Tendencias logísticas en la etapa pos-COVID-19
Es imprescindible conocerlas no solo para superar esta crisis, sino también para que las empresas estén preparadas ante cualquier dificultad en el futuro.
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Por: Carlos Posada Ugaz
La COVID-19 se convirtió velozmente en una amenaza a nivel mundial que perjudicó gravemente a todas las economías, sin excepción. El impacto ha afectado drásticamente a diversos sectores económicos; y uno de los más dañados es la industria logística, por lo que las cadenas, tanto de producción como de abastecimiento, se vieron también afectadas.
Esta pandemia presenta desafíos sin precedentes para todos los actores –los gobiernos, los sistemas de salud y las empresas – que están haciendo su mayor esfuerzo por sobrellevarla.
Por ejemplo, para evitar la rápida propagación del virus, se establecieron cuarentenas obligatorias en diversos países que, además, se vieron forzados a cerrar las fronteras.
Los puertos y aeropuertos de distintos países, incluso en las grandes economías como China y Estados Unidos, han afrontado restricciones para trabajar, así como una reducción de personal (ya sea porque son población de riesgo o porque las empresas se han visto obligadas a despedir a algunos colaboradores debido a la caída de ingresos), lo que ha originado retrasos en las llegadas y salidas de contenedores.
De esta manera, las medidas de contención han tenido efectos negativos en las operaciones de las empresas de entregas y las compras online. A pesar de que las operaciones logísticas han estado en la primera línea de la crisis, se ha tratado de mantener en movimiento los suministros esenciales, como productos de la industria alimentaria y farmacéutica.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la COVID-19 también ha sido una oportunidad para acelerar los procesos de digitalización y, así, aprovechar al 100% las ventajas que la tecnología nos brinda.
A lo largo de la cadena de suministros, todos los agentes logísticos han adoptado soluciones innovadoras para superar dificultades y seguir funcionando, incluso ante una crisis como la actual.
En ese sentido, es imprescindible conocer las tendencias dentro de la industria logística en el mundo, no solo para superar esta crisis, sino también para que las empresas estén preparadas ante cualquier situación dificultosa en el futuro.
Tecnología usable
Las restricciones de viajes limitan el acceso a los sitios de manufactura y logística. Por ello, las empresas optaron por recurrir a la tecnología, como las gafas inteligentes, y a la realidad aumentada, (AR) con Ubimax xAssist.
Se trata de una solución a la cual se puede conectar un técnico experto de forma remota, en caso de un problema. Con las gafas, el experto a distancia podrá ver exactamente lo que el técnico en sitio ve, gracias a la transmisión de audio y video en tiempo real y resolverá el problema sin mayor dilación.
Operaciones sin contacto
Compartir elementos, como los escáneres de mano, presenta un riesgo de transmisión del virus. Donde las operaciones lo permiten, las instalaciones logísticas han adoptado escáneres de presentación fija para un rápido escaneo de los elementos sin necesidad de que los operadores toquen las máquinas.
Las empresas logísticas –incluso las de otros sectores– invierten en soluciones sin contacto, como robots autónomos de entrega o software de firma en una aplicación. Estos recursos tienen como objetivo reducir el contacto entre los emisores, receptores y personas que trabajan haciendo el servicio de delivery y courier.
Actualmente, las agendas estratégicas de diferentes organizaciones, en especial las pertenecientes a la industria logística, han cambiado y giran en torno a acciones para dar soluciones frente a la COVID-19.
Sin embargo, cabe resaltar que la pandemia ha amplificado las tendencias logísticas que venían dando forma a esta industria.
Gestión de riesgo con con resiliencia
A lo largo de los años, las empresas han dedicado sus esfuerzos en disminuir costos en general, lo que condujo al desarrollo de una estrategia de abastecimiento de bajo costo y al sistema de entrega justo a tiempo (just in time delivery).
En su tiempo, estos métodos fueron exitosos, ya que permitían a las empresas no tener un sobre stock y reducir los costos, tanto en la producción de mercancías como en el almacenamiento de estas.
No obstante, los eventos recientes han mostrado las debilidades de este modo de trabajo. La volatilidad de la demanda y las interrupciones de abastecimiento han obligado a las empresas a reconstruir la cadena de suministros; pero, esto es difícil de efectuar cuando, por ejemplo, se depende de un solo proveedor o región.
Esto se pudo constatar con la crisis por la COVID-19.
Las fábricas y puertos en China comenzaron a verse afectados a inicios del presente año, y, debido a su lejanía geográfica, los efectos para Latinoamérica se vieron reflejados incluso hasta tres meses después. Por lo tanto, se debe tener en cuenta una diversidad de proveedores que, de preferencia, estén cerca geográficamente a la región.
Además, debe considerarse tener un stock de contingencia que pueda suplir las necesidades de la demanda, para casos como el que estamos experimentando.
Las principales empresas están creando ahora sistemas proactivos de gestión de riesgos centrados en herramientas digitales y estrategias de mitigación bien ensayadas. Es importante adoptar herramientas que automatizan la recolección y el análisis de los datos de la cadena de suministro.
Las plataformas avanzadas de visibilidad y control mejorarán la capacidad de una empresa para comprender y reaccionar ante situaciones que cambian rápidamente, pero la naturaleza impredecible de la interrupción de la cadena de suministro a menudo significa que se necesitan personas, y no algoritmos, para coordinar una respuesta eficaz.
Sostenibilidad es primordial
Uno de los aspectos positivos que trajo la pandemia es la reducción de contaminación, a causa de la caída del tránsito, como efecto de la cuarentena y el cierre de fronteras.
Es probable que este efecto no dure por mucho tiempo; ya que, la contaminación atmosférica regresó a niveles anteriores a la crisis a medida que las restricciones fueron levantadas.
Sin embargo, actualmente la sostenibilidad es un factor prioritario para los agentes de la cadena de suministro.
A la fecha, muchos inversores institucionales indican que el impacto ambiental, social y la estructura de gobierno (ESG) son parte de su responsabilidad con los clientes. Es por ello que, hoy en día, las empresas ponen como parte esencial de su estrategia el establecimiento y fomento de compromisos con el medio ambiente.
Transformación de las organizaciones
Para la cadena de suministro, la automatización de procesos, el análisis de gran cantidad de datos y la tecnología inalámbrica juegan un papel fundamental.
Toda esta evolución digital ya estaba en proceso antes de la actual crisis sanitaria. Sin embargo, han adquirido un rol mucho más importante y se han vuelto acciones urgentes dentro de las organizaciones, como una nueva forma de protegerlas ante futuras dificultades.
Dicha transformación se ve traducida en entregas más rápidas, mejores niveles de servicio y una comunicación más clara y precisa, atributos que los clientes empiezan a apreciar y valorar.
En ese sentido, también es imprescindible el rol que tienen las personas para construir, mantener y mejorar estos sistemas en las operaciones de la cadena.
Es trascendental para todas las empresas del sector permanecer al tanto de las tendencias actuales que rigen la industria logística, a fin de estar acorde con los servicios que se deben brindar a los clientes y, además, para enfrentar las crisis futuras que, como estamos experimentando hoy con la pandemia de la COVID-19, son repentinas e inevitables.