¿El horario de verano aumenta la productividad de los trabajadores?: Ventajas y desventajas
De enero a marzo, muchas empresas establecen el horario de verano para que sus colaboradores puedan salir temprano los viernes. Conoce qué beneficios y riesgos implica aplicar esta modalidad en tu compañía.
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Por Alejandra Carrasco
Con la llegada de la temporada de verano muchas empresas deciden aplicar el denominado horario de verano. Esta propuesta consiste en que, durante todos los viernes de los meses de enero, febrero y marzo, los empleados puedan finalizar su jornada laboral con antelación, permitiéndoles así comenzar su fin de semana con mayor anticipación.
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En la búsqueda constante de estrategias para mejorar la eficiencia y el rendimiento laboral, muchos empresarios se plantean la posibilidad de implementar el horario de verano en sus compañías. Sin embargo, antes de tomar una decisión, es crucial entender las ventajas y desventajas que esta medida puede conllevar. A continuación, Romina De Benedectis, socia y directora general de Logra Headhunters, te presenta algunos aspectos clave que todo empresario debe considerar antes de aplicarlo en su compañía.
Ventajas:
– Mayor productividad: Al verse reducidas las horas de permanencia en las oficinas, el trabajador puede llegar a tener una mayor capacidad de planificación y, sobre todo, de concentración.
– Cercanía entre compañeros de trabajo: Al extender las horas de descanso se generan espacios libres para poder participar en reuniones, almuerzos y más. Esto puede traducirse en una mayor satisfacción laboral y en un ambiente laboral más positivo.
– Mayor consideración con la entidad: El trabajador valora el beneficio otorgado, generando agradecimiento y compromiso con la empresa. Además, forja un sentimiento de lealtad a corto y largo plazo.
– Reducción de costos de electricidad: Con la reducción de las horas de luz, es posible reducir el consumo de energía eléctrica en iluminación y climatización, lo que se traduce en un ahorro económico para la empresa.
Desventajas:
– No es un derecho laboral: Es importante mencionar que, el horario de verano es un beneficio que la empresa otorga temporalmente a sus colaboradores y no es un derecho adquirido, por lo que si el empleador decide omitir la norma podría generar un ambiente de disconformidad entre sus trabajadores.
– Pendientes de último momento: Si hay algo urgente, el colaborador deberá resolver la tarea, sin embargo, esta acción puede llegar a generar un sentimiento de disconformidad, ya que deberá quedarse más tiempo en la oficina.
– Áreas en las que no se aplica: Los colaboradores que laboran en áreas que no pueden dejar de trabajar, como operaciones, atención al cliente y otras, podrían sentir que tienen diferencias en los beneficios.
– El regreso al horario habitual: Volver al horario normal puede hacerse muy duro para muchos empleados y puede requerir de un periodo de adaptación que suele tener consecuencias sobre la productividad, si bien esto no suele prolongarse más allá de una semana.
En conclusión, la decisión de implementar el horario de verano en una empresa debe ser evaluada cuidadosamente, considerando tanto sus beneficios como posibles inconvenientes. Es esencial analizar el impacto que esta medida puede tener en la productividad, el bienestar de los empleados y la coordinación con terceros. En última instancia, la clave está en encontrar un equilibrio que se adapte a las características y necesidades específicas de cada organización.
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