Jorge Benavides: «Mypes deben apostar por diversificar sus riesgos de inversión»

¿Cuál podría ser el impacto externo de producirse una crisis bancaria en Estados Unidos?

Tendría un impacto global, dado que estaríamos hablando de una situación generada en la principal economía del mundo. Tendría un efecto en el sistema financiero y en la economía de otros países, especialmente en aquellos con fuertes lazos comerciales y financieros (con EE.UU.). Un ejemplo de esto se vio en la crisis mundial de 2018, cuando quebró un banco en Estados Unidos, lo que tuvo un efecto dominó en todo el sistema financiero mundial y repercutió en la recesión global.

 

Hoy es otro escenario y son otras las dimensiones, teniendo en cuenta las entidades bancarias que han quebrado, sin embargo, los bancos centrales y las autoridades de Estados Unidos y Europa aseguran que el sistema financiero es sólido y estable, y están interviniendo en el mercado bancario con acciones concretas que permitan que este problema focalizado no tenga un impacto tan grande en la economía y sistema financiero global.

 

¿Cuál se prevé que sea el impacto en el Perú ante esta situación?

El impacto en la industria bancaria en el Perú sería limitado, porque se tiene una exposición directa limitada a los bancos estadounidenses. Pero, además, hay en el país una adecuada regulación bancaria, y esto parte del hecho de que la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) cumple sus funciones y está al tanto de dar medidas previsorias.

 

Recordemos que el Perú tiene experiencia propia en el tema el haberse enfrentado a escenarios con altas tasas de interés e inflación en diferentes gobiernos, lo que le ha ayudado a construir marcos sólidos para contrarrestar los riesgos del mercado. Por otro lado, los bancos tienen acceso constante a los depósitos como fuente de endeudamiento, y, a través de su pasivo, dependen de los mercados locales, lo que reduce la posibilidad de iliquidez que puedan tener.

 

Además, ayuda  la diversificación de los mercados financieros locales, los márgenes de ganancia comparándonos con otros países que son más altos, y esto asegura  la estabilidad dentro del sistema financiero.

 

Entonces, ¿el ciudadano de a pie que tiene créditos o prestamos en el sistema financiero no debe estar preocupado?

Hay que tener en cuenta que, en el Perú y en el mundo, existe la protección de los depósitos lo que ayuda a la cobertura ante riesgos. Pese a ello, los ciudadanos deben estar informados sobre los riesgos y preparados en caso de una crisis financiera. En el país, el tener el Fondo de Seguro de Depósitos genera, de cierta manera, estabilidad.

 

En cuanto a los préstamos financieros si fueran otorgados con tasa variable, al margen del tema de cierre de bancos de Estados Unidos y su impacto, se podría afectar el costo financiero.

 

En el caso de los créditos adquiridos en moneda local no habría problema. Entonces, en la medida de que los organismos supervisores del país hagan un adecuado monitoreo del funcionamiento de los bancos y se cumplan los requisitos de manera legal, tendremos la tranquilidad, pero también la expectativa de lo que pueda suceder en relación a los riesgos que puedan existir.

 

¿Cómo pueden protegerse las mypes peruanas de una posible crisis financiera mundial?

Una mype, bajo las condiciones que opera y se establece, debe diversificar sus riesgos y establecer un esquema estratégico dentro de su plan de negocio que limite las variables de impacto que puedan afectarla. Por ejemplo, si exporta o importa, una variable importante de impacto es el tipo de cambio. Pero, si elabora un producto masivo de primera necesidad, una inflación galopante puede afectarle de manera tremenda la venta.

 

Habría que ver cómo la mype puede diversificar sus riesgos de inversión, teniendo en cuenta, justamente, ese plan estratégico que le permita poder detectar que variables y como pueden impactar en su negocio de manera débil o fuerte.

 

Básicamente, la posición está en realizar una retroalimentación, en cuanto al plan de inversión inicial que tiene la mype –que tiene el objetivo de lograr la ganancia esperada o rentabilidad–, y aquí entra el tema de la prospectiva, que quiere decir cómo se pueden establecer estas variables estratégicas que puedan permitir ajustar el modelo hacia al futuro ante una posible crisis, y en qué medida se pueden coberturar.

