Moody’s cambia perspectiva de Perú de estable a negativa por riesgos sociales y políticos

La agencia internacional Moody’s Investor Services cambió la perspectiva crediticia de Perú de estable a negativa, pero mantuvo la calificación crediticia del país en “Baa1”, que corresponde a grado de inversión.

 

Moody’s modificó la perspectiva crediticia del Perú porque considera que los riesgos sociales y políticos se han intensificado, amenazando en los próximos años, la cohesión institucional, la gobernabilidad, la eficacia de las políticas y la fortaleza económica de los próximos gobiernos.

 

La afirmación de la calificación Baa1 refleja la opinión de Moody’s de que la calidad crediticia soberana sigue anclada en la fortaleza del balance del gobierno y la expectativa de Moody’s de que las instituciones y políticas generales de Perú demostrarán ser efectivas en el futuro para contener la erosión de la fortaleza fiscal y económica a pesar de las presiones provenientes del entorno sociopolítico.

 

Del mismo modo, Moody’s señaló que los límites máximos de moneda local y extranjera de Perú siguen sin cambios en Aa3. “Se mantiene la diferencia de cuatro niveles entre el techo en moneda local y la calificación soberana, lo que refleja la falta de huella relativamente baja del gobierno en la economía y el sistema financiero”.

 

Agregó que la falta de una brecha entre el techo de moneda extranjera y el techo de moneda local refleja la ausencia de restricciones de balanza de pagos, controles de capital, controles de tipo de cambio y restricciones en moneda extranjera o local.

 




Fitch Ratings rebaja perspectiva de calificación de Perú de BBB estable a negativa

La agencia de calificación de riesgo Fitch Ratings rebajó la perspectiva de calificación de Perú de BBB estable a “negativa”, aumentando el riesgo de que el país pierda su calificación “BBB”, y con ella su grado de inversión.

 

El deterioro de la estabilidad política y la efectividad del gobierno han aumentado los riesgos a la baja para la calificación, sostuvo Fitch en un comunicado.

 

Instituciones

Asimismo, sostuvo que el debilitamiento de las instituciones será difícil de revertir y que un gobierno más débil genera mayores riesgos a la baja para la inversión y el crecimiento económico.

 

“Fitch considera que el debilitamiento de las instituciones de gobierno político de Perú será difícil de revertir durante el período de pronóstico hasta fines de 2024 y que un gobierno más débil plantea mayores riesgos a la baja para la inversión y el crecimiento económico que la expectativa (que teníamos) a principios de este año”, indicó el reporte.

 

Agregó que la “alta rotación del gabinete y dos intentos fallidos de juicio político” que han generado el tumulto político que se vive actualmente. Además, consideró que las investigaciones por corrupción que involucran directamente al presidente ha impactado en la eficacia del gobierno.

 

Crecimiento

 

Cabe resaltar que la calificadora modificó a la baja su proyección de crecimiento para el Producto Bruto Interno (PBI) de Perú este año de 2,5% a 2,3%. Explicó que esta decisión se debe a la inestabilidad política y los conflictos sociales que han interrumpido la producción minera.




Pablo Nano, de Scotiabank: “Inversión privada caería 3,5% en 2023”

¿Considera que habría un exceso de optimismo en las proyecciones del Marco Macroeconómico Multianual (MMM)?

Las proyecciones que contiene el MMM son optimistas respecto al crecimiento económico de Perú. Nosotros, en Scotiabank, proyectamos un crecimiento del PBI menor al 3% para 2022 y de 2,4% para 2023, por debajo de las proyecciones del MMM, que señala una expansión de 3,3% para este año. Las diferencias están en la evolución de la inversión privada que es un componente clave para el crecimiento de los siguientes meses. Esta variable va a estar afectada por el creciente ruido político del país.

 

Lamentablemente, en estos últimos meses, las expectativas empresariales se han deteriorado y eso ha limitado el crecimiento de la inversión privada. En el primer semestre, está estancada y es probable que en el segundo semestre sea negativa puesto que en la primera mitad del año todavía está Quellaveco, que ya llega a su fase final de inversión. El crecimiento que se va a dar es menor al esperado, aunque hay un margen potencial para un aumento mayor.

 

¿Los supuestos del MMM podrían generar riesgos negativos para la inflación?

Algo que había generado preocupación antes del MMM era cuál sería la orientación fiscal del nuevo ministro de Economía y Finanzas, Kurt Burneo, considerando que había la posibilidad de un aumento significativo del gasto público. Sin embargo, este MMM es similar a los anteriores en el sentido de que preserva la estabilidad fiscal y se va a respetar los techos de límite fiscal y endeudamiento.

