Yolanda Torriani: ¡Vamos a trabajar!

Para dar inicio a la Fase 2 de la reanudación de las actividades económicas, el Poder Ejecutivo ha dispuesto una serie de medidas para simplificar los trámites engorrosos y destrabar los cuellos de botella que, al momento de escribir estas líneas, impiden que la Fase 1 termine de implementarse al 100%.

 

El Ministerio de la Producción ha informado que ahora basta que las empresas comprendidas en la Fase 2 puedan reiniciar sus actividades de manera automática luego de registrar su plan para la vigilancia, prevención y control del coronavirus en el Sistema Integrado para el COVID-19.

 

Destacamos esta medida porque no hemos sido pocos los que reclamamos mayor celeridad en el proceso de autorizaciones. De la experiencia se aprende y esperamos que la aplicación de las nuevas normas contribuya a recuperar, cuanto antes, el tiempo perdido.

 

La decisión de simplificar pasa también por tener una mayor confianza en la empresa privada y en su capacidad de cuidar de sí, de sus trabajadores y de la salud pública en general. Una empresa seria y formal cuenta con protocolos sanitarios y de seguridad, no desde ahora sino desde mucho antes de la pandemia que hoy nos asola.

 

El sector privado de nuestro país ha iniciado su camino a la modernización, adquirido experiencia y trabaja de acuerdo a los estándares que hoy exigen los mercados internacionales y la globalización.

 

Por ello, es necesario que nuestras autoridades confíen en la empresa privada que –por su lado- ha dado probadas muestras de que siempre trabaja por el Perú. De que hay excepciones, no hay duda; pero son los menos y a ellos debe fiscalizar el Estado con todo rigor.

 

Pero –reitero- a las empresas privadas serias, formales y responsables nos toca seguir arriesgando, compitiendo y trabajando por el desarrollo de nuestra sociedad, porque no hacerlo sería suicida, pues se pondría en riesgo nuestro futuro, el de nuestros trabajadores, sus familias, el de nuestras propias familias y el del país en general. Es el momento de ser más responsables que nunca, muy estrictos en el cumplimiento de nuestros protocolos y de las normas establecidas para evitar una mayor propagación del coronavirus.

 

No hay tiempo que perder. La Fase 1 generó críticas por su rigidez, lentitud y burocratismo; la Fase 2 parece estar más en línea de lo que necesitamos para reactivar nuestra economía rápidamente, pero es también un reto para que esa flexibilidad que pedíamos sea asumida con sensatez, disciplina y compromiso. Debemos recuperar el tiempo perdido.

 

Nuestro país requiere de todos para salir adelante y evitar que esta pandemia se siga llevando a muchos de nuestros compatriotas y destruyendo nuestra economía.

 

De aquí en adelante nos queda trabajar bajo nuevos parámetros de distanciamiento social, de cuidado extremo para que volvamos al camino del desarrollo, justicia y bienestar para todos del que nunca nos debemos apartar. El Producto Bruto Interno de nuestro país, de la región y del mundo ha caído a niveles que han hecho que todo lo avanzado en la lucha contra la pobreza en los últimos 20 años se haya perdido.

 

El reto para recuperarnos es enorme, pero no es la primera vez que enfrentamos y superamos grandes desafíos y es una obligación volverlo a hacer.

 

Vamos a trabajar, sin bajar la guardia, con fe, optimismo y entusiasmo; es lo que sabemos hacer, es lo que siempre hemos hecho y es lo que los peruanos –empresarios y trabajadores- seguiremos haciendo…siempre. #TodosporelPerú