“Sector textil necesita medidas de impulso”

Durante este año, ¿cómo han afectado las adversidades climáticas a los sembríos de algodón pima en el norte del país? ¿a cuánto ascienden las pérdidas?

Muchas empresas han resultado afectadas, entre ellas las que comercializan algodón y las que financian a los agricultores en las regiones de Lambayeque y Piura, tales como las entidades bancarias y cajas. Por ejemplo, en Piura, la pérdida de producción tuvo un costo aproximado de S/ 7,4 millones; y en Lambayeque, el valor asciende a S/32 millones.

 

¿Qué tanto podría afectar el Niño Global a la industria textil y confecciones? ¿Cuál es la mayor preocupación?

En el plano nacional, gran parte de la campaña de algodón se perdería, lo que afectaría a un gran número de medianos y pequeños agricultores. Además, habría la necesidad de importar mayor cantidad de fibra de algodón, pero a un precio más elevado que el local.

 

No obstante, este tema climático no afectaría a los exportadores de prendas de vestir porque nuestro principal producto de venta al exterior son prendas ligeras de primavera- verano. Pero, lo más preocupante es que se perjudicaría la economía nacional, impactando negativamente el poder adquisitivo de los peruanos y reduciendo su capacidad de compra.

 

¿Cuáles son las expectativas para las exportaciones del sector textil para este año? ¿el valor y el volumen se verán disminuidos?

El 60% del algodón que usamos los exportadores proviene de la importación de los Estados Unidos. El abastecimiento de variedades como pima y Upland (similar al Tanguis) está asegurado, además las hilanderías que trabajan con stocks, actualmente están hilando con fibra que se compró y cosechó a finales del 2022.

 

No obstante, el factor que causa mayor preocupación es la economía mundial, pues los exportadores textiles tenemos que pagar el triple de tasas de intereses de lo que se pagaba hace dos años; además se aproxima una potencial recesión en Estados Unidos, nuestro principal socio comercial en textiles y confecciones.

 

Con respecto a las expectativas del comportamiento de las exportaciones del sector textil, todavía no tenemos resultados al cierre de mayo, pero de enero a abril (2023) ya estamos 6% debajo frente a similar periodo del 2022, tendencia que se agudizará en los próximos meses. Podríamos terminar el año con una disminución de nuestras exportaciones de entre 20% y 30% comparado con el 2022.

 

¿Cuáles son sus estimaciones en exportaciones para el 2024? ¿La venta al exterior tendrá un buen comportamiento?

Por estos meses esperábamos que el mercado diera muestras de recuperación, pero todavía no vemos signos claros. Por ello, estimamos que en el primer trimestre del 2024 se siga con esta tendencia conservadora, a la espera de que las exportaciones se recuperen a partir del segundo semestre de este año.

 

¿Se han registrado inconvenientes con algunos países proveedores textiles?

Las compras importadas de otoño-invierno no se pudieron parar, pues (los empresarios) ya las habían adquirido meses antes de las noticias (eventos climáticos). Ahora, lo que están haciendo para reducir inventarios es realizar numerosas ofertas. No obstante, se estima que la temporada va a cerrar con un 30% menos en ventas.

 

Por otro lado, la temporada primavera 2023-verano 2024 la acaban de cerrar este mes y están manejando los mismos números de este año. En tanto, para la temporada otoño-invierno 2024, están estimando comprar menos debido a los inventarios que tienen actualmente en esta temporada.

 

Respecto al mercado local y tomando en cuenta que el clima cálido continua, ¿cuál es comportamiento de las ventas de prendas de abrigo?

Sobre el mercado nacional se aprecia una contracción. Si bien es cierto que ya no hay campaña de invierno, no quiere decir que la venta de prendas ligeras se haya incrementado, al contrario, también ha registrado caída.

 

En Gamarra, que es un termómetro del sector, se calcula que se ha dejado de vender cerca del 60% de prendas para invierno (casi 60 millones unidades), lo que equivale a S/ 1 500 millones entre prendas de punto y otros planos.

 

Los comerciantes están tratando de liquidar stock, inclusive a pérdidas, para tener liquidez y cumplir sus acreencias.

 

Ante este panorama, ¿existen algunas normas que se deben impulsar?

Se espera la aprobación del proyecto de Ley 4355, iniciativa que promueve la reactivación económica a través del fortalecimiento de la industria textil y que se constituirá en un importante impulso para nuestro sector, en la medida que se genere miles de puestos de trabajo.

 

Respecto al ámbito interno, es necesario defender las medidas de salvaguardas para evitar el ingreso de textiles y prendas de vestir subvaluadas. En ese sentido, como gremio, seguiremos trabajando internamente en busca de sinergias y colaboraciones entre los miembros para lograr eficiencias y economías de escala en conjunto.

 

Por otro lado, ¿existen iniciativas por parte del sector privado para mejorar genéticamente el algodón ante los cambios climáticos? 