 

Es difícil que se logre un déficit fiscal de 2,5% del PBI como propone el MMM. Creemos que será menor porque hay dificultades en la ejecución del gasto. Recordemos que en función de los cambios en el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) se ha generado que la ejecución de la inversión pública en el Gobierno Nacional esté por debajo de lo esperado.

 

Asimismo, el déficit fiscal será menor al esperado el próximo año. Estará cercano al 2,4% del PBI, que es la meta del MMM, pero esto no pondría en peligro la sostenibilidad fiscal, que es una de las fortalezas de la economía peruana. Se ha logrado mantener la fortaleza fiscal de los últimos años.

 

¿Qué factores impulsarán la inversión privada?

En el MMM se habla de un Plan de Reactivación Económica que todavía no se ha publicado y tiene tres puntos, dos de los cuales hablan de impulsar el gasto privado. Es importante que el MEF hable sobre que el gasto público contribuye a reactivar la economía, pero también de una serie de medidas para reimpulsar el gasto privado. Uno de ellas, es dinamizar la inversión en infraestructura, que es importante dado el tamaño de la brecha de infraestructura en el país. Pero, también se habla de medidas de alivio tributario, que tendrían que estar focalizadas porque esa no es la forma ideal de hacer crecer la economía y también se habla de un subsidio temporal para la población, lo cual sería justificable por al alza del costo de vida.

 

Pero, el punto más importante es la confianza. Para que el PBI se recupere es necesario que la inversión privada crezca a tasas más significativas y eso pasa por generar confianza. Entonces, el ministro Burneo tendrá que hacer una labor importante porque a veces las acciones que se toman en el Gobierno no generan esa sensación de confianza. Por ejemplo, el hecho de cambiar la legislación laboral sin consultar con trabajadores y gremios de empresarios, o poner en vitrina el cambio de Constitución. Estos definitivamente son temas que no contribuyen a generar las condiciones de confianza para que el inversionista privado pueda tomar su decisión de invertir en capital.

 

Hay varios sectores donde no se está generado inversión, primero, porque los empresarios no sienten que se dan las condiciones de estabilidad; y, segundo, por las protestas sociales. En este sentido, creemos que el Gobierno debería tener un mejor manejo de las protestas sociales para generar menor ruido para la actividad económica, en general, y la inversión privada, en particular.

 

¿Cuánto se vería afectada la inversión privada este año y el próximo?

Para 2022, estimamos una caída de la inversión privada de 2%; y, para 2023, una caída de 3,5%. La reducción del próximo año, es especial, estará influenciada por una disminución de la inversión minera, que será de un poco más de 10%. Sin embargo, esto ya estaba previsto porque ya está llegando a su fin el periodo de inversión en Quellaveco, por US$ 5.000 millones, y al segundo semestre vamos a entrar al periodo de producción.

 

Lamentablemente, en los últimos años, por la protesta social y la falta de apoyo de los gobiernos al sector minero, no ha sido posible generar nuevos proyectos para darle continuidad a la inversión minera. Entonces, la caída de la inversión de 2023 es principalmente por la menor inversión minera e influenciada por el deterioro de la confianza empresarial que pasará factura a la inversión privada no minera.

 

¿Qué puntos indispensables deberán estar en el Plan de Reactivación Económica?

Este plan debería incluir la postura del Gobierno para poder recuperar la confianza de los inversionistas, aunque es difícil. A medida que haya un gabinete más enfocado en promover la inversión privada y no solo desde el MEF, sino todo el gabinete, entonces podrían empezar a revertirse las expectativas negativas de la confianza empresarial.

 

Además, se requiere la inversión en infraestructura y que se pueda avanzar a mayor ritmo en el Plan Nacional de Infraestructura (PNIC). Hemos tenido diferentes planes todos bien intencionados pero su ejecución es muy lenta. El tema de infraestructura es un punto medular porque va a contribuir no solo a dinamizar la inversión pública y la demanda interna sino a reducir costos, a desaparecer los cuellos de botella para el sector empresarial, que es una de las necesidades a largo plazo.

 

¿Hay riesgo a una baja de la calificación crediticia de Perú?

Creo que es un riesgo más que un escenario base. Si bien es cierto que en el último año las principales calificadoras han reducido la calificación de deuda soberana de Perú lo han hecho por un debilitamiento institucional. Desde que empezó el Gobierno existe un creciente enfrentamiento entre Ejecutivo y Congreso que limita la capacidad de crecimiento de la economía peruana. Probablemente si tuviéramos una menor confrontación política y si Ejecutivo y Congreso se pusieran de acuerdo para poner a la inversión privada como punto medular de la actividad económica otro sería el ritmo de crecimiento del PBI de Perú y las perspectivas de calificación de las principales agencias.

