Factores externos que explican el alza del precio del pollo

El pollo es la principal carne que se consume en el Perú, al formar parte de la comida diaria y ser un ingrediente versátil que puede incorporarse en diversas recetas. Asimismo, posee un alto valor nutricional, ya que contiene proteínas, lípidos, entre otros nutrientes.

 

Según la Ceva Santé Animale (CEVA), en el 2022 el consumo por habitante de carne de pollo en el Perú fue de 81  kilogramos (kg) en la ciudad de Lima y de 51 kg a nivel nacional. Estas cifras, comparadas con el consumo por habitante de otros países de Latinoamérica, superan los 45,1 kg de Brasil, los 36,8 kg de Colombia y los 35 kg de México.

 

 

Hay que destacar que la preferencia en el Perú por el pollo se debe principalmente a que su costo es menor que el de otras carnes. No obstante, el precio de esta ave ha venido escalando.

 

Así, según datos del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), el precio del pollo eviscerado en mercados de Lima Metropolitana y el Callao se ha incrementado en los últimos meses, hasta llegar el último 27 de marzo a registrar el valor de S/ 12,80 por kg. Este efecto se siente, sin duda, en el bolsillo de todos los peruanos.

 

Razones del aumento

¿A qué se debe el incremento del precio del pollo? En ese sentido, detallamos los factores externos que pueden estar incidiendo en su mayor precio, como el costo importado del maíz amarillo duro y las tortas de soya.

 

Según un estudio publicado en el sitio web Proyectos peruanos, durante el inicio y el crecimiento de los pollos para consumo masivo, hasta los 21 días, la dieta alimenticia consiste en 71,06% de maíz y 13,66% de torta de soya; mientras que en las etapas de crecimiento y acabado, desde el día 22 hasta el 49, la alimentación se compone de 70,365% de maíz y 23,168% de torta de soya.

 

Al analizar los datos de las importaciones peruanas de maíz amarillo duro, observamos que el precio por tonelada importada mostró una tendencia al alza desde octubre del 2021, al pasar de los US$ 299, hasta llegar al pico de US$ 400 en mayo del 2022. En los meses posteriores se observó una caída en el costo por tonelada importada, y en febrero del 2023 alcanzó los US$ 335.

 

 

Maíz amarillo

Por otra parte, durante el primer bimestre de este año, el Perú importó 482.857 toneladas de maíz amarillo duro por un valor de US$ 161 millones, cifras que evidenciaron caídas versus el mismo periodo del 2022, de 4,56% en cuanto al volumen importado y de 2,47% en valor.

 

En este periodo, entre los principales países proveedores se posicionó Argentina en el primer lugar, ya que acumuló el 54,55% del volumen total importado, con 263.394 toneladas (-39,19%), por el valor de US$ 89 millones (-37,33%).

 

Le siguió Paraguay, en el segundo lugar, al acumular el 30,50% de participación, con 147.293 toneladas, por el valor de US$ 48 millones (durante el primer bimestre del 2022 no se importó maíz amarillo desde Paraguay). En tercer lugar figura Brasil, con el 9,71% de participación, con 46.881 toneladas (+2.528%), por US$ 15 millones (+3.790%).

 

En cuanto a las importaciones de tortas de soya, se observó que el precio por tonelada de la soya ha venido en ascenso desde diciembre del 2021, hasta llegar a un pico en abril del 2022, cuando alcanzó los US$ 562 por tonelada. En adelante el precio tuvo un comportamiento oscilante, y desde noviembre pasado el costo viene creciendo de manera sostenida, hasta totalizar en febrero del 2023 los US$ 606 por tonelada.

 

 

Tortas de soya

Por otro lado, durante el primer bimestre del 2023, se importaron 187.562 toneladas de tortas de soya por el valor de US$ 110 millones, cifras que evidenciaron caídas con respecto al mismo periodo del 2022, de 21,30% en cuanto al volumen importado y 3,75% en cuanto al valor.