El Instituto Peruano del Algodón (IPA), que pertenece al sector privado, viene trabajando hace muchos años en la investigación de nuevas variedades a fin de que se adapten al clima de los diferentes valles de la costa. Por ello, ha logrado desarrollar una nueva variedad de algodón pima con características de fibra buenas, el mismo que ha obtenido óptimos resultados de productividad, principalmente en los valles del norte como Santa, Lambayeque y Piura. Es importante que el país siga enfocándose en la siembra de variedades de algodón pima, de manera que se pueda aprovechar las ventajas climáticas que permite este cultivo, así como su alto precio en el mercado internacional.

 

¿Cuáles son las principales demandas de su sector para el gobierno actual?

Sobre las medidas a favor del sector, diría que existen alternativas viables que se debe plantear al Gobierno, tales como lanzar un Reactiva 3 para el sector textil, cuyo propósito sea otorgar financiamientos a mediano plazo a costos financieros más económicos que el sector bancario regular.

 

Así también, ampliar el programa “Cómprale al Perú”, para que las mypes (micro y pequeñas empresas) vendan mayor volumen al Estado. Asimismo, se debe revisar el régimen aplicable a las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) con mejores beneficios que fortalezcan la formalización y la generación de empleo, así como establecer un seguro de desempleo, mecanismo que sería distinto a la Compensación por Tiempo de Servicios (CTS).




Luis Antonio Aspillaga: “Fortaleceremos el e-commerce en la industria textil”

¿Cuáles son los desafíos pendientes para el sector textil peruano?

Por el lado del mercado local, uno de los desafíos es lograr solucionar la escasez de materiales y productos importados, reemplazándolos con productos locales de buena calidad y reforzarlos con una importante campaña como Hecho en el Perú para promover la calidad y la venta de los productos del sector elaborados en el país.

 

Por otra parte, también es importante hacer esfuerzos para devolver la confianza al público en general para que puedan regresar a nuestros locales comerciales en donde se ofrecen  todos los protocolos de sanitarios.

 

¿Qué acciones está realizando su sector para enfrentar la escasez de insumos? 

Trabajamos en la elaboración de pronósticos y reservas a futuro relacionados a productos como fibras, hilados y telas en stock con más demanda, con el fin de evitar que se rompa la cadena productiva. Lo que nos preocupa es que esta problemática se logre extender hasta más de la mitad del 2022.

 

Respecto al comercio electrónico, ¿cómo esperan  lograr una mayor presencia? 

Estamos elaborando estrategias de negocio para fortalecer el e-commerce. Lo que buscamos es que más empresas textiles se sumen a este canal, pues todavía tiene poca penetración en el sector.

 

De igual manera es importante que las marcas se sumen a los procesos rápidos de compras participando en diferentes plataformas digitales  donde puedan ofrecer productos de calidad, tanto para la exportación y el mercado local.

 

¿Cómo está impactando la crisis mundial de contenedores a la industria?

Este hecho está afectando el normal desempeño de las importaciones de materias primas y productos, muy necesarios para la cadena productiva del sector. Ello está generando demoras en la recepción de mercancía tales como fibras, insumos químicos para el teñido y acabado de telas, materiales, avíos, entre otros.

 

Además, la falta de barcos de carga y de contenedores hace que los costos se incrementen. Por ejemplo, un contenedor que provenía del Asia tenía antes un valor de transporte de US$ 3.000 y  hoy ese monto supera los US$ 15.000. En ese sentido y conforme a informaciones recientes, esta crisis podría durar hasta gran parte del segundo semestre del próximo año.

 

Por otro lado, si bien este problema está generando un gran desabastecimiento a nivel global, podría ser aprovechado por el país. Sin embargo, la escasez de materias primas y precios exorbitantes de estos productos continúa siendo un “piedra” en el mercado local.

 

¿Cuáles son los planteamientos desde la CCL respecto a la aplicación de salvaguardias?

Todos los involucrados al sector estamos de acuerdo con la aplicación de salvaguardias. Nuestra obligación es defender nuestra industria, la que genera cientos de miles de puestos de trabajo. Podría aplicarse esta medida de manera temporal, pero más que inventar la pólvora, deberíamos ver casos similares en relación a otros países vecinos y de la región.

 

Sobre este punto, estamos coordinando con los miembros de la Alianza del Pacífico, con aquellos que cuenten con industrias textiles y confecciones robustas como la nuestra, identificando casos que hayan funcionado adecuadamente, buscando un punto justo y medio que no perjudique a los importadores, ni al mercado interno.

 

¿La industria textil ha podido alcanzar los niveles de la prepandemia?    

Hemos observado que el mercado local todavía se encuentra cercano al 20% de lo registrado antes del inicio de la crisis sanitaria. Para esta campaña navideña esperamos que la  situación cambie a la espera que los compradores reaccionen de manera positiva.

 

No obstante, en el caso de las exportaciones ya hemos logrado alcanzar los niveles prepandemia, pues conforme al Instituto de Investigación y Desarrollo de Comercio Exterior de la CCL (Idexcam), entre enero y agosto del presente, los despachos de prendas de vestir sumaron US$ 763 millones, mientras que en los despachos de tejidos el valor asciende a US$ 108 millones.

