Rosa Bueno: Hora de pagar la factura

Tal como advertimos varias veces en esta columna, las proyecciones oficiales del PBI fueron recortadas por segunda vez en el año durante la actual gestión del MEF. El ministro de Economía y Finanzas, Kurt Burneo, declaró que, al cierre de 2022, la economía peruana crecería entre 2,7 y 3 por ciento, y ya no 3,3 por ciento como se proyectó en agosto, cuando fue reducida desde 3,6 por ciento.

 

El IEDEP de la CCL calcula que cada punto porcentual del PBI que pierde el país representa alrededor de 2.165 millones de dólares; pero lo más preocupante es que por cada punto que se deja de crecer, se deja de crear 152.370 puestos de trabajo.

 

No tomar medidas efectivas para que la economía se reactive de verdad, mientras gastábamos los ahorros de las AFP y la CTS, nos ha dejado en la incertidumbre sobre nuestra realidad. La hora de pagar las facturas del desgobierno y el festín ha llegado.

 

El ministro de Economía atribuye gran parte de la responsabilidad al Congreso de la República, por no tramitar con celeridad los proyectos de ley necesarios para que el Plan Impulso Perú funcione. Sin embargo, era pecar de iluso pretender que eso ocurra en el contexto de la crisis política de polarización entre Parlamento y Palacio de Gobierno, cuando estamos a punto de recibir a la Misión de la OEA por solicitud del presidente Castillo y en medio de la avalancha interminable de denuncias sobre corrupción en el gobierno.

 

Sería ideal que la política no afecte la economía, pero la realidad es que lo hace con mucha frecuencia. Frente a eso, el ministro Kurt Burneo debió afinar el trabajo del MEF asegurándose de contar con profesionales idóneos para destrabar la inversión pública, pues indigna una ejecución presupuestal tan baja, que repercute directamente en la ciudadanía.

 

Específicamente, es vital que la repotenciación del equipo CONECTAMEF sea una realidad y no solo un anuncio, pues, en gran medida, la baja ejecución del presupuesto se explica por las débiles capacidades de los funcionarios (situación que no tiene visos de mejorar). Tanto más cuando el 49 por ciento del presupuesto de inversión pública de 2023 se concentra en los gobiernos subnacionales, quienes entran en un periodo de relevo de autoridades.

 

Pero eso no quiere decir que el entrampamiento se dé únicamente en el nivel municipal o regional. La falta de ejecución del presupuesto para mejorar los servicios públicos es evidente. Tristemente, por ejemplo, conseguir un documento de identidad en RENIEC se ha convertido en una odisea, cuando hace un par de años era un trámite rápido.

 

Asimismo, Perú21 denunció que, a dos meses de terminar el año, la Superintendencia Nacional de Migraciones ejecutó apenas el 65,6 por ciento del presupuesto asignado, y que la ejecución de los recursos para el “mejoramiento de los servicios migratorios brindados en el local de la Av. España 734″, en el distrito limeño de Breña, apenas ha avanzado en 24,1 por ciento. Dos botones de muestra del drama que vive la gestión pública en el país. Una verdadera desgracia.