 

¿Cómo pueden las mypes diversificar sus riesgos?

No solo las grandes empresas diversifican sus riesgos en base a la inversión, las mypes también pueden abrir diferentes tipos de actividades. En un mundo globalizado se establece que la diversificación es importante. Así, si un inversionista o empresa va a comprar acciones en la Bolsa de Valores de Lima (BVL) también debe hacerlo en otras bolsas. O si va a comprar instrumentos de renta fija, bonos, papeles comerciales en determinado tipo de escenario también tendría que buscar otros escenarios donde puede diversificar su riesgo.

 

Los micro y pequeños empresarios deben de aprender a diversificar sus riesgos. Si solo se centralizan en la producción y comercialización de determinados productos dependen altamente de la rentabilidad de este. Por tanto, se les recomienda diversificar con otras alternativas de negocio colaterales, suplementarias o complementarias a las que realiza. De eso se trata de diversificar el riesgo de toda la inversión y no centrarlo en una sola actividad.

 

¿Cómo puede protegerse una mype que exporta o importa?

Si la mype es muy dependiente del tipo de cambio por exportaciones o importaciones que realiza, existen instrumentos financieros que le permitirán hacer contractos de derivados o a futuro. Así puede firmar el contrato el día de hoy y definir actualmente el tipo de cambio que se va a presentar de aquí a tres meses. Eso le da cierta estabilidad entre su flujo de caja proyectado en relación a la sostenibilidad del negocio.

 

¿El sistema financiero local puede tomar alguna acción adicional para protegerse ante eventos como lo que viene pasando en Estados Unidos?

Básicamente, las entidades financieras en Perú están preparadas para enfrentar riesgos de posibles crisis financieras globales. En esa línea deben seguir fortaleciendo sus sistemas de monitoreo. Es importante que establezcan un monitoreo continuo a las entidades financieras, específicamente bancarias, teniendo en cuenta que existe un registro contable que debe estar adecuadamente auditado y hay ciertas imposiciones legales que deben regir ante cualquier tipo de escenario que pudiera haber.

 

También es importante ver la posibilidad de aumentar el capital de los bancos para que su liquidez financiera sea mayor. Por otro lado, diversificar y evitar depender en exceso de los bancos norteamericanos. En realidad, es difícil de predecir si habrá una crisis financiera. Lo importante es estar preparados, porque, de suceder, puede tener efectos devastadores.

 

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El Perú ante los riesgos globales

El Reporte de Riesgos Globales 2023 elaborado por el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) analiza los resultados de su Encuesta de Percepción de Riesgos Globales, que reúne las opiniones de más de 1.200 expertos a nivel mundial.

 

El reporte señala que el mundo atraviesa por una policrisis, definida como un conjunto de riesgos globales relacionados con tales efectos compuestos, y que el impacto global excede a la suma de las partes.

 

Para los próximos dos años, el 69% de encuestados describe el futuro como constantemente volátil en economías e industrias, con múltiples choques que acentúan trayectorias divergentes. A continuación, se describirán los diez principales riesgos globales identificados para el próximo bienio y cómo el Perú debe enfrentarlos.

 

Riesgos sociales

La crisis del costo de vida es considerada el primer riesgo global. La pérdida de la capacidad de mantener el nivel de vida, debido al aumento del costo de los bienes esenciales, amenaza con complicar las tensiones económicas y sociales del planeta. Según el Fondo Monetario Internacional, la inflación mundial cerró el 2022 en 8,8%.

 

En el caso peruano, el año pasado la inflación alcanzó el 8,5%, impulsada principalmente por el vertiginoso crecimiento de los precios de alimentos, bebidas y transporte.

 

Cabe precisar que, si bien la conflictividad social frenó la desaceleración de la inflación observada en los últimos meses del 2022, para el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), esta cederá a fines del segundo semestre del 2023. En este contexto, en cuanto a las acciones concertadas, urge acelerar el proceso de formulación de la Política Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional, como parte de la actualización de la Estrategia Nacional de Seguridad Alimentaria, con la finalidad de proteger a los 16,6 millones de peruanos que viven en situaciones de inseguridad alimentaria.

