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Carlos Bernos: Confianza, común denominador entre monedas y Bitcoin

¿En qué se respalda Bitcoin para generar y conservar su valor? ¿Sin un banco central que lo regule, cómo genera confianza?

 

Estas son algunas interrogantes que surgen ante la posibilidad de invertir en la criptomoneda, y reflejan que, un segmento aún escéptico hacia innovaciones tecnológicas como Bitcoin, no tiene del todo claro ciertos aspectos que han evolucionado en el sistema monetario internacional de las economías de mercado.

 

A inicios del siglo XX, numerosos países optaron por un sistema monetario basado en el ‘patrón-oro’; en el cual las monedas locales contaban con un respaldo en lingotes de oro, almacenados en las bóvedas de un banco central. El oro en sí generaba confianza, ya que es un activo tangible, divisible y difícil de falsificar.

 

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El uso de reservas de oro para financiar el gasto militar durante la segunda guerra mundial, impedía la creación de dinero y motivó en parte un cambio hacia otro sistema. Denominado el ‘patrón-dólar’, nació con los Acuerdos de Bretton Woods en 1944, creando un nuevo sistema monetario en el cual la moneda estadounidense sería tomada como referencia ante otras divisas.

 

Patrón dólar

 

La solución propuesta por Estados Unidos consistía en establecer el valor de una onza de oro en una sola moneda, el dólar, permitiendo el intercambio de oro por dólares o viceversa entre la Reserva Federal y los demás países.

 

En dicho momento, Estados Unidos era el país con mayores reservas de oro, por lo que podía emitir gran cantidad de dólares para mantener el equilibrio entre las economías.

 

La confianza íntegra hacia el dólar fue posible dado que Estados Unidos era percibido como una potencia mundial invulnerable, mientras que otros países se recuperaban de la larga guerra.

 

A mediados de los 60s, la creciente inflación en la economía estadounidense, así como el déficit fiscal generado por el financiamiento de la guerra en Vietnam, desencadenó una pérdida de confianza hacia el dólar y una preferencia hacia el oro u otros activos por parte de los países partícipes en este sistema.

 

El ‘patrón-dólar’ llegó a su fin en 1971, cuando Estados Unidos unilateralmente decidió desvincularse de los Acuerdos de Bretton Woods, confirmando así la inconvertibilidad entre el oro y el dólar.

 

Como consecuencia, los sistemas monetarios pasaron a ser íntegramente fiduciarios. En otras palabras, el único respaldo con el que contaban las monedas y billetes emitidos por los bancos centrales era la confianza en el ente emisor.

 

Confianza

 

De esta manera funciona el sistema monetario internacional actual, donde la confianza del público en un activo ha evolucionado a la confianza en entes centralizados, como los bancos centrales.

 

Esta confianza está en función a una serie de parámetros, como la autonomía de poderes, instrumentos de política monetaria acordes al contexto económico, reservas internacionales y profesionales de alta preparación para la toma de decisiones sensibles en la economía de un país.

 

La innovadora propuesta de Bitcoin en la economía mundial consiste en que dicha confianza puede ser alcanzada a través de un nuevo sistema, creado en función de los avances tecnológicos que conllevan a la digitalización (inclusive de la moneda), y que garantice la transferencia de valor económico sin la necesidad de intermediarios.

 

En tal sentido, la confianza en Bitcoin se genera desde sus propias características inherentes.

 

Características

 

Bitcoin es una moneda virtual, la cual es transada en una serie de computadoras conectadas entre sí (conocida como la red Bitcoin).

 

A su vez, es un protocolo computacional (un conjunto de normas que regulan la transferencia de información), que para ser modificado necesitaría de un acuerdo entre la mayoría de computadoras que conforman la red (son millones de computadoras alrededor del mundo), lo cual en un sentido práctico es casi imposible.

 

Una de las diferencias del sistema propuesto por Bitcoin es su naturaleza descentralizada, motivo por el cual no está sujeto a un control por parte de una entidad y lo que se traduce en que ningún gobierno, empresa, ni persona puede tomar decisiones arbitrarias sobre la red.

 

La confianza en ese sentido, recae en su tecnología, particularmente en una base de datos que registra todo el historial transaccional de la red y que constantemente actualiza las nuevas operaciones.

 

Esta base de datos es conocida como ‘Blockchain’, la cual otorga seguridad al sistema, ya que se actualiza rápidamente en cada una de las computadoras que conforman la red, lo que garantiza su ordenamiento e impide movimientos de naturaleza fraudulenta.

 

Código abierto

 

Otro detalle a considerar, es que Bitcoin es de código abierto, por lo que todo el mundo puede descargar su software. De esta manera, se comparte libremente y su publicación es transparente, lo que refuerza el sentido de comunidad entre los usuarios que conforman su red.

 

El sentido de comunidad conlleva a la confianza en el sistema, la cual ha ido incrementando gradualmente en sus 12 años de existencia.

 

Por último, bitcoin es un bien escaso, y suele ser descrito como el ‘oro digital’ de la modernidad, ya que tiene ciertas características en común con el mineral. Así como la cantidad de oro en el planeta es limitada, Bitcoin fue diseñado para que solo existan 21 millones de unidades.

 

Una vez llegada a esa cifra, no será posible la creación de ‘nuevos’ bitcoins en la red. Por eso se atribuye a bitcoin la propiedad de reserva de valor, ya que a diferencia de otras monedas no se ve afectado por la inflación.

 

Común denominador

 

En síntesis, si bien hay diferencias entre un sistema centralizado como el actual y un sistema descentralizado basado en un protocolo computacional, el común denominador entre ambos es la confianza que cada uno recibe como respaldo.

 

Si bien la confianza recae en distintos factores, el apoyar un sistema u otro es una decisión personal, que requiere de análisis y reflexión en un sentido económico y en un contexto donde las tecnologías de la información siguen en constante avance.

 

Bitcoin es la siguiente evolución en el sistema monetario internacional, y su adopción como medio de pago se irá asentando de manera gradual. No es casualidad que, en febrero del presente año, Tesla anunciara ante La Comisión de Bolsa y Valores​​ de Estados Unidos la inversión de US$ 1.500 millones de su caja en Bitcoin.

 

Mayor cantidad de inversionistas institucionales se seguirán sumando, algunos porque esperan un mayor rendimiento en sus inversiones; y otros, porque verdaderamente entienden el nivel de confianza que genera Bitcoin en un mundo cada vez más descentralizado.