El Perú ante los riesgos globales 2024-2025

El Foro Económico Mundial (World Economic Forum, WEF) publicó recientemente su informe sobre Riesgos Globales 2024-2025, basado en una encuesta aplicada a unos 1 500 expertos de diversos campos. Este reporte destaca la percepción de un panorama global que se prevé tormentoso, turbulento e inestable a corto y largo plazo, según el 84 % y 92 % de los encuestados, respectivamente.

Cabe señalar que el riesgo global es definido como la posibilidad de ocurrencia de un evento o condición que, de ocurrir, impactaría negativamente en una proporción significativa del PBI global, la población o los recursos naturales.

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A continuación, describiremos algunos de los riesgos globales para el próximo bienio y su relación con el Perú.

La desinformación y los fake news

La desinformación o información falsa (fake news) fue identificada como el mayor riesgo global. Esta comprende el contenido (manipulado, impostor, etc.) persistente y ampliamente difundido (con o sin intención) en los medios de comunicación y que cambia la opinión pública de manera significativa hacia la desconfianza en los hechos y en la autoridad.

Estas noticias falseadas multiplican su capacidad de divulgación debido a la universalización de las herramientas de difusión, su facilidad de uso y su carácter gratuito. El riesgo cobra especial relevancia si se consideran las próximas elecciones de autoridades en países como Estados Unidos, Reino Unido, India, entre otros, que en suma concentran a más de 3 000 millones de ciudadanos.

En el Perú, solo en el primer mes de 2024, algunos medios de comunicación nacional han desmentido algunas fake news, tales como una supuesta imagen del paro nacional en Argentina contra las reformas del presidente Javier Milei, noticias relacionadas con la crisis de seguridad ciudadana que vive Ecuador, una presunta alerta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre una nueva pandemia, e inclusive el anuncio de la presidenta Dina Boluarte sobre un aplicativo de inteligencia artificial para ganar dinero.

Riesgos climáticos

Como segundo principal riesgo global figuran los eventos climáticos extremos causantes de víctimas humanas, daños a los ecosistemas, destrucción de la propiedad o pérdidas financieras.

Tales eventos, que pueden ser exacerbados por el cambio climático, incluyen incendios forestales, inundaciones, olas de calor, entre otros desastres.

La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) señaló en un comunicado del 11 de enero pasado que, debido a El Niño Global, es probable que las condiciones cálidas se mantengan hasta marzo, variando de moderadas a débiles. En abril las condiciones transitarían de cálidas a neutras.

Por su parte, el último 26 de enero, el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi) anunció que El Niño Costero continuará hasta fines del verano, y es más probable que las condiciones cálidas débiles continúen hasta febrero. Entre marzo y abril las condiciones transitarían hacia neutras, las que serían más probables en mayo.

La activación de este riesgo impactaría en el Perú principalmente en el sector agropecuario, a través de la pérdida de áreas de cultivo; y en la pesca, debido a la menor disponibilidad de la anchoveta. También afectaría la manufactura primaria y el sector minero, por el cierre de vías para transportar insumos y producción, entre otros rubros afectados. Cabe señalar que el impacto de dicho evento dependerá de condiciones particulares de cada sector, así como de la confluencia de El Niño Costero y El Niño Global.

Los factores sociales

Como tercer riesgo global, el WEF identificó a la polarización de la sociedad, entendida como la división ideológica y cultural dentro y entre comunidades, que conlleva, entre otras consecuencias, una reducción de la cohesión social.

La cohesión social es parte de lo que Legatum Institute define como “capital social”, término que mide la confianza, el respeto y la ayuda entre las personas y las instituciones con las que interactúan. Las sociedades donde merma la confianza tienden a experimentar niveles más bajos de crecimiento económico y bienestar social.

La medición del capital social incluye indicadores vinculados a lazos personales y familiares, redes de relaciones sociales, confianza interpersonal, tolerancia social y participación social y cívica. Entre los países con mayor cohesión social figuran Dinamarca, Nueva Zelanda, Noruega, Suecia e Islandia. En este pilar, el Perú se ubica en el puesto 90 entre un total de 147 países evaluados.