 

El riesgo de erosión de la cohesión social y polarización, que se traduce finalmente en pérdida del capital social y fraccionamiento de las comunidades, se encuentra en el quinto lugar en el reporte del WEF. Dicha pérdida incluye una gama amplia de desigualdades tanto en oportunidades, ingresos, etnias y afiliaciones políticas.

 

En el caso peruano, la convulsión social ha generado un costo de S/ 2.425 millones, según el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). Al mismo tiempo, los planes de reactivación económica como “Con Punche Perú” han quedado postergados, mientras se busca una solución política a los conflictos sociales, lo que pone en riesgo el desempeño económico para el 2023.

 

En este contexto, una mayor presencia del gobierno con servicios públicos de calidad, y el cierre de brechas de infraestructura, a través de inversión privada y pública, son esenciales para recuperar la paz social.

 

Finalmente, el décimo riesgo global tiene que ver con la migración involuntaria a gran escala, como consecuencia de actos de violencia generalizados, condiciones de hambruna, desastres naturales, conflictos internos y falta de oportunidades de progreso económico.

 

Al respecto, existen importantes megaproyectos privados y públicos en zonas como Cusco, Puno y Madre de Dios, que podrían dinamizar nuevas actividades productivas, y reducir las desigualdades que los gobiernos regionales, con los recursos transferidos por el gobierno nacional, no han podido enfrentar.

 

Riesgos medioambientales

El segundo riesgo global de mayor importancia es la posibilidad de desastres naturales y eventos climáticos extremos. Debemos recordar que en el 2022 sucedieron el terremoto de Michoacán (México), el aluvión de Quito, inundaciones en Pakistán, el huracán Ian y la erupción del volcán Tonga. En el país, en algunas localidades del Cusco y Puno, el mes de octubre del 2022 fue considerado como el más seco de los últimos 58 años.

 

El cuarto riesgo global es el fracaso para mitigar el cambio climático. Cabe anotar que el Acuerdo de París busca que, hacia finales de siglo, el aumento de la temperatura esté por debajo de los 2 ºC con respecto a los niveles preindustriales del periodo 1850- 1900 (línea base). No obstante, la Organización Meteorológica Mundial advierte que el calentamiento del planeta continúa, pues su temperatura media durante la década 2013-2022 fue superior en 1,14 ºC, en contraste con la línea base.

 

El sexto riesgo global es la posibilidad de incidentes de daños ambientales a gran escala, entre ellos accidentes industriales, derrames de petróleo o contaminación radioactiva. Por ejemplo, en el 2010 se derramaron más de 779.000 toneladas de petróleo en el golfo de México tras la explosión de la plataforma Deepwater Horizon. De igual forma, el 15 de enero del 2022 se derramaron en el mar peruano alrededor de 13.000 barriles de petróleo.

 

El séptimo riesgo global es el fracaso para la adaptación al cambio climático. Según Naciones Unidas, la adaptación se refiere a los ajustes en los sistemas ecológicos, sociales o económicos, en respuesta a estímulos climáticos previstos y sus impactos. Asimismo, dicha entidad informa que solo 26 países disponen de un Plan Nacional de Adaptación, entre ellos el Perú.

 

El noveno riesgo global es la crisis de recursos naturales. Un claro ejemplo, es la menor cosecha de trigo prevista en Argentina para la campaña 2022-2023, como consecuencia de las sequías en amplias regiones productivas y de las heladas tardías.

 

La prevención y mitigación de estos riesgos medioambientales globales son de suma importancia para el Perú. Por un lado, el país ya dispone de normativa al respecto. Una de las más importantes es la Política Nacional del Ambiente al 2030, publicada el 25 de julio del 2021. Sin embargo, el IEDEP considera que debe elaborarse un plan con acciones y responsables para alcanzar sus objetivos.

 

De igual manera, se sugiere que la próxima actualización del Plan Nacional de Competitividad y Productividad incorpore medidas como la gestión integral de residuos sólidos, y la transición hacia una matriz energética sostenible y competitiva.