 

Entre los principales proveedores de este producto, Bolivia se posicionó en el primer lugar con el 55,36% del volumen total importado, con 103.838 toneladas por US$ 62 millones, montos que registraron caídas de 49,85% en cuanto a volumen y de 37,27% respecto al valor. En el segundo lugar figuró Argentina, con el 40,60% de participación, con 76.150 toneladas (+1.246,10%) por US$ 44 millones (+1.299,41%). Y el tercer puesto fue para Estados Unidos, con el 3,62% de participación, con 6.785 toneladas (-25,89%) por US$ 4 millones (-4,39%).

 

Factores

En resumen, en los últimos meses, el precio por tonelada importada del maíz amarillo duro ha venido cayendo, luego de llegar a un pico en mayo del 2022. Por otro lado, en cuanto al otro insumo, el precio por tonelada importada de tortas de soya sí ha mostrado un incremento, sobre todo en los últimos tres meses, hecho que pudo explicarse por un efecto de las movilizaciones en la región Puno, que han llevado al cierre de la frontera con Bolivia.

 

Otro factor que tuvo incidencia en la oferta de pollo al mercado, y por lo tanto en su precio, ha sido la gripe aviar, enfermedad que causa una alta mortalidad tanto para aves salvajes como domésticas, tales como pollos, gallinas, patos, entre otras. Debido a la alta patogenicidad, el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa) dispuso la ampliación de la emergencia sanitaria en el país hasta el 31 de diciembre del 2023.

 

Asimismo, no hay que olvidar los terribles acontecimientos que están ocurriendo en muchas partes de nuestro país por las intensas lluvias, cuyo efecto podría perjudicar la crianza de los pollos y, por lo tanto, disminuir la oferta disponible en el mercado.




APA: El precio del pollo y del huevo se mantendría al alza

¿Por qué todavía no se ven los efectos de la exoneración del IGV en el precio del pollo? En algunos lugares continúa elevado.

En primer lugar, hay que entender que el pollo vivo no ha sido exonerado (del IGV). Es decir, el pollo que va a las paraditas y los mercados. Al que se le ha exonerado es al pollo beneficiado, que va a autoservicios y ciertas cadenas de restaurantes grandes.

 

El precio del pollo es claramente un tema de oferta y demanda. Cuando hay exceso de oferta, el precio baja; y a falta de oferta o exceso de demanda, el precio sube. El precio ha venido bajando, pero ha rebotado en los últimos días básicamente por un tema de oferta y demanda.

 

Cuando hubo la huelga de transportistas, hace como dos meses, se acumuló una cantidad de pollo que cuando salió al mercado generó una sobreoferta, haciendo que el precio vaya hacia abajo. Esa sobreoferta ya pasó y el precio ahora está yendo hacia arriba.

 

En el caso del precio del huevo si hubo una pequeña reducción, pero por un tema de expectativas de los canales de distribución que han bajado los precios porque se generó algo de escasez. Pero, debería subir nuevamente porque la ley, si bien afecta al huevo, en realidad no le traslada un beneficio real al productor.

 

Esto debido a que un productor de huevo, sea grande o chico, trabaja siempre de la misma manera: vende los huevos y con esa plata compra maíz para dar de comer a las gallinas. El maíz y la soya que le venden al granjero incluye IGV, entonces el precio de venta de los huevos tiene que incluir IGV porque el granjero vive al día, no de un flujo de tres o cuatro meses.

 

Entonces como no hay esa devolución, porque el Estado lo va a devolver básicamente a través de crédito fiscal, no hay como traducir eso en el flujo. Eso va a hacer que el precio del huevo suba.

 

¿Hay riesgo de que su precio suba en los próximos días?

En las próximas semanas posiblemente el precio del huevo suba y eso tiene que ver con dos efectos. El primero es que la guerra (entre Ucrania y Rusia) continúa y los commodities siguen muy caros, al doble de lo que estaban el año pasado, como el maíz y la soya que comen las gallinas. Como eso es 60% del costo, el huevo va a ser necesariamente más caro.

