Fernando Cillóniz: «Perdemos US$ 2.000 millones al año por el no destrabe de Chavimochic III y Majes-Siguas II”

¿Cuáles considera que son los principales proyectos de irrigación que deben ser priorizados?

Hay varios, pero los más avanzados son Chavimochic III y Majes-Siguas II, los cuales deben priorizarse.  En el caso de Chavimochic III, el error es pretender mezclar el tema de  la corrupción con la obra; y es que ya  en muchos países donde Odebrecht ha estado involucrado (en los proyectos), lo que han hecho las autoridades es intervenir a la empresa, pero las obras han seguido adelante  y se han terminado, por supuesto con la supervisión de que no haya un mal uso del dinero.

 

En cuanto a Majes-Siguas II, si bien la concesionaria Cobra (Angostura-Siguas) no está involucrada en casos de corrupción, el Gobierno Peruano tiene compromisos previos, como la  expropiación de terrenos, y terminación de obras preliminares, que no ha cumplido. Entonces este proyecto está trabado por incumplimiento del gobierno; y esto, a interpretación mía, es aprovechado por la concesionaria, que se encuentra dubitativa y desconfiada ante la situación del país, y ante ello dilata la construcción.

 

Teniendo en cuenta el actual escenario político, y social del país, ¿será difícil que los referidos proyectos logren avanzar? 

El panorama es pesimista viendo la situación actual de conflictos sociales producidos por la coyuntura política. Este tema, que parece estar al margen del desarrollo de los grandes proyectos (de irrigación), no lo está. Un inversionista como Cobra, debe tener muchas dudas de la capacidad del estado peruano, y no solo del gobierno central, también del regional. Tal como están las cosas, en la política peruana, veo muy difícil que se puedan destrabar estos proyectos.

 

En mi opinión, que el país no transmita confianza es el mayor problema, teniendo en cuenta que estos proyectos requieren cientos de millones en inversión privada, que tienen que ser recuperados en ambientes de tranquilidad y de estabilidad. Y ahora el Perú no brinda esa sensación, sino todo lo contrario.

 

El posible adelanto de elecciones presidenciales, ¿ayudaría a que se avance con los proyectos de irrigación?

Lamentablemente estamos con mucha incertidumbre en el país. Y, en el mejor de los casos, si es que en el 2024, gana las elecciones algún candidato idóneo, recién ahí se empezaría a generar confianza.  La corrupción generada, el golpe de estado y la violación de la Constitución hacen que en el país se genere inestabilidad;  y, por ello, nos va a tomar algunos años recuperar la confianza.

 

Así, por más calificado que este el nuevo mandatario, no logrará activar de manera rápida la inversión. Deben pasar algunos años para convencer a la comunidad empresarial global, de que somos un país estable. Estabilidad, es el atributo que estamos perdiendo y nos va a costar muchos años el poder recuperarlo.

 

¿Qué impacto económico tiene para el país que no se logren concretar Chavimochic III, y Majes – Siguas II?

Son proyectos de muy alto impacto socioeconómico. No concretarlos es dejar pasar grandes oportunidades, teniendo en cuenta que se requiere que el país crezca. Es que cada uno de estos proyectos de irrigación permitiría sumar alrededor de 30 mil hectáreas de cultivos, y, asimismo  generarían exportaciones por US$1.000 millones al año, así como 150 mil empleos formales directos.

 

¿Cuál debe ser la acción inmediata del gobierno para lograr avanzar con estos proyectos?

Debe repetirse la exitosa experiencia que permitió la realización de  los Juegos Panamericanos. Es decir, se debe blindar estos proyectos de los permisos y de la tramitología tradicional. Es que, al hacer este blindaje, se hacen autónomas las unidades de gestión de estas inversiones, y no dependen de la situación política, ni de las autoridades; sino solo de la Contraloría General de la República, que hace un trabajo de control, pero con reglas absolutamente diferentes que permiten una mayor agilidad.

 

Otra de las acciones, es corregir desde la cabeza del problema, y eso significa trabajar en la gestión pública, que hoy es caótica.  Ha ocurrido en el pasado, en la década de los 70 y 80 no había futuro en el país, y prácticamente en toda la década del 90 se trabajó para generar confianza; y, recién a partir del 2000, el país empezó a crecer. Es decir, tuvieron que pasar 10 años, antes que el proceso de inversión se dispare.

 

¿Qué invocación le haría al actual gobierno?

Queremos un gobierno de verdad, con integridad y honestidad; y de ahí lo que vendrá para el país será mucho mejor. Hemos tenido últimamente gobiernos muy corruptos, y eso genera desconfianza e inestabilidad que vulnera al Perú, afecta las grandes inversiones, como la de estos grandes  proyectos de irrigación, y perjudica a todos los peruanos.