 

IEDEP

 

Riesgo geopolítico

La tercera posición del reporte del WEF es la confrontación geoeconómica entre países, que incluye el desacoplamiento de las interacciones económicas. Entre las vías más comunes se tiene la restricción de bienes y servicios, conocimientos y tecnología.

 

El efecto directo que ejerce esta carrera hegemónica es el desequilibrio en los mercados con inversionistas más adversos al riesgo y una movilidad de capitales que hace los tipos de cambio más fluctuantes.

 

Riesgo tecnológico

El octavo riesgo global es el cibercrimen generalizado y la inseguridad cibernética. Un caso emblemático del 2022 fue el robo de cerca de US$ 600 millones a Axie Infinity, un videojuego en línea que utiliza criptomonedas. En el Perú también destaca el ataque a las cuentas de correos electrónicos del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y del Ejército del Perú, en octubre pasado.

 

Para reforzar la lucha contra la ciberdelincuencia, el IEDEP recomienda que el Ministerio del Interior dote de capacitaciones y equipos adecuados a los especialistas de la División de Investigación de Delitos de Alta Tecnología (Divindat) de la Policía Nacional del Perú.

 

Riesgos específicos del Perú

El panel de expertos peruanos encuestados por el WEF identificó al colapso del Estado como el mayor riesgo en los próximos dos años. En ese sentido, desde cualquier punto de vista la crisis política y social se ha convertido en una narrativa insostenible que exige acciones de reforma política e institucional. La credibilidad del país como un destino seguro para invertir peligra.

 

Un segundo riesgo que se suma es la desigualdad digital y la falta de acceso a servicios digitales, en vista de la insuficiente cuota de inversión en TIC. Los riesgos son los bajos rendimientos de los beneficios de la tecnología 5G y de los derivados de la telemedicina, digitalización de los negocios, educación y gobierno digital.

 

Como un riesgo próximo se auguran la sostenida inflación y la crisis del costo de vida, así como la proliferación de la actividad económica ilícita, cuya tendencia es a extenderse en tiempo de crisis y fragilidad del Estado. Finalmente, se encuentra el desempleo y la crisis de subsistencia, que golpea principalmente a los más pobres y

 

IEDEP




Cuatro riesgos globales que serán una oportunidad para Latinoamérica en el 2023

El mundo está en constante movimiento, sin embargo, en las últimas semanas se han llevado a cabo  grandes eventos que han denotado los riesgos globales. De acuerdo con el informe de Riesgos Globales del 2022, los principales se centran en la crisis climática, la creciente división social, el incremento de los riesgos cibernéticos y las crisis políticas de muchos países.

 

En este sentido, la compañía de seguros Zurich, afirma que sólo 1 de cada 6 expertos son optimistas frente al panorama del mundo, lo que indica que hay que mirar todo con un lente más amplio.

 

Un ejemplo de lo anterior, son las conclusiones de la cumbre climática de Egipto, que dejó varias preocupaciones, asimismo la victoria del Partido Republicano en las elecciones legislativas en los Estados Unidos, reafirma que las posibilidades de que Donald Trump vuelva a la Casa Blanca son altas.

 

Adicionalmente, la retirada de las tropas rusas que ocupaban el área de Jersón volvió a cambiar la dinámica de la guerra en Ucrania, justo en invierno y las operaciones militares se verán afectadas por las bajas temperaturas; y por último, sin triunfalismos, Kiev le arrebató a Moscú el que había sido el principal trofeo de la invasión que comenzó a finales de febrero.

 

Teniendo en cuenta lo anterior, Marko Papic, socio y estratega en jefe del Grupo Clocktower con sede Santa Mónica, California, quien fue invitado recientemente por el Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR) a un evento que tuvo lugar en Cartagena explica que: “muchos de estos riesgos que parecen obvios en realidad no lo son, mientras que hay otros que están escondidos a los que hay que prestarles mucha más atención, pues son oportunidades para países como Colombia.”

 

Por esto, se plantea que hay que pensar este tema desde una serie de evaluaciones clave como:

 

1. El planeta es multipolar y por lo tanto es un error dividirlo en dos segmentos, uno cercano a Washington y otro a Pekín. La presencia de varios centros de poder hace que las potencias tengan mucho menos influencia que antes, mientras aumenta el número de conflictos. Esto influye en la globalización y el desarrollo de las cadenas de valor.

