Qué, cuándo y por qué

El presidente del Consejo de Ministros, Pedro Cateriano, se presenta este lunes 3 de agosto ante el Congreso de la República para solicitar el voto de investidura para él y sus ministros. Según ha adelantado, en su mensaje dará a conocer “mayores detalles” de la estrategia del gobierno para enfrentar la crisis sanitaria que vive nuestro país y a la vez reactivar la economía.

 

Confiamos escuchar, esta vez sí, anuncios muy puntuales con plazos de riguroso cumplimiento, porque los millones de peruanos que han visto partir a un ser querido sin siquiera despedirlo, que están o tienen a un familiar enfermo, que han perdido su trabajo o han visto quebrar la empresa o emprendimiento en el que depositaron todo su esfuerzo e ilusión, no pueden seguir esperando.

 

Bien ha hecho el Gobierno en sincerar las cifras, por más duras que sean, pues la verdad es la base de la verdadera confianza. Necesitamos saber con certeza dónde estamos, hasta dónde hemos caído, para saber también cuánto nos costará levantarnos y reemprender el camino con acciones concretas que nos lleven hacia el bienestar que todos buscamos.

 

Si bien es cierto que un discurso presidencial no puede cubrir todos los aspectos que los ciudadanos querríamos escuchar, en el Mensaje de Fiestas Patrias del presidente Martín Vizcarra hubo vacíos; por ello, la presentación y la posición oficial del gabinete ministerial ante el Parlamento Nacional necesitan cubrir dichas omisiones con urgencia.

 

Por la coyuntura que estamos atravesando, es menester conocer las medidas prioritarias para reactivar el consumo, promover y garantizar la inversión privada nacional y extranjera y destrabar barreras burocráticas y políticas sectoriales que impiden a las empresas volver a generar empleo formal y producir.

 

Es el caso por ejemplo de las exportaciones, un área que representa un porcentaje no menor del PBI y que requiere de atención prioritaria del Poder Ejecutivo; pues entre ellas se encuentran las industrias textiles y de confecciones, muy importantes al momento de demandar mano de obra de manera directa e indirecta.

 

Igualmente, es ineludible que lleguen de una vez por todas los recursos de Reactiva Perú y del Fondo de Apoyo Empresarial a las micro, medianas y pequeñas empresas, así como a las del sector turismo, que ya no saben hasta cuándo tendrán que seguir esperando.

 

A pesar de esta difícil situación, los peruanos -y quienes sin serlo han construido en estas tierras su segundo hogar- hemos demostrado que no hemos perdido la esperanza y que estamos dispuestos a seguir sacrificándonos, a trabajar sin desmayo, arriesgar e invertir hasta lo que no tenemos.

 

Pero “la esperanza -sostiene un dicho popular- no es fingir que no existen los problemas, es realmente la forma más exacta de encontrar las solucione que nos da la vida”.

 

Y ahora más que nunca estamos convencidos que las soluciones no podrán concretarse si no se activa el trabajo conjunto entre el sector público y el sector privado.

 

Aprovechemos el momento para eliminar burocracia innecesaria, que este momento duro que nos ha tocado vivir sirva para eliminar la demora en el otorgamiento de licencias, requisitos, trámites, inspecciones y sinnúmero de gestiones que impiden el reinicio de las actividades productivas; o la adecuación a protocolos de bioseguridad fuera de toda realidad.

 

Acuñemos un mensaje para todos los peruanos, que nos lleve al convencimiento que “hacer empresa debe ser fácil en el Perú”. Esa debe ser la realidad en los próximos años si queremos recuperar el crecimiento, mejorar la formalización, reforzar la institucionalidad, y hacer país de verdad.

 

Son 4 meses y medio que el país se encuentra en crisis sanitaria y económica y es el momento de soluciones específicas. Son dos millones 700 mil empleos perdidos únicamente en Lima Metropolitana y centenares las empresas, negocios y emprendimientos quebrados en todo el país, los que nos muestran con crudeza la inmensidad de la tragedia que vivimos en materia económica.

 

La situación de nuestro país coincide con la de un contexto mundial de crisis que no podemos dejar de considerar, lo que se suma a las debilidades estructurales que tiene nuestro Estado. Como ha advertido el politólogo estadounidense Francis Fukuyama (El Comercio, 2/8/2020) “hay mucha gente que ha sido dejada de lado de la historia de crecimiento del Perú”.

 

No obstante, decir que es muy poco tiempo, que resta menos de un año para que concluya este gobierno, no puede ser excusa para que no tomemos la decisión de hacer patria una vez más en la historia del Perú.

 

Desde el lado empresarial aquí estamos, porque nunca nos fuimos a pesar de los embates que hemos recibido y de los mensajes que pretenden ignorar nuestra contribución y compromiso. Estamos, como siempre, dispuestos a seguir creyendo en el Perú.

 

De nuestras autoridades solo necesitamos ideas claras, liderazgo y voluntad de conducir al Perú a un destino de bienestar, justicia y democracia para todos.