Peter Anders: El Estado durmiente

De nuevo el Estado nos muestra su peor cara. Es una vieja historia de sucesivas administraciones que, por falta de convicción, incapacidad, desinterés, interés político o económico de gobernantes y funcionarios, nunca quisieron acometer: emprender resueltamente una profunda reforma del aparato estatal.

 

Una reforma verdadera, que haga que ese Estado esté al servicio del ciudadano y no como hasta ahora, en que somos todos nosotros los que, con nuestro trabajo y nuestros impuestos, tenemos que mantener a esta entidad no solo ineficiente, indolente y lerda, sino también corrupta.

 

En estos días hemos visto dos muestras claras de esta desidia e inacción: El proyecto de irrigación Majes-Siguas II y la tercera fase de modernización del Muelle Norte del Callao.

 

Peter Anders: Congreso, hora decisiva

► Peter Anders: Palos de ciego (a)

► Peter Anders: Compromisos

 

En el primer caso, la incapacidad de la Comisión de Agricultura del Gobierno Regional de Arequipa de aprobar la adenda 13 presentada por la concesionaria Angostura Siguas ha obligado a la empresa a iniciar el proceso de resolución del contrato.

 

Se estima que, al resolverse el contrato de Majes-Siguas II, se perderían 145,000 empleos potenciales, USD 1,155 millones en producción agroexportadora al año, USD 35 millones en servicio de agua y USD 150 millones en energía.

 

El segundo caso también espera una respuesta, esta vez del Ministerio de Transportes y Comunicaciones, cuyos funcionarios mantienen un silencio sepulcral ante la solicitud presentada por el concesionario APM Terminals para que se apruebe su Propuesta de Mejoramiento y Optimización de Infraestructura y Servicios Portuarios en el Terminal Norte Multipropósito del Puerto del Callao, lo cual debió ocurrir el 31 de diciembre del 2021, una fecha establecida por el propio MTC.

 

Ahora, al no cumplirse este trámite, el concesionario ha retirado su propuesta, la cual no solo representaba una inversión de USD 1,100 millones, sino que planteaba un proceso más acorde con las necesidades actuales del país.

 

APM Terminals debe iniciar las etapas 3,4 y 5 de modernización bajo el esquema establecido hace 10 años, cuando asumió la concesión y se estableció que este proceso suponía derruir los 4 muelles que se tiene para carga suelta y quedarse solo con el que se usa para granos limpios.

 

Recordemos que el Perú es un país que mayoritariamente maneja la carga de granos, alimentos, cementos, material de construcción, fierros y aceros, así como material para proyectos. Por lo tanto, si APM Terminals cumple con una exigencia de hace 10 años, por lo menos 1/3 de los componentes de la canasta básica familiar se vería afectado por los sobrecostos que se darían en la importación de estos productos.

 

Es más, los operadores de comercio exterior refieren que esta situación generaría un déficit de 7.2 millones de toneladas anuales en carga suelta, a granel y material de construcción y de proyectos que no podrán ser atendidos en el puerto del Callao.

 

Las consecuencias serán realmente graves.

 

¿Tan difícil es tomar decisiones? ¿Tan difícil es entender que asumir el cargo de funcionario público implica enormes responsabilidades frente al país y sobre todo la vida de millones de personas?

 

Penosamente tenemos desde hace muchos años gobiernos, autoridades y funcionarios paralizados ante los problemas, sin la suficiente aptitud para atender de manera técnica, profesional y con la prontitud que se requiere, las necesidades del país.

 

Es urgente en el contexto actual que el Estado peruano termine de despabilarse porque la reactivación económica y la generación de empleo que requiere nuestro país de forma urgente bien pueden impulsarse con la ejecución de la cartera 39 proyectos de inversión por más de US$ 25.000 millones, iniciativas que representan alrededor del 2% del PBI acumulado para ese periodo y que pertenecen a inversiones privadas y las cuales de concretarse significan más ingresos al fisco.

 

La sociedad ha cambiado mucho gracias a la tecnología y la globalización. Hoy la internet nos conecta al mundo real y digitalizado, podemos hablar con personas y hacer compras al otro lado del planeta, acceder a grandes bibliotecas y documentos en cualquier idioma.

 

El Estado peruano necesita urgentemente despertar de este letargo en el que lleva sumido desde casi la fundación de la república, para convertirse en un organismo eficiente, desburocratizado, que trabaje con agilidad y cuyo único fin sea siempre buscar el progreso y bienestar de las personas.