Rosa Bueno: El momento es hoy

La presidenta Dina Boluarte en su primer discurso recalcó que la reforma política es impostergable. Coincidimos. Lograrlo requerirá de “muñeca” política para coordinar con el Congreso; de lo contrario, será imposible llevar a buen puerto cualquier intento de cambio. Y es lo que espera el Perú.

 

Es cierto que la democracia peruana supo defenderse esta semana de un fallido golpe de Estado; pero haber tenido seis presidentes en seis años habla de una inestabilidad permanente, que cotidianamente lleva al país a situaciones límite que impiden su desarrollo.

 

Por ello, la reforma política que proponemos incluye el restablecimiento de la reelección parlamentaria inmediata, la bicameralidad y propuestas para desincentivar el transfuguismo. Además, estamos trabajando en una propuesta sobre la responsabilidad del presidente de la República y la sucesión presidencial, entre otros temas. Esto último adquiere especial importancia frente los recientes acontecimientos.

 

Tal como hemos comentado en diversas oportunidades en este espacio, como asociación de empresarios, a la Cámara de Comercio de Lima corresponde estar vigilante, aunque también participar de manera proactiva con propuestas de políticas públicas en distintas materias.

 

En el ámbito económico, se necesita mejorar la competitividad y la productividad para garantizar el crecimiento sostenido. Ello supone apuntar los reflectores sobre el Plan Nacional de Infraestructura Sostenible para la Competitividad 2022-2025, que identifica 72 proyectos a ejecutar los cuales no solo nos dejarán en mejor posición sino que dará trabajo.

 

Este es el momento de empezar a hacerlo, buscar su financiamiento y alianzas con el sector privado, porque tan importante como la inversión privada es la inversión pública. Según información del Banco Mundial, la capacidad productiva del Perú está en descenso (2,9 por ciento anual). En ese contexto, es prioritario actualizar este plan de infraestructura como un esfuerzo por reactivar la economía del país.

 

Además no se puede dejar de lado Impulso Perú. Este esfuerzo reactivador debe convertirse en una realidad, no para ganar réditos políticos si no porque es necesario para que la economía peruana recupere el paso pérdido.

La primera presidenta del Perú tiene el reto de liderar una gran alianza nacional, que busque unir a los peruanos para llevar adelante las reformas mencionadas y la ansiada reactivación económica, tomando en cuenta que el Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (IEDEP) de la CCL proyectó que la economía peruana crecerá solo 2,4 por ciento en 2023.

 

Esta expectativa de crecimiento será insuficiente para generar los ingresos fiscales necesarios para enfrentar los problemas sociales del Perú, luchar contra la pobreza o mejorar la calidad de la educación y la salud. Para reducir la pobreza a través de la generación de empleo formal, el país debería crecer entre 5 y 6 por ciento al año, como en la década anterior. Hacemos votos porque la presidenta Boluarte se ponga a la altura de este reto.