 

2. El mercado de bienes primarios como petróleo o trigo comienza a verse afectado por circunstancias regionales. Puede haber escasez de ciertos productos básicos en un continente y abundancia en otros, como ha sucedido con el carbón, para destacar un caso reciente.

 

3. La aseveración de que hacer analogías sobre lo que pasa ahora con la época de la guerra fría es algo “que denota pereza”. Para comenzar, China no es vista como una amenaza equivalente a la que representó la Unión Soviética, como lo muestra la reacción de decenas de naciones al ignorar los llamados que hizo Estados Unidos para proscribir equipos de Huawei, el gigante de las telecomunicaciones. Los dirigentes chinos saben que no pueden antagonizar a buena parte de la comunidad internacional pues necesitan clientes para sus exportaciones.

 

Ahora bien, aunque son muchos los hechos que tienen al mundo en una situación de incertidumbre, no todo es negativo, pues los mercados se han tranquilizado. Por un lado, la supuesta debacle por la falta de gas en Europa nunca ocurrió, como lo reflejan los precios en descenso del combustible. Por otro lado,  las cotizaciones de los productos básicos bajaron con fuerza en los últimos meses y aquella predicción de que viene una desindustrialización en el viejo continente sencillamente no tiene base cierta.

 

Por el contrario, nuestra atención debería centrarse en otros riesgos más preocupantes como:

  1. El comportamiento de los votantes, que buscan soluciones fáciles y son más propensos ahora que antes a escuchar los cantos de sirena del populismo.
  2. Las políticas respecto al cambio climático son otro asunto a pensar, pues deben verse desde la necesidad de desarrollar energías limpias dándole solución al problema es el desfase entre oferta y demanda.
  3. En materia otros riesgos geopolítica, aparecen como el debilitamiento relativo de Estados Unidos, que aparece como una potencia menos imponente y que ahora acude a acciones agresivas puntuales para mantener su poder.
  4. Un último escenario inquietante es una especie de balcanización en Rusia, pues aumenta la probabilidad de que Vladimir Putin sea removido del cargo y se cree un vacío en el cual aflorarían múltiples tensiones étnicas y religiosas. Dado el peso de dicha nación como proveedor de productos básicos, junto a su arsenal nuclear, tanta inestabilidad sería inconveniente.

 

Por fortuna, América Latina en general, y Colombia en particular, en este panorama sin duda  pueden salir beneficiados. Esto, teniendo en cuenta que la región cuenta con depósitos inmensos, además de tierra y agua en abundancia para atender la demanda de alimentos.

 

La pregunta es si los países del área tomarán las decisiones correctas para tomar ventaja de las condiciones que se anuncien, pero esa respuesta todavía no es clara.  Para más información www.flar.com




José Vivas: Empresas están expuestas a riesgos que podrían causar inestabilidad

El tema de los riesgos y los seguros es interesante e importante para las diversas compañías. Solo hasta diciembre de 2021, según cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), señala que el número de compañías activas registradas ascendió a 2 millones 981 mil 98 empresas. Esto hace que cada día haya más negocios expuestos a diversos riesgos, que de ocurrir, pueden causar estragos económicos importantes, que podrían afectar su estabilidad.

Se define riesgo a aquellas adversidades imprevistas graves que puedan afectar los bienes e ingresos de las empresas, ocasionando pérdidas económicas importantes. Estos se pueden dividir en dos tipos: aquellos que están relacionados con la actividad económica de la empresa y aquellos que no. Por ejemplo: la aparición de nueva competencia, regulaciones tributarias adversas, cambios en el régimen laboral y otros que podríamos calificar como riesgos propios de la actividad empresarial. Los cuales son imprevistos pero no súbitos, y pueden ser hasta cierto punto anticipados;  y por ende, pueden ser enfrentados.

