Se crea una at­mós­fe­ra an­ti­in­ver­sión

Se dice y yo también lo afirmo que en algunos casos nosotros no necesitamos de enemigos externos, pues nos hacemos daño todo el tiempo.

Cuando el puerto de Chancay está avanzando y será inaugurado pronto (en noviembre), surgen instituciones a las cuales parece no importarles generar el caos y detener esta obra. Cuando el inversionista confía en que en nuestro país se respetan las leyes y los contratos, y ya invirtió su dinero, trajo su tecnología y conocimientos, nuestro Estado da marcha atrás y pretende revisar la Ley de Puertos y las acciones anteriores de la Autoridad Portuaria Nacional (APN).

Lamentablemente, el ruido lleva a crear una atmósfera antiinversión creada por nuestro propio Estado.
Los gremios empresariales estamos nuevamente asombrados, preocupados, y solicitamos, por el bien del país, que nuestras autoridades rectifiquen lo andado de inmediato.

Cabe recordar, además, que los proyectos de puertos nacen cuando existe una demanda insatisfecha de carga que lo justifique.

Columna publicada en diario Gestión (2/4/2024)

 

 

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