Reinvención laboral pospandemia

La crisis generada por la COVID-19 ha afectado seriamente la economía de los peruanos, pues, según las últimas cifras reveladas por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), tan solo en Lima Metropolitana la población ocupada disminuyó en 47,6%; es decir, 2,3 millones de personas perdieron sus puestos de trabajo entre marzo y mayo de este año. Además, el empleo adecuado también cayó en 54% y ahora solo 1,4 millones de personas trabajan en el sector formal.

 

Según el gerente del Instituto Peruano de Economía (IPE), Diego Macera, estas cifras posiblemente se incrementen en los próximos meses. “Lo más peligroso es que se perderán muchos empleos en sectores altamente productivos. Ello tendrá un efecto cadena sobre el consumo y otras variables. Probablemente, en unos meses se elevaría de manera considerable la informalidad laboral”, señaló.

 

De esta manera, la informalidad podría alcanzar al 80% de la población porque muchos empleos no van a volver. Macera previó que hacia el último trimestre de 2020 podría ir mejorando la situación laboral pero la recuperación tardaría un par de años más.

 

“Al 2022, deberíamos estar en un nivel parecido al 2019, con más de 4 millones de empleos. Pero, esto dependerá de si continuará la misma calidad de puestos de trabajo con igualdad de salario y nivel de productividad, porque muchas de las empresas que desaparecen hoy ya no van a regresan. El reto será que las personas y la economía tengan la suficiente flexibilidad para reinventarse”, explicó.

 

Por otro lado, debido a que todos los sectores de la economía están interconectados, aún hay algunas cadenas de producción que no se reactivan. A ello se suman los problemas de oferta que probablemente se arrastren por un tiempo más. “Esperemos que el choque de oferta se acabe relativamente pronto. No obstante, el choque de demanda será mayor pues la capacidad de consumo de las familias y las empresas se ha visto reducida”, manifestó.

 

Impulso del Estado y el sector privado

 

Cabe resaltar que, para contrarrestar la elevada cifra de puestos de trabajo perdidos, el presidente de la República, Martín Vizcarra, anunció el lanzamiento del programa “Arranca Perú”. Mediante esta medida el Poder Ejecutivo destinará S/ 6.400 millones de recursos públicos para incrementar la inversión en todo el Perú y crear un millón de empleos.

 

“Con este millón adicional vamos a atender la demanda que se ha generado por estos casi 100 días del estado de emergencia, que ha ocasionado una disminución de la economía y que ahora vamos a revertir con las medidas tomadas”, fueron las declaraciones de Vizcarra el pasado viernes.

 

En ese sentido, Diego Macera del IPE, recalcó que si bien Arranca Perú podría ser factible, el dinero es del Estado y los proyectos que involucrarían dicha inversión no son de gran infraestructura pública, sino de mantenimiento y de menor valor agregado. “Necesitamos más trabajo, pero la manera correcta es hacerlo en actividades productivas en el sector privado. Entiendo que es una situación de emergencia y temporal, pero se estaría usando dinero público para algo que no necesariamente es socialmente rentable”, anotó.

 

Por su parte, el presidente de la Comisión de Asuntos Laborales de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), Mario Pasco, coincidió en que los nuevos empleos, o la reapertura de los preexistentes, dependen de que los empresarios tengan el capital y lo inviertan. Por lo que es imprescindible un marco que fomente y asegure esa inversión, ya que el Estado tiene una capacidad limitada para generar empleo de modo directo (como empleador).

 

“Lo ideal sería el establecimiento de un sistema que permita a las empresas ajustar –siempre– su planilla a su requerimiento de personal y un aligeramiento de las pesadas cargas que imponen el marco actual a las empresas formales. Como coyuntura inmediata, es imprescindible la liberación total de la contratación a plazo fijo”, refirió.

 

Asimismo, añadió que los cambios deberían ir en ese sentido, dado que todos los sistemas laborales de otros países contemplan cargas más equilibradas y menos compromisos cuasi-vitalicios a cargo del empleador. “Debemos hacer que la formalidad sea más racional. Que el contrato de trabajo no sea una especie de membrecía vitalicia”, advirtió. Sobre las medidas adoptadas por el Gobierno durante la emergencia nacional, el laboralista consideró que varias de ellas fueron entendibles en un primer momento, pero con el transcurrir del tiempo faltó mejor comprensión de la “hemorragia” que se producía en la economía formal y la necesidad de pararla. “Cuando la situación era insostenible, el Ejecutivo abrió vías como la suspensión perfecta de labores –que en estricto aplicaba desde el día uno–, pero se le restó eficacia al momento de instrumentalizarla. Esperemos que esto no siga sucediendo para que todos puedan enfocarse en lo más importante: volver a trabajar”, aseveró.

 

 

Recolocación de profesionales

 

En un próximo escenario pospandemia, otro de los retos para el país será la recolocación laboral. La directora ejecutiva de Career Partners Perú, Paola Chocano, estimó que a una persona le podría tomar entre 3,5 y 6 meses conseguir empleo. Ello dependerá del nivel de cada profesional, el cual ahora ha tenido que redefinir su estrategia de búsqueda y adaptar su perfil a las nuevas necesidades del mercado.

 

“Esta coyuntura ha llevado a muchas compañías a desaparecer, reinventarse y desarrollar nuevos negocios y oportunidades. También las personas se están reinventando mediante el autoconocimiento de sus habilidades. El regreso de ellos al mercado de manera dependiente o independiente será muy retador. Justamente hay empresas que están ofreciendo oportunidades por proyectos o periodos determinados y demandan servicios de interim management, por ejemplo”, aseguró Chocano.

 

Por otro lado, según la experta, dentro de los puestos más requeridos por las industrias de gran envergadura se encuentran los gerentes y jefes de administración y finanzas. De igual manera, los jefes y gerentes de marketing y/o comunicaciones y los jefes comerciales o de ventas serían los que dominen el mercado.

 

Asimismo, las solicitudes para el análisis de data y el cuidado de la seguridad corporativa aumentarían en el 2020. De esta manera, los expertos en tecnologías de la información como jefes de ciberseguridad, de soporte técnico, de infraestructura de TI y de Data Analytics serían otros de los cargos más demandados en industrias como seguros y finanzas, minería, banca, salud y tecnología.