 

En el corto plazo no hay riesgo de una baja en la calificación porque los indicadores fiscales peruanos siguen bastante sólidos, como déficit fiscal y deuda pública, que está por debajo del promedio de países emergentes y también porque, si bien es cierto que el crecimiento del PBI de Perú está por debajo del promedio de los países emergentes, todavía sigue siendo un crecimiento, en línea con el de América Latina.

 

¿Qué otros factores podrían tomar en cuenta las calificadoras?

Las cuentas externas son otro factor que toman en cuenta las calificadoras. Si bien es cierto se ha incrementado el déficit en cuenta corriente eso se debería a las mayores utilidades que habrían obtenido las empresas mineras extranjeras y que se compensan con los mayores flujos de inversión que entran a través de las cuentas financieras.

 

En conclusión, las cuentas fiscales de Perú están mucho mejor que otros países emergentes, las cuentas externas están relativamente sanas y nuestro déficit es generar mayor crecimiento. Actualmente, el escenario base no considera una rebaja de calificación crediticia de Perú, pero si es un riesgo si se deteriora la situación política o si el gobierno opta por mecanismos como la Asamblea Constituyente o si opta por seguir interviniendo como haciendo cambios en las leyes laborales que afectan la confianza del sector empresarial.

 

¿Qué habría que reforzar en el Proyecto de Ley de Presupuesto del Sector Público para el Año Fiscal 2023?

Llama la atención que el aumento del presupuesto en términos nominales sea más alto que el de los últimos años, pero hay que tener presente que la inflación está elevada, en términos reales se registra un aumento de 4%. Es positivo el hecho de seguir priorizando sectores como salud y educación, donde tenemos amplias brechas, o también que se haya incrementado el gasto en saneamiento.

 

Lo que tendría que reforzar el Gobierno es la capacidad de ejecución. Sabemos que el próximo año es de nuevos gobiernos regionales y locales, y tradicionalmente, cuando hay cambios de gobiernos subnacionales la inversión pública cae. Entonces, el reto del Gobierno central es tratar de ejecutar el nuevo presupuesto del Gobierno y después, brindar capacitación y acompañamiento a los nuevos gobiernos regionales y locales para tratar de cumplir con las metas de inversión pública.




Jaime Reusche: «Recuperar el progreso social perdido requiere de la inversión privada»

Moody’s redujo la calificación de Perú de A3 a Baa1 con perspectiva estable. ¿Qué aspectos harían cambiar la perspectiva de estable a negativa? ¿Qué riesgos implicaría esta rebaja de la calificación?

 

Fue un gran debate si la perspectiva de Perú debía quedar en estable o negativa. Si bien quedó en estable, vemos tres riesgos. Primero, el riesgo político, seguimos viendo un ambiente político con mucha inestabilidad y falta de claridad de políticas públicas.

 

Segundo, vemos desvíos de la agenda de consolidación fiscal que ha propuesto el Gobierno, sobre todo por el lado económico donde es posible que el crecimiento sea un poco menos auspicioso de lo que proyecta el Gobierno debido a que la inversión privada muy probablemente estará deprimida en los próximos años.

 

Y el tercer gran riesgo es la Asamblea Constituyente. Este es un riesgo capital si es que se da, el impacto será muy severo sobre la economía, el marco institucional y el marco legal generando mucha incertidumbre.

 

Por el momento, si bien es un riesgo con alto nivel de severidad, creemos que la probabilidad de que se manifieste está relativamente contenida por las limitantes políticas, institucionales y legales que existen. En la medida que veamos indicios de que el Gobierno se está moviendo hacia esto, entonces sí pesaría sobre la calificación y la perspectiva fuertemente.

 

A un mes de iniciado el nuevo Gobierno en Perú, ¿cuáles son las mayores preocupaciones que tienen los inversionistas?

 

Las preocupaciones están porque hay falta de claridad en la dirección de las políticas públicas. Hemos visto anuncios de distintos funcionarios del Gobierno que a veces se cruzan con otros anuncios de otros sectores del Gobierno.

 

Hay una preocupación por la falta de claridad y las tensiones que se sienten no solo entre Ejecutivo y Legislativo sino dentro del partido de Gobierno, y esa incertidumbre que nace a raíz de la falta de claridad del mensaje y visión de lo que quiere hacer en medidas económicas y fiscales es lo que fomenta el nerviosismo de los inversionistas.

 

¿Qué medidas inmediatas debería tomar el Gobierno de Pedro Castillo para recuperar la confianza de los mercados y atraer las inversiones?

