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Sandor Lukacs de Pereny: La transición hacia una economía circular

Una economía circular se refiere a aquella actividad productiva y de consumo de baja emisión de dióxido de carbono (CO2). La medición del CO2 es empleada para cuantificar el impacto medioambiental que tienen, por ejemplo, diversos productos plásticos, así como residuos orgánicos descartados que consideramos basura.

 

El aumento de estas emisiones de CO2, incluido el gas metano (que es 28 veces más potente que el CO2) es, según la teoría del cambio climático, lo que mantiene su presencia y volumen en la atmósfera. En consecuencia, esto causa el conocido efecto invernadero en el cual la radiación ultravioleta que ingresa a la tierra es retenida por las partículas de CO2 lo que, a su vez, propicia un incremento de temperatura. A esto se le denomina un calentamiento global de origen antropogénico, es decir, causado por el ser humano.

 

La economía global se ha forjado, desde hace 70 años, sobre la base de consumo de combustibles fósiles de los cuales vamos a seguir siendo dependientes por un buen tiempo. Asimismo, es sabido que de los combustibles fósiles se obtiene el plástico el cual se ha convertido en un material casi indispensable para todos nosotros.

 

Sin embargo, la meta es ir migrando hacia recursos y materiales menos contaminantes para así evitar altas concentraciones de CO2 como, por ejemplo, ciudades de Omalur en India o Shaoyang en China. Al respecto, estrategias como el diseño de empaques orgánicos y/o biodegradables, así como el aprovechamiento del papel, vidrio, botellas plásticas, entre otros elementos, son alternativas estratégicas de reducción de emisiones propios de la economía circular (EC).

 

En ese sentido, la EC busca que el valor de un recurso se mantenga y se extienda en el tiempo mediante la adecuada reubicación de diversos materiales a fin de que estos puedan satisfacer múltiples necesidades. En consecuencia, se logra una reducción importante de material de descarte que es el causante de la polución medioambiental en todas sus variantes como lo mencionáramos anteriormente.

 

La EC es, a su vez, un concepto derivado de una teoría más grande que es la Ecología Industrial. En resumen, la EC supone el reemplazo del antiguo modelo económico lineal. Haciendo una analogía, las organizaciones operan como una caja negra, es decir, tienen un lado de ingreso, un lado de transformación y un lado de salida de productos, pero también de residuos. En la economía lineal, el proceso de ingreso o adquisición de materiales es seguido por la transformación de los mismos.

 

No obstante, al generar los productos también se generan residuos de todo tipo. A diferencia de la economía lineal, la EC busca recuperar ese valor residual potencial del producto o elemento material descartado reinsertándolo al circuito productivo, económico o de consumo conectando de esta manera la utilidad del valor residual con una necesidad específica.

 

Si bien se vienen llevando a cabo diversas campañas de concientización medioambiental relacionadas a la importancia del aprovechamiento de residuos, podemos concluir que lamentablemente no existe congruencia entre dicha consciencia manifestada y las acciones y mediciones requeridas. Ahora bien, existen empresas que están haciendo esfuerzos para migrar, por ejemplo, hacia el uso de empaques menos contaminantes, como en el caso del sector de supermercados. Dichas iniciativas buscan generar eficiencias energéticas/económicas integrando en esta ecuación la variable o el criterio medioambiental como aspecto no negociable y política organizacional.

 

En ese sentido, países como Brasil, Chile y Colombia están mucho más avanzados que el Perú, pues tienen políticas públicas instrumentalizadas, así como regulaciones que no solamente obligan, sino que también incentivan a las empresas a tomar acciones en el ámbito de la gestión circular.

 

Cabe resaltar que, todavía en el Perú, prevalece al criterio de costos y eficiencias. Por ejemplo, sigue siendo más barato comprar plástico virgen en China (pellets de plástico) que reciclarlos. Es necesario también entender que el reciclaje no es la panacea, pues acarrea costos logísticos importantes y, como sabemos, las empresas no funcionan por benevolencia, sino que responden a una lógica de reducción de costos y maximización de rentabilidad.

 

En ese sentido, en aras de promover la importancia de una gestión sostenible medible, el jueves 22 de setiembre a las 8:30 a.m. se realizará en el campus de la Universidad ESAN, el conversatorio “Buenas prácticas de Economía Circular en el retail” organizado por la mencionada universidad en conjunto con una reconocida empresa del sector retail, evento que reunirá a diversos expertos en la materia. Para mayor información:

https://www.esan.edu.pe/eventos/buenas-practicas-de-economia-circular-en-el-retail.