 

Sin embargo, el segundo tipo de riesgos, no solo son imprevistos sino también súbitos y pueden causar daños o pérdidas económicas. En este caso, algunos son de baja probabilidad o frecuencia, pero muy severos en caso de ocurrencia; por ejemplo, un incendio puede consumir en pocas horas un establecimiento. También, un movimiento sísmico podría causar daños a las edificaciones.

Por otro lado, existen riesgos de alta frecuencia pero de una severidad menor, pero que podrían causar pérdidas económicas importantes. Por ejemplo, los robos o asaltos a los locales de una empresa, accidentes de tránsito de una flota de camiones de reparto de una empresa, entre otros sucesos.

 

Para afrontarlos, existe la alternativa de que la compañía adquiera un seguro. Por lo que deben ser asesorados por un buen corredor de seguros, quien a través de las técnicas de la Administración de Riesgos Asegurables, sabrá identificar, analizar y evaluar los riesgos a los que está expuesta la empresa y proponer la forma más adecuada de aseguramiento, a fin de trasladar el riesgo a la aseguradora a través de pólizas de seguros adecuadamente diseñadas para cada una de las necesidades que tiene la organización.

 

En ese marco, es importante saber que el sector seguros en la economía del país es una de las más bajas de Latinoamérica. Entre los países de la región, Chile lidera el ranking, con un aporte de 4.9% del PBI, seguido por Brasil con 4.1% y al final de la tabla está Perú con 1.6%, a cifras cerradas del 2019, según estudio hecho por la Fundación MAPFRE (Grupo asegurador Global).

 

Por ello, se recomienda a las empresas confiar en un corredor de seguros a fin de que puedan ser asesoradas en cuanto a los riesgos que están expuestas y cuál es la mejor forma de asegurarla ante cualquier eventualidad. Esto permitirá a la empresa tener una seguridad financiera frente a eventos fortuitos, y así, garantizar la estabilidad y continuidad del negocio.

 

 

 

 




Deuda pública: Riesgos y aciertos del manejo fiscal

La deuda pública en el Perú sigue siendo una de las más bajas de América Latina. No obstante, es importante que el Gobierno empiece ya a modular y priorizar sus gastos para evitar que esta se incremente y ponga en riesgo la estabilidad económica del país.

 

Al respecto, el exministro de Economía y Finanzas, Luis Miguel Castilla, señala que la deuda pública peruana se incrementó en cerca de 10 puntos del PBI durante la crisis del 2020, medida que califica de acertada porque la situación lo ameritaba por lo excepcional de la crisis sanitaria originada por la pandemia de la COVID-19.

 

“Felizmente el Perú tenía y tiene fundamentos sólidos que le permitieron ampliar su déficit fiscal en casi nueve puntos del PBI y que le permitió seguir endeudándose en los mercados internacionales a tasas competitivas”, precisa.

 

Castilla explica que el Perú tiene una regla fiscal que es el plan de acción que asegura que las finanzas públicas sean sostenibles y contribuyan a la estabilidad de la economía que ahora está suspendida por la crisis sanitaria, que decía que la deuda, con respecto al producto, no puede superar el 30% del PBI y tenía un tope de déficit del 1%.

 

Refiere, además, que para el 2022, el Gobierno, a través del Decreto de Urgencia N° 079-2021 ha establecido de manera excepcional que el déficit fiscal será de 3,7% y la deuda de 38% del producto. “Lo que ha hecho el Gobierno es una cosa medio rara. Ha puesto una regla solamente para un año (2022), pero que no restituye las reglas fiscales que deberían ser atemporales con un horizonte largo de tiempo que marque una trayectoria”, advierte el ex titular del MEF.

 

 

La crítica al gobierno 

 

El ahorro acumulado en el Fondo de Estabilización Fiscal llegó a tener en su momento entre US$ 5.000 y US$ 6.000 millones, los que se gastaron completamente durante la crisis. Según Luis Miguel Castilla, la crítica al Gobierno está por el lado de que sigue endeudándose, pese a tener una recuperación de los ingresos tributarios muy importantes.