 

Entonces, en realidad, tanto para el pollo como para el huevo, la exoneración del IGV no tiene ningún efecto.

 

Hace unas semanas ustedes señalaban que los productores de huevos registraban pérdidas. ¿Cómo se encuentran ahora?

El precio del huevo está por debajo del costo. Ahora se está vendiendo hacia los mayoristas como a S/ 6 por kilo y el costo de fabricación está en S/ 6,5. En este momento las granjas de huevo no están ganando dinero y eso se ve claramente por el precio de la gallina que ha estado como S/ 10 el kilo. Esta es una época fría, donde la gallina normalmente se pide mucho, y ahora no.

 

Se están matando gallinas porque los granjeros no están resistiendo el que no se haya incrementado los precios. Lo que probablemente haya es escasez de huevo y eso regule el precio hacia arriba. Entonces, creo que el precio del pollo y del huevo se mantendría al alza.

 

Repito, lo que está moviendo el precio del pollo y el huevo no es la exoneración del IGV, sino la oferta y demanda. Cuánto huevo y pollo producen los granjeros y cuánto es lo que demanda el ama de casa. Si lo que demanda el ama de casa es menos que lo que hay en el mercado el precio baja y por eso estuvo bajando las últimas semanas.

 

Podría explicar cómo funciona la cadena productiva para poder entender el impacto real de esta medida.

Si el Gobierno hubiera querido que realmente se baje el precio hubiera sido realmente simple: ¿cuáles son tus mayores costos? Maíz, soya, vacuna. Entonces, como Estado se paga el IGV. Como granjero le diría al Estado he gastado tanta plata en IGV y el Estado tendría que devolverlo. Si a mí me devolvieran esa plata en IGV yo lo podría traducir al costo. Eso se llama pagar el IGV a la cadena productiva.

 

Es lo que pasa con las empresas exportadoras a las que se les devuelve el IGV porque ellos no tienen cómo traducir ese IGV hacia afuera. Eso es exonerar la cadena productiva. Si no hay una exoneración de la cadena productiva, lamentablemente, no hay ninguna posibilidad de bajar el precio.

 

Si a mí me venden el maíz y la soya con IGV, yo necesito vender el huevo al mismo precio para pagar el maíz y soya. De lo contrario, ¿cómo lo pago?

 

Ante esta crisis, ¿qué es lo urgente?

La crisis que existe ahora tiene que ver con un contexto mundial. En la medida que la guerra continúe, los precios del maíz, la soya y el trigo serán altos. En el Perú somos importadores de maíz, trigo y soya. No producimos una cantidad suficiente, entonces vamos a tener que pagar precios internacionales altos.

 

Hay un segundo problema que todavía el gobierno no está mirando: los fertilizantes. Su precio ha subido. Eso hace que los planes de fertilización que los agricultores piensan llevar estén siendo muy malos, muy bajos.

 

Si la gente no está fertilizando como debía, deberíamos esperar que las cosechas que vengan este año sean un poco malas. Es decir, puede haber hectáreas de alimentos que el agricultor no fertilizó y, en vez de sacar tantas toneladas de papas por hectárea, va a sacar menos.

 

Eso probamente hará que haya menos papa en el mercado y, por tanto, generaría un incremento de precios. En realidad, por todas partes deberíamos ver incrementos de precios en productos de la canasta básica.

 

¿Cómo puede atacar eso el Estado? Hay muchos especialistas, yo de hecho no lo soy, que han dado un consejo que hace más sentido, y es que se trate directamente con programas sociales o con bonos dirigidos a las poblaciones más vulnerables, Qali Warma, Pensión 65 u ollas populares.

 

Pero, lamentablemente, creo que la situación política del país hace que el Gobierno esté enfocado en cosas que no deberían ser prioritarias. Lo que debería ser prioritario es aliviar este problema a las amas de casa, que es un problema complejo que además va a empeorar y no mejorar.