Déficit en Cuenta Corriente inusual en el Perú
El déficit de Cuenta Corriente en el primer trimestre de este año fue bastante elevado (-6,3%), pero se redujo a -4,6% entre abril y junio. El consenso es que este no debe ser mayor al 5%, pues obliga a los países a tomar medidas de ajuste que afectarían la producción. No obstante, la coyuntura mundial nos afecta.
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Por: Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (IEDEP) de la Cámara de Comercio de Lima
La Cuenta Corriente (CC) es la parte de la Balanza de Pagos donde se registran las transacciones de bienes y servicios que realizan residentes en el Perú con el resto del mundo. Su importancia radica en que es un componente clave de la estabilidad macroeconómica del país, sobre todo en Latinoamérica, una región donde nos caracterizamos por presentar déficits que, de ser elevados, obligan a los países a aplicar políticas económicas contractivas para la actividad económica con el objeto de reducir el déficit externo.
Para América Latina, en 2022, se proyecta un déficit en la CC equivalente al 1,2%, cifra menor al 1,4% del PBI registrado en 2021, siendo Chile (-5,7%), Colombia (-5,0%) y Perú (-3,4%) los países de la región con el mayor déficit.
Según menciona el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), el déficit en la CC ha sido en promedio 2,4% del PBI en los últimos diez años por lo que es importante analizar las causas de los resultados proyectados para este año.
El déficit en el primer trimestre de este año fue bastante elevado (-6,3%), pero se redujo en el segundo trimestre (-4,6%). Cabe señalar que, existe consenso entre instituciones y analistas en el sentido de que dicho déficit no debe ser mayor al 5%, pues obliga a los países a tomar medidas de ajuste que afectarían la producción. Sin embargo, los resultados trimestrales nos muestran que el déficit estaría reduciéndose.
La estructura de la CC está conformada por (i) Balanza comercial; (ii) Balanza de servicios; (iii) Ingreso primario o Renta de factores; y (iv) Ingreso secundario o Transferencias.
Balanza comercial
El superávit en la Balanza comercial (BC) peruana de US$ 5.725 millones en el primer semestre de 2022 obedece a unas exportaciones totales de US$ 33.233 millones superiores a las importaciones de US$ 27.508 millones.
Se observa un desempeño positivo tanto de las exportaciones tradicionales (+17,2%) y no tradicionales (+19,3%). Cabe destacar que las exportaciones mineras alcanzaron los US$ 19.496 millones, representando el 79% de los productos tradicionales y creciendo en 6,1% respecto a similar periodo de 2021. También se registró un importante ingreso de divisas por las exportaciones de gas natural, las que ascendieron a US$ 2.126 millones (+388,3%).
En cuanto a las exportaciones no tradicionales, las que ascendieron en el primer semestre del año a US$ 8.436 millones, fundamentalmente agrícolas, destacaron las uvas frescas, paltas frescas y mangos. Los principales mercados de destino fueron Estados Unidos, Países Bajos, España, Chile y Ecuador.
Por su parte, las importaciones en el primer semestre del año mostraron un crecimiento interanual de 20,4% hasta alcanzar los US$ 27.508 millones. Según el BCRP, este incremento se debe a los mayores precios de materias primas para la industria, los combustibles y algunos alimentos como maíz y soya.
Entre los rubros de mayor expansión se encuentra los insumos, por un monto de US$ 15.443 millones (+42,2%), destacándose los combustibles, lubricantes y conexos (+95,3%) y las materias primas para la industria como los abonos, papeles, hierro y acero. La importación de bienes de consumo fue de US$ 5.122 millones (+4,8%), sobre todo por productos no duraderos como prendas de vestir, perfumería y cosméticos.
Por otro lado, la baja confianza empresarial llegó a una marcada desaceleración de la inversión privada y unas menores importaciones de bienes de capital, es decir, menor inversión, que cerró el primer semestre alcanzando US$ 6.909 millones (-1,7%). Cabe señalar que la menor importación de bienes de capital fue generalizada, afectando los bienes dedicados a la agricultura (-11,6%), materiales de construcción (-4,6%) y maquinaria y equipo (-3,4%).
Servicios
La Balanza de servicios es estructuralmente negativa en el Perú y registró un déficit en el primer semestre de US$ 4.093 millones, mayor en 28% al registrado en 2021 y superando el 3% del PBI. En este caso, lo que afectó más su resultado fue el incremento de los fletes de importación llevando a que el saldo en el rubro Transporte sea negativo por un monto de US$ 2.439 millones, incrementándose el déficit en 59% respecto a 2021.
Ingreso primario
El incremento de los precios de los commodities mineros y energéticos se ve reflejado en mayores utilidades de las empresas extranjeras que se encuentran en los países de la región, como es el caso de Chile, Perú y Colombia. Este hecho queda reflejado en el rubro Ingreso primario como una salida de divisas.
En el caso peruano, el déficit de la dicha cuenta fue de US$ 6.878 millones en el primer semestre y de US$ 3.787 millones en el segundo trimestre debido a la disminución en este periodo de algunos precios de minerales.
Ingreso secundario
En este caso el Ingreso secundario, la balanza es estructuralmente positiva. Dentro de este rubro de la CC destacan las remesas del exterior, las que, en el primer semestre del año, ascendieron a US$ 1.835 millones y representaron el 69,7% del rubro.
La evolución trimestral muestra que las remesas se han mantenido estables de un promedio de US$ 918 millones en 2022 contra el promedio de US$ 898 millones (2021) y US$ 735 millones (2020). Este último, año de la crisis pandémica mundial.
Los resultados positivos que se obtienen en el Ingreso secundario sumado al superávit en la Balanza comercial contribuyen a reducir el déficit en CC causado por la Balanza de servicios y el Ingreso primario. Este déficit no debe superar el 5% del PBI para así garantizar la estabilidad macroeconómica.
No obstante, las perspectivas de la economía mundial no son positivas. China y Estados Unidos en desaceleración y la guerra Rusia – Ucrania sin visos de solución podrían afectar el desempeño de la economía mundial y, con ello, afectar nuestras exportaciones de bienes y servicios y las remesas de los peruanos que laboran en el exterior.