 

Con esos resultados favorables esperamos que al término del 2021 se superen los niveles alcanzados en el 2019.

 

Si bien el sector textil está en un proceso de recuperación, ¿qué factores podrían frenarlo?     

Varios temas podrían afectar al sector. Pero es la incertidumbre política la que ha puesto en espera varios proyectos de inversión, los que son necesarios para el crecimiento de nuestras plantas textiles. Sin inversiones no podremos impulsar el mercado local  ni al sector exportador, considerando, además, que hoy padecemos de una escasez de materias primas (telas e hilados importados).




Luis Aspillaga: «Hay escasez de insumos para atender la demanda textil»

¿Cuál es la situación del sector textil peruano?

 

Por el lado de la exportación, vemos que las fábricas están atendiendo parte de la demanda que ha ido en crecimiento, particularmente proveniente de Estados Unidos, nuestro principal destino comercial que cuenta con una economía muy sólida. Pero, por otro lado, todavía el abastecimiento de materias primas no se recupera en el mercado local. Se observa escasez de fibras como el algodón (70% es importado).

 

Por tanto, estamos muy complicados para poder cumplir con esta demanda. En el caso de la producción –para abastecer el mercado local–, hemos visto un repunte de requerimientos a empresas textiles, puesto que con la pandemia las importaciones de países asiáticos se han visto reducidas debido al cierre de fronteras y al gran aumento de fletes desde el Asia.

 

En ese contexto, ¿las prendas subvaluadas de Asia continúan siendo una traba para la industria textil?

 

Se ha vuelto un gran problema para los productores locales. Tenemos años reclamando sobre estos productos que entran al país a precios bajos y, pese a ello, las autoridades hasta el momento no nos dan una solución real. Como país, no tenemos las herramientas técnicas adecuadas para confirmar cuáles ingresan subvaluadas y a qué nivel.

 

Hemos pedido a las autoridades que se apliquen las mismas medidas que usan los clientes-países a los cuales exportamos. Esto es, la certificación a nuestras plantas, líneas productivas y materiales, requisito necesario para el comercio textil mediante una certificadora internacional. Este mismo proceso debería ser solicitado para los productos textiles importados.

 

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Entonces, ¿qué medidas debe implementar este gobierno para el impulsar el sector?

 

Para nosotros la flexibilización laboral y la simplificación de trámites burocráticos son claves para impulsar el sector. Así también, esperamos que se retomen los proyectos de Zonas Francas, tal como sucede en Centro América, el cual ha alcanzado un dinamismo en este tema.

 

Por otro lado, creemos que las leyes que se dieron para impulsar la exportación no tradicional han dado importantes resultados, especialmente para la agroexportación y textiles, los que han generado cientos de miles de puestos de trabajo e ingresos importantes al país. Cambiar estas reglas de juego e, inclusive, pensar en renegociar los tratados comerciales, sería catastrófico para la industria.

 

¿Qué necesitan los empresarios del sector para tener mayor competitividad en otros mercados?

 

Por el lado de los empresarios, nos toca mayor investigación en nuevos productos, fibras, mezclas, y entender mejor al consumidor final, sin seguir ofreciendo lo que fabricamos, sino adaptarnos a los nuevos requerimientos del mercado.

 

La industria requiere desarrollar despachos rápidos, prendas cómodas y fáciles de usar, con aplicaciones de productos antibacteriales, antiarrugas, etc.; es decir, que estas prendas sean funcionales y multiusos.

 

¿Cuánto crecerían las exportaciones textiles al cierre del 2021?

 

Nuestras expectativas son positivas en la medida que nuestros envíos han avanzado casi en 80% en el primer semestre de este año versus similar periodo del 2020. Si bien este indicador es alentador, podemos confirmar que ya sobrepasamos los niveles del 2019 con la estimación que los envíos podrían crecer este año entre 10% a 15%.

 

¿Qué tanto se ha avanzado en el posicionamiento de la moda peruana en el exterior?

 

Lamentablemente poco, dado que es un proceso muy costoso, puesto que en la industria de la moda hay que participar en e-commerce, boutique, gastos en publicidad y tiendas por departamentos, donde, además, se compite con miles de marcas que tienen un alto soporte financiero.

 

Hoy la situación es más difícil por la presencia de la COVID-19, pues se ha perdido toda posibilidad de participar en ferias, ruedas de negocios y viajes de prospección.

 

No obstante, esperamos que con todo este nuevo interés en productos sostenibles, ecológicos y uso de prendas cómodas, los compradores extranjeros valoren más nuestros productos y podamos penetrar a más mercados.

 

¿Cuáles son las propuestas de la CCL para un desarrollo sostenible de la industria de la moda?

 

Nuestras propuestas apuntan, por un lado, a recuperar técnicas ancestrales, como el uso de colorantes naturales, botánicos, empleo de algodones de colores y orgánicos. Así también, hacer más intensivo el uso de pelos finos considerando que el Perú es el principal proveedor en la región.

 

Tenemos varios asociados que manejan temas de sostenibilidad y que nos están apoyando con capacitaciones y seminarios para aquellos asociados de la CCL que quieran participar.