Nuestro país no es ajeno a este riesgo, considerando cómo ha evolucionado el Índice de Polarización Social, elaborado por Varieties of Democracy (V-Dem), de 2020 a 2022, y que muestran claros deterioros que posicionan al Perú en un estado de polarización grave. Es decir, existen importantes diferencias de opinión sobre casi todos los temas políticos relevantes para la sociedad.

Los riesgos económicos

En la séptima y novena posición, de forma respectiva del índice del WEF, se posicionan los riesgos de inflación y recesión económica. En enero de 2024, el Fondo Monetario Internacional (FMI) actualizó sus proyecciones económicas e indicó que el PBI global crecería 3,1 % en 2024 y 3,2 % en 2025, tasas inferiores al promedio registrado en el periodo de 2000 a 2019 (3,8 %). Asimismo, proyecta que la inflación global alcanzaría el 5,8 % en 2024 y el 4,4 % en 2025.

Por su parte, en la Reunión Anual del Foro Económico Mundial 2024, en Davos, se publicó el reporte ‘Perspectivas de los economistas-jefes’, donde el 56 % consideró que las condiciones de la economía global se debilitarían especialmente en Europa y Estados Unidos.

Con respecto a la economía peruana, según el reporte Latinfocus Consensus Forecast, elaborado por FocusEconomics, se espera un incremento de 2,2 % para 2024 y 2,7 % para 2025. No obstante, dicho avance estará sujeto al crecimiento de la inversión privada (tras dos años consecutivos de caídas) y a la aceleración de la inversión pública. En el primer caso, será indispensable el ingreso a la etapa constructiva de nuevos proyectos mineros, y, en el segundo caso, la mejora en la eficacia de la inversión pública.

En cuanto a la inflación en el Perú, las perspectivas son más halagüeñas, pues se espera que esta se ubique dentro del rango meta para el próximo bienio, al punto que en su última reunión de política monetaria el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) redujo su tasa de política monetaria por quinta vez consecutiva hasta 6,5 %.

Los riesgos geopolíticos

Como quinto riesgo global, el WEF ubicó el conflicto armado entre Estados. Como señalan en su análisis, para los próximos dos años proyectan que los recursos y miradas estarán enfocados en tres zonas calientes en el planeta: la guerra de Ucrania, el conflicto en la Franja de Gaza y las tensiones en torno a Taiwán.

Es importante indicar que, según el Índice 2023, elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz, la paz se ha reducido anualmente en 13 de los últimos 15 años. Para 2022, calcularon que el impacto de la violencia en la economía global alcanzó el 13 % del PBI mundial.

El escalamiento de dichos conflictos degradaría la seguridad global, y desestabilizaría el sistema financiero mundial y las cadenas de suministros. El impacto sobre la cadena de suministros se traduciría en mayores fletes, aumento en los retrasos de los buques e incremento del tiempo que tarda una mercancía en llegar a su destino.

 

 

 

Reflexiones finales

Otros riesgos importantes identificados por el WEF son los de ciberinseguridad –tema que desarrollaremos en amplitud en una próxima entrega–, la falta de oportunidades económicas y la migración involuntaria. Estos tres riesgos también se evidencian claramente en el Perú.

Lo que corresponde a las autoridades es actuar en los tres campos que implica la gestión de riesgos: la prevención, la mitigación y el control de daños. Por ello, es importante que el Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (Ceplan) monitoree dichos riesgos y oriente a las entidades públicas a su incorporación en sus respectivos planeamientos estratégicos.

 

 

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Cinco recomendaciones para no caer en fake news

 




Cinco recomendaciones para no caer en fake news

Según los datos del Center for Countering Digital Hate, (Centro para contrarrestar el odio en Internet), antes de la compra de Twitter por parte de Elon Musk, las cuentas verificadas o con insignias azules eran de personas como periodistas, celebridades y por supuesto miembros del gobierno.