 

“El Gobierno ha logrado una recaudación excepcional a través del pago de ciertas deudas tributarias que todavía están en protesto y que van a continuar su proceso judicial. Las empresas que están en esta controversia decidieron adelantar el pago cancelando S/ 6.500 millones de deuda tributaria en litigio. En lugar de poner ese ingreso excepcional para reponer el Fondo de Estabilización, lo que ha hecho el Gobierno es emprender un gasto público expansivo a través de transferencias, subsidios y otorgando bonos carísimos”, resalta.

 

Castilla menciona que otra de las consecuencias de esta política expansiva es que se tiene un nivel de deuda mucho más alto. “Las reglas fiscales han sido fundamentales en la historia del Perú para asegurar que el país sea solvente y, si no hay reglas, siempre habrá la duda de que haya una farra fiscal y ahí podríamos tener no solo un deterioro más de la calificación crediticia, sino que podemos perder el grado de inversión”, puntualiza.

 

Evitar que el ratio deuda-PBI siga subiendo

 

Según el economista jefe para el Perú del BBVA Research, Hugo Perea, si bien la deuda pública en el tercer trimestre se elevó en 0,7 puntos porcentuales del PBI, lo positivo es que aún con ello los niveles de endeudamiento como porcentaje del PBI son uno de los más bajos en América Latina y del mundo en general.

 

“Hay que recordar que, en el cuarto trimestre del 2019, este ratio de deuda pública sobre PBI estaba en 27% y ahora estamos en casi 35%. Ha subido y el país se ha endeudado más y lo que se tiene que hacer hacia adelante es un mayor esfuerzo para evitar que ese ratio siga subiendo. Es ahí donde uno podría tener cierta preocupación”, remarca.

 

Agrega que, si no se modera el gasto lo suficiente, el endeudamiento público como porcentaje del PBI puede seguir aumentando en los próximos años a niveles que ya eventualmente generen problemas, incluso, de crecimiento económico de mediano plazo.

 

Perea refiere que el servicio de deuda pública ha incrementado su participación en el presupuesto, pues este año y los tres anteriores representaban el 8%, mientras que para el 2022 superará el 11%.  “El otro elemento que hay que destacar es que ha aumentado la dolarización de la deuda pública y no se quiere eso para evitar un descalce por monedas en las finanzas públicas”, subraya.

 

 

Precaución del Consejo Fiscal 

 

Por su parte, el docente de la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico (UP), Marcel Ramírez, señala que el Consejo Fiscal ha mostrado su preocupación respecto al manejo de la deuda pública del Gobierno porque ha observado mucho desorden en la manera en cómo se está conduciendo el gasto público en los últimos meses del año.

 

“Lo que se aprecia es un desorden en el manejo fiscal, sin demostrar un objetivo muy concreto para qué se va gastar. Y, claro, esto lleva a que se siga emitiendo deuda aun cuando hay mayor recaudación y teniendo también un presupuesto autorizado y que no se ha gastado”, explica.

 

Sostiene que la última observación del Consejo Fiscal es que estos cambios se tienen que dar por ley y no por decretos de urgencia porque el presupuesto se aprueba por ley, sobre todo las ampliaciones.

 

Para el docente de la UP una de las preocupaciones de este manejo de la deuda pública es que la calificación crediticia que le dan a nuestra deuda depende mucho de la sostenibilidad fiscal. “Con la pandemia se levantaron las reglas y no se han vuelto a restablecer y esa es una necesidad para justamente darle credibilidad a la política fiscal. Al no tener esa claridad, las empresas que están observando la calificación crediticia del Perú pueden eventualmente poner al Perú en observación”, finaliza.




Mauricio Olaya: «Marco político gatilla venta de empresas para disminuir riesgo»

¿Cómo le fue al mercado de las transacciones empresariales en Perú durante la pandemia?

Diría que la actividad, sobre todo en el primer año de la pandemia, se mantuvo más o menos en los niveles del 2019 que ni fue espectacular ni malo, con un número y volumen de transacciones importantes. El 2019 tuvo una transacción muy relevante que fue la del Luz del Sur, que hizo que el volumen apareciera como muy grande.

 

Eso no cambió mucho el 2020, pero si hubo como un desfase en el cierre de las transacciones porque, sin duda, este tema de la pandemia tenía algunos retos, uno se iba acomodando a cómo hacer negocios y cerrar transacciones a distancia y eso conllevó demoras sobre todo en la parte final de las negociaciones.

