Yolanda Torriani: La hora de hacer política de verdad

La advertencia del Banco Mundial de que el Perú registrará a fin de año una caída de -12% de su Producto Bruto Interno (PBI), el peor retroceso de toda América Latina, debe obligar al Gobierno a tomar medidas urgentes y asumir que luego de tres meses de haber dispuesto la emergencia sanitaria y el aislamiento social, se han agudizado los problemas de salud, contagios y muertes que no dejan de crecer, combinados con la profundización de graves problemas económicos, quiebre de empresas y pérdida de millones de puestos de trabajo en todo el país.

 

Hemos venido diciendo que no se podía ni debía esperar que estallara lo que hoy sucede: una economía paralizada, herida gravemente, y millones de trabajadores desocupados deambulando por las calles en busca del sustento, mientras sus familias vuelven a caer en la pobreza y la pobreza extrema, de las cuales tanto esfuerzo y sacrificio costó salir.

 

Frente a ello, los peruanos merecemos una respuesta inmediata, estructurada y con capacidad de convocatoria para unir a todos los sectores. Los esfuerzos que desplegamos durante 30 años para convertirnos en una nación en desarrollo no pueden quedar de lado.

 

El Gobierno tiene que asumir que, trabajando con el apoyo de verdaderos expertos y viendo al empresariado peruano como un aliado, puede tomar decisiones acertadas y elaborar un plan que produzca resultados positivos.

 

Es el momento de convocar y trabajar junto a las iglesias y a las Fuerzas Armadas que, a lo largo de nuestra historia, han demostrado tener la organización e infraestructura necesarias para enfrentar las situaciones más difíciles y llegar allí donde la ayuda es más urgente.

 

Es hora que el Poder Ejecutivo tenga más confianza en el sector privado como un actor capaz de diseñar y ejecutar estrategias realmente eficientes para enfrentar la crisis económica. Ecuador es un ejemplo cercano y claro de lo que se puede hacer cuando los gobernantes, empresarios, instituciones, profesionales y especialistas se unen en favor de un objetivo común.

 

Con los resultados conocidos, es ahora cuando debemos cambiar de rumbo, dar un golpe de timón que nos lleve de nuevo hacia una economía de bienestar para todos. Es el momento de reiniciar las actividades económicas cuanto antes y de volver a trabajar; y para ello ya no se requiere de la Fase 1 o la 2 o la 3, ni de autorizaciones por sectores que, por lo demás, se quedan atracadas en algún ministerio.

 

Cada empresa formal y responsable en el Perú tiene desde hace años su propio protocolo de seguridad, para sus trabajadores, clientes y proveedores, por lo que se les debe tomar en cuenta. Aquellas que no lo tienen o no cumplen las normas de bioseguridad merecen ser sancionadas. No por unas pocas el resto debe quedarse viendo cómo se diluyen años de esfuerzo. Que el Estado cumpla su rol fiscalizador y sancionador.

 

Es importante también poner en marcha un Plan Nacional de Empleo. Solo en Lima se han perdido un millón 216 mil puestos de trabajo. Este único dato debería llevar a nuestras autoridades a tener un sentido de urgencia para buscar soluciones, pues si alguien pierde su trabajo también pierde la capacidad de brindar alimentación, salud y abrigo a su familia.

 

La situación actual exige mayores decisiones y esfuerzos del Gobierno, concertando con quien tenga que hacerlo por el bien de todos, sin populismo ni corrupción. Nuestro objetivo debe ser la salud, el empleo y la reactivación de la economía sin más demora.

 

Los grandes, medianos, pequeños y micro empresarios, al igual que los emprendedores, profesionales independientes y trabajadores en general, que movemos con responsabilidad, dentro del marco legal, ímpetu y compromiso la economía nacional, merecemos y exigimos de nuestros gobernantes y legisladores que trabajen a la altura de la grave situación que enfrentamos, sin mezquindades y con verdadera vocación de servicio buscando el bien común y apartando a quienes poco o nada aportan. Eso es hacer política de verdad. #TodosporelPerú