta S/ 600 millones) para financiar el capital de trabajo de las mypes con préstamos que iban de hasta S/ 90.000 con una cobertura del 98% y entre S/ 90.000 y S/ 750.000 con cobertura de 95%, y que podían ser pagados hasta en 60 meses con periodo de gracia de hasta 18 meses y una tasa de interés promedio superior al 10%.

 

Con base en la Enaho 2019 se estima que los recursos del fondo solo cubrirían un mes de la planilla de los dependientes (S/ 638,7 millones). Sin embargo, quedarían sin financiamiento los independientes formales (S/ 488,3 millones) y más aún los informales (S/ 2.478 millones).

 

Por tanto, urge continuar acompañando a las empresas y negocios del sector con financiamiento y flexibilizando restricciones en la medida que el proceso de vacunación avanza en el país y en el mundo.