 

¿Cómo ve al sector este año?

Este 2021 se ha comportado relativamente similar. Se tiene un número de transacciones importantes ocurriendo en el mercado. El volumen es menor, pero en términos generales se podría decir que ha sido un año que ha tenido una buena actividad transaccional, en algún caso probablemente impulsada por los temores que se han ido activando.

 

Creo que el contexto político sí tiene un impacto en el análisis de la toma de decisiones. Así como en la pandemia, por ejemplo, gatilla algunos procesos de venta porque las empresas necesitaban liquidez; el marco político lo que hace es generar un gatillo de venta de empresas básicamente como un mecanismo de reducción de riesgo.

 

Para resumir, el gatillador de la pandemia fue la crisis de liquidez y el del 2021 es la crisis de riesgos, pero ambos gatillan procesos de Mergers and Acquisitions (M&A), por eso este mercado sigue activo.

 

¿En cuánto podría terminar el valor de las transacciones este año?

Ahí no es muy fácil tener una medida exacta porque lo que ocurre es que muchas transacciones son hechas por entidades privadas que no revelan o piden que sus montos no sean revelados. Pero, uno puede ir tratando de descubrir en base a ciertos datos.

 

Este año probablemente no cierre con más de US$ 8.000 millones o US$ 10.000 millones en términos de volumen transaccional, salvo que haya alguna sorpresa grande antes de fin de año que podría pasar.

 

Se tiene además el pedido de facultades del Ejecutivo para legislar en materia tributaria que, eventualmente, podría generar un incremento en la tasa a las ganancias de capital por venta de acciones. Por ello, algún proceso de venta que está algo avanzado podría tratar de cerrarse este año y evitar así el cambio de reglas de juego.

 

¿Por qué hay muchos que quieren comprar o vender?

Ahí juega el peso de tu portafolio de inversiones. Si tú lo único que tienes es una empresa y empiezas a sentir los riesgos y tu temor es a perder todo lo que tienes entonces puedes estar dispuesto a venderlo, incluso siendo un negocio interesante, porque se te ciñó un riesgo.

 

El mercado de M&A de este 2021 a raíz de lo ocurrido con el resultado de las elecciones es un negocio que se ha activado por el lado de las ventas.

 

Toda crisis genera también oportunidades. ¿Cómo está el mercado de fusiones y adquisiciones en ese sentido?

Eso es, sin duda, y ya está ocurriendo desde mediados del año pasado cuando vimos a una serie de empresas que en situación difícil eran la oportunidad de otros. En chino la palabra crisis está formada por dos caracteres, uno significa peligro y la segunda, oportunidad y, efectivamente, en situaciones de peligro aparecen las oportunidades y hay muchos que las están buscando.

 

Cuando el mercado se empieza a complicar y los riesgos comienzan a aparecer entonces tienes más potenciales interesados en vender y eso termina favoreciendo al mercado de venta de compañías.

 

¿Cómo ve el sector para el 2022?

Lo veo bastante activo porque todos estos procesos que empiezan a gestarse toman tiempo. Un proceso rápido puede ser de cuatro meses y uno lento puede durar entre uno a dos años. Si las condiciones no cambian y los riesgos se siguen percibiendo de la manera en la que se vienen dando probablemente lo que tengas es que todos estos procesos se vayan consolidando o cerrando en el transcurso del 2022.

 

El único problema que tenemos es la norma de control previo que le genera una pérdida y dinamismo al mercado M&A.

 

¿Qué va pasar en el mercado con esta Ley Antimonopolio?

A las instituciones pequeñas que están en sectores bastante dispersos probablemente no es una norma que les vaya a impactar ni por el volumen de activos ni de ventas. Pero, a las otras, las más grandes, que eventualmente correspondan a un activo o sector que está más consolidado, entonces es probable que esos procesos se retrasen para lograr un cierre, porque tienes que ir a Indecopi.

 

Pero, esa es una norma que no nos resta gran competitividad porque buena parte de los países de la región ya la tenían