Piero Ghezzi: “Hay que reformular el programa Reactiva Perú”

El economista y ex ministro de la Producción, Piero Ghezzi, advierte que el Gobierno no ha realizado un trabajo adecuado a nivel de gestión económica para ver cómo sobreviven las mypes en el periodo de aislamiento. Asimismo, afirma que una cuarentena indefinida se vuelve insostenible en un país informal.

 

¿Considera que las acciones del Gobierno para frenar el coronavirus están dando resultados? ¿Qué dicen los números?

El mayor problema es justamente que el Gobierno no publica buenos números. El presidente Martín Vizcarra se enfoca en las cifras de nuevos contagios y muertes cuando en realidad ambos números son estimados rezagados. Es decir, hay un gran retraso en el tiempo en que la gente se contagia y se reporta. Primero uno se contagia, luego incuba la enfermedad y entra en un periodo de infección en el cual se producen los síntomas. Ahí, recién, se toma el examen y dicho proceso demora varios días. Así, entre que alguien realmente se contagia y espera los resultados pueden pasar 15 o 20 días. El número de muertes también tiene un rezago.

 

Lo que se debería reportar es el número real de hospitalizados y de gente en UCI, además de casos confirmados y sospechosos. Sin esa información, es muy difícil saber qué está ocurriendo en tiempo real con la evolución de la epidemia. El problema es que ha habido poco esfuerzo y poca mejora en la aplicación de los test, pues sigue siendo menos prolijo. El Gobierno está actuando más por instinto.

 

¿Con la ampliación de la cuarentena se podría reducir el contagio?

Si la cuarentena no ha reducido de alguna manera ya los nuevos contagios, hoy van a haber números reales que van a ser reportados dentro de 15 días por el retraso en los reportes. Espero que los números reales hayan llegado a su pico porque sino es así estamos en una situación complicadísima. Eso significaría que en algunos días los números reportados empezarán a aplanarse un poco. Si hoy los casos reales están estabilizándose, en dos semanas se verá ello en los números reales.

 

El Gobierno tiene que hacer todo un esfuerzo en observar mucho cómo van los números, de cómo va la epidemia en tiempo real, porque si no va a poner en sacrificio excesivo a la población. La población ya no aguanta mucho más. El instinto natural es evitar las muertes y eso es lo correcto. El instinto del presidente ha sido la supresión, pero no podemos pagar el costo de la ineficiencia del Gobierno y terminar en una excesiva cuarentena.

 

Entonces, ¿qué es lo que se debería hacer?

Primero, evaluar en tiempo real todos los hospitalizados y en UCI, además de los confirmados y de los sospechosos, y ver como está esa tendencia cada día. Cuando esa tendencia se estabilice se podría empezar a relajar un poco. Sin embargo, habría que aplicar medidas como incentivar el distanciamiento social voluntario de toda la población; aislamiento a las personas de más de 65 años o vulnerables, asegurando una pensión para ellos; el uso obligatorio de mascarillas y desinfectantes; protocolos sanitarios; reducir la densidad de pasajeros en unidades de transporte público; y fortalecer los mecanismos de fiscalización en el sector informal.

 

Asimismo, una vez pasada la cuarentena se debe trabajar en una serie de medidas low tech que nos permitan evaluar la información de los hospitalizados y UCI, pues este el mejor termómetro de lo que está ocurriendo en el día. Si las cosas empeoran, hay que ajustar. Somos un país que naturalmente es conducente a las epidemias, pues la gente se aglomera, hay informalidad y los niveles sanitarios son deficientes.

 

No podemos regresar al mundo anterior hasta que no haya una vacuna que se aplique a la población. Inclusive se puede convocar una segunda cuarentena más adelante, pero tiene que haber un manejo relativamente fino en base a lo que está ocurriendo. No se puede mantener una supresión indefinida en un país con alta informalidad como el nuestro. Se vuelve insostenible en materia de política-económica. Tenemos que ir a una forma de trabajo más apropiada a nuestras capacidades, de ver qué cosas podemos hacer nosotros los peruanos.

 

El sector privado también debe incluirse en ese sentido.

Hay que diferenciar el sector privado formal e informal. Creo que una parte importante del sector económico formal va a establecer sus protocoles para que los trabajadores estén libres de la infección. Con los trabajadores tiene que hacerse un trabajo completo, inclusive recogerlos porque al usar el transporte masivo están riesgo.

 

El problema es el sector informal, esencialmente las mypes informales y ahí hay que hacer otro trabajo, uno más sensible y serio. No pueden trabajar como lo hacían antes, sino la situación desencadenará en muertes masivas. Es un tema que el Gobierno debe que empezar a ver. No podemos regresar al Perú de febrero del 2020. No es posible porque se desbordaría nuestra limitada capacidad del sistema de salud.

 

Lo otro es que no se ha hecho un trabajo adecuado a nivel de gestión económica para ver cómo las mypes sobreviven durante estos periodos. El Decreto Legislativo que creó Reactiva Perú, en el mejor de los casos, va a apoyar solo a las empresas medianas y grandes. Los bancos no están particularmente interesados en prestarles a la mypes, y estas se verán afectadas. En general, los bancos tienen poca relación con ellas. Por eso existen otros agentes como las cajas municipales, rurales o las cooperativas. No obstante, estas tienen limitaciones de capital. Va a ser difícil que participen cuando la garantía del gobierno es menos del 100%. Es un error económico. Otro error es el sectorial, pues el Gobierno ha hecho anuncios, pero la capacidad de implementación está dejando bastante desear.

 

¿Se debe reformular la norma?

Hay que reformularla. Primero, el límite del préstamo mínimo tiene que ser más de S/ 30.000. Segundo, la garantía debe ser al 100% y me parece que Cofide no debe hacer ejecución antes, pues eso tiene poco sentido. Tercero, ningún planteamiento tiene en cuenta cómo incorporar de una manera más sostenible a las cajas rurales o municipales, que están más interesadas en prestar a las mypes, pues son sus clientes naturales. El Gobierno ha hecho un anuncio económico con un gran paquete de medidas cuando en realidad el aval fiscal es mucho menor de ese lado.

 

Por otro lado, está el tema laboral que aún no queda claro.

Eso es lo más complicado de la economía peruana. Hay que tratar de conservar los empleos formales. El tema de la planilla podría mejorar para incentivar a las empresas a que mantengan a los trabajadores. En países como Estados Unidos y Dinamarca, por ejemplo, se financia una parte importante de la planilla con tal de que no se despida a nadie. Esta es una situación que requiere una mejora de la gestión y del liderazgo dentro de nuestras limitaciones institucionales y como país.