 

Sin embargo, después de la adquisición, esto cambió radicalmente, debido a que en la actualidad una persona puede adquirir su verificación pagando US$ 8 al mes, está insignia no sólo genera un status, si no también permite que el algoritmo de Twitter potencie sus publicaciones para hacerlos más visibles dentro de la misma.

 

Esta transformación de la plataforma genera que la desinformación aumente en cuentas de pago que están verificadas. En Latinoamérica actualmente diversos países como Perú, Chile y Colombia tienen proyectos y leyes que buscan regular la desinformación, sobre todo aquella información que trata temas políticos en épocas electorales, ya que pueden generar confusión, alertas o pensamientos erróneos en la población con respecto a diversos temas.

 

Fake news

Marcos Antón, Consultor, doctor en Comunicación y profesor e investigador en la Universidad Internacional de Valencia – VIU, indica que este tipo de fake news (noticias falsas) ocurren en todo el mundo y es casi imposible que este tipo de comunicaciones no se filtren.

 

“Cabe destacar que en algunos países latinoamericanos los medios generalistas privados o públicos tienen una posición muy débil de mercado frente a los nuevos medios. Por este motivo, el consumo de medios alternativos es más frecuente y directo por parte de la población, en los que a veces existen menos filtros periodísticos en el tratamiento y comprobación de fake news. También hay algunos países de LATAM tradicionalmente más tolerante a titulares sensacionalistas o tendenciosos en sus medios, lo que puede dificultar la detección de las fake news por parte de los lectores”, acotó.

 

A continuación, el experto de VIU brinda 5 recomendaciones que funcionan como una lista de comprobación para poder como usuarios analizar la información que estamos recibiendo a través de los diferentes canales y redes sociales, que hoy por hoy son bastantes:

 

 

¿El titular te asusta o enfada?

Es probable que, si provoca esa reacción en el lector, haya una intención desinformativa detrás.

 

¿Has leído la noticia?

Muchas veces compartimos noticias solo por su titular, pues no nos detenemos a leerlas. Antes de compartir o tomar por cierto un titular tendencioso hay que leer, porque muchas veces el cuerpo de la noticia acaba desmintiendo al titular o, directamente, no encontramos esas declaraciones o hecho noticioso en el texto, o incluso comprobamos que se ha sacado de contexto.

 

¿Hay otros medios que han publicado esa noticia?

A veces basta con hacer una sencilla búsqueda sobre el hecho noticioso en buscadores de internet para descubrir que es mentira y que otros medios la desmienten. Aquí juegan un papel fundamental los medios de verificación o fact-checking.

 

¿Conoces al autor de la noticia?

Los medios y periodistas reputados y profesionales no son tan permeables a las fake news, por lo que una buena táctica es comprobar la autoría. Muchas fake news aparecen en medios poco reputados y están firmadas por nombres falsos o directamente no se menciona ningún autor.

 

¿Incluye fuentes?

Una premisa esencial del periodismo es que el periodista ha de basar sus afirmaciones en fuentes si no es testigo directo del hecho. Por lo tanto, han de mencionarse las fuentes y, muchas veces, o no se mencionan o directamente podemos comprobar que esas fuentes no existen.

 

Tener en cuenta esta lista será fundamental para no replicar desinformación en ninguna red social, ni a través de la voz a voz. Hoy en día debido a la afluencia y rapidez con la que la información transita por las redes sociales es necesario que ésta pase por un proceso de verificación.

 

Massimo Desiato, filósofo italo-venezolano, mencionaba en un documento que existe un deseo de ignorar la información cuando no encaja con nuestra manera de pensar. La desinformación precisamente se aprovecha de esto, pues utiliza argumentos y ensalza debates pasionales que son muy permeables para muchas líneas de pensamiento, es entonces cuando el criterio y la objetividad se vuelven indispensables para transitar con mayor conciencia las comunicaciones noticiosas.