 

Hemos visto un paso hacia la dirección con el Decreto de Urgencia que se adoptó señalando la agenda de consolidación fiscal a la que se compromete el Gobierno. Con ello se empieza a dar cierto nivel de claridad de hacia dónde se va en materia fiscal y proyectar la cifra de deuda.

 

Si bien se habla de un compromiso y hay una meta de mediano plazo en cuanto a la reducción del déficit fiscal todavía pesa sobre esta agenda de consolidación la incertidumbre por el lado económico.

 

El mensaje que tiene el Gobierno para con el sector privado es muy disuasivo de la inversión privada y está socavando la confianza, que no se ve en la economía ante el mensaje tan hostil hacia el sector privado.

 

Lo cierto es que recuperar la confianza de los inversionistas tanto domésticos como externos va a requerir de bastantes gestos de acercamiento y de colaboración con el sector privado, pero no vemos que exista esa voz y motivación por parte del Gobierno para tratar de apoyar a este sector.

 

Más bien parece ser que el Gobierno es el que va a impulsar la actividad económica y sabemos que es muy limitado lo que puede hacer. Las señales no son auspiciosas por parte del Ejecutivo.

 

¿Qué oportunidades podría aprovechar Perú en los mercados internacionales ante esta coyuntura?

 

Se vive momentos bastante positivos en los mercados internacionales, no solo las tasas de financiamiento son relativamente bajas, sino que hay un impulso externo por la demanda externa que está bastante robusta.

 

Estamos viendo países como Estados Unidos y China, y otros industrializados que se están recuperando y se está generando un impulso muy favorable a los precios de las materias primas para la demanda externa, y eso debería llevar a revisiones al alza en las proyecciones de crecimiento de Perú.

 

Tenemos un ambiente externo muy favorable, sin embargo, vemos que en el mediano plazo se habla de reducción de las proyecciones de crecimiento para el país y no se está aprovechando este contexto internacional favorable, en el cual estos niveles de precios de materias primas no vienen con tanta frecuencia.

 

Esto es un costo de oportunidad enorme. Se debe aprovechar este momento para generar más inversión y encadenamiento de muchos sectores de la economía, pero no vemos eso por el miedo, la incertidumbre y la falta de confianza.

 

Moody’s elevó la proyección de crecimiento de la economía peruana de 9% a 12%, pero ¿cuánto más es necesario para reducir el desempleo y la pobreza?

 

La revisión al alza de nuestra proyección de crecimiento para la economía peruana de 9% a 12% responde a la fortaleza que hemos visto en la primera mitad del año, la recuperación económica y el efecto rebote fue bastante más fuerte al esperado.

 

Ese impulso se debería mantener, pero vemos que en la segunda mitad del año habrá una desaceleración marcada, no solo porque ya no hay un efecto estadístico favorable sino porque la incertidumbre va a pesar sobre la inversión privada y la demanda interna.

 

La revisión al alza del crecimiento de la economía peruana es solo para este año y es un reflejo del efecto estadístico, pero Perú no está regresando a los niveles de pobreza ni a los niveles de empleo que se tenían antes de la pandemia.

 

Tomará mucho tiempo recuperar todo el progreso social que se tenía en la década previa a la pandemia y eso requiere de un ambiente que incentive la inversión privada, que genere empleo formal para que luego apuntale el consumo y se genere un círculo virtuoso de crecimiento y todo eso está en juego en estos momentos. No vemos un impulso de la demanda interna por la inversión privada que muy probablemente seguirá deprimida en los próximos años.

 

¿Considera que el Perú continúa manteniendo finanzas públicas sólidas sostenibles, como lo señala el MEF?

 

En relación al resto de países de la región, Perú todavía mantiene cierta fortaleza fiscal que es un reflejo de la prudencia y el manejo fiscal antes de la pandemia. Sin embargo, la fortaleza fiscal se está aminorando por impacto de la COVID-19 y lo que hay que hacer es recuperar este espacio fiscal que se perdió por paliar los efectos de la pandemia.

 

Creo que se necesitarán medidas complementarias para tratar de enrumbar la senda de consolidación fiscal hacia una trayectoria sostenible. Pero si bien Perú tiene muchos retos también  tiene ciertas fortalezas con respecto a los pares de la región.

 

¿Es posible todavía que la deuda pública del Perú se mantenga por debajo del 40% del PBI?

Si el Gobierno mantiene su compromiso con la senda de consolidación fiscal y no vemos shocks negativos en cuanto al crecimiento económico, sí es posible mantener la deuda por debajo del 40% del PBI. Pero si vemos que la actividad económica se ralentiza probablemente sea más difícil contener la deuda por